Capítulo 17. Parte 2.

163 12 0
                                    

Narra Kayla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Kayla.

El coche patrulla corrió por la carretera a la velocidad de la luz, me pusieron un inmovilizante para inhalarle atraves de un pañuelo, así se aseguraban que todo el viaje me iba a quedar quieta y no saltaría con el coche en marcha, las sirenas sonaban y ya dolían los tímpanos, nos alejabamos más y más, no sabía decir donde estábamos. Me tenían atada las manos y los tobillos echanda en los asientos traseros. Mi móvil le tiraron a medio camino, solo esperaba que sirviera el chip, colocado en mi entrepierna.
 
Llegamos a una mansion bastante bonita, estaba en otra ciudad, lo sabía por el aire más cálido.
Agarrada, después de desatarme los pies me arrastraron adentro.
 
Al llevar un gran recibidor, muy igual a mi casa de nacimiento me recibió.
 
—Por fin llegaron, él jefe os esta esperando—dijo la nana que nosotros habíamos contratado
 
—Tú… Tú…te voy a matar puta —grite de la rabia.
 
—Lo siento Kayla, pero tenía que hacer justicia por mi novio, tu marido le mato de un tiro ¿recuerdas?—suspiro —. Por vuestra culpa nunca conocerá a su hijo.
 
—No tenías derecho a esto, te vas a pudrir en la cárcel —dije cuando mis lágrimas saltaron.
 
—Llevarla al despacho Damián esta esperando —dijo fríamente.
 
Me arrastraron escaleras arriba, mi destino estaba escrito, mi dolor se hacía más fuerte. Ethan gritaba mi interior, otra vez me habían separado de todo lo que amaba, dudaba que fuera feliz alguna vez si salía viva otra vez de esta, no sabía si podría aguantar todos los golpes que me daría mi suegro por venganza, por amor, por un pasado, por envidiar que sea feliz con su hijo.
 
La puerta del despacho se abrio, y mi sorpresa fue brutal.
 
—¿Papá?—susurre.
 
—Hija —dijo en tono firme.
 
—Estas… estas muerto… te vi morir… —dije temblando.
 
—Aquí me tienes, vivo— dijo en una risa que daba miedo.
 
Caí al suelo sin fuerzas, me desmaye, todo era demasiado para mí,  mi padre vivo eso era una ilusión no podía ser.

Me desperté en una cama bastante cómoda, una cama de matrimonio con sábanas blancas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me desperté en una cama bastante cómoda, una cama de matrimonio con sábanas blancas. Me tenían atada al cabecero, desde mi posición pude ver en la habitación un baño lujoso y tenía una pequeña ventana que empezaba a dar los primeros rayos del sol.  ¿Cuánto había estado dormida?. Pero de repente todo empezó a cuadrar, el secuestro, mi hijo, mi padre ¿Mi padre?, la nana traidora.
 
De repente la puerta se abrió, entró un hombre bastante elegante, pero mayor, al lado de mi querido suegro Damián.
 
—Adelante, pase y compruebe cómo está —dijo este último.
 
El médico me exploró, yo estaba ya consciente pero me negaba a hablar.
 
—Solo ha sido un desmayo por todo el estrés que lleva encima, además de que aún se anda recuperado de un parto. Deberías descansar.
 
—Sí pudiera lo haría ¿No lo ves doctor?—dije señalando a las cuerdas.
 
—Yo no puedo hacer nada señorita, estoy aquí porque me pagan, soy medico jubilado, pero siempre atendí a vuestra madre, y a la madre de tu marido. Soy el médico de vuestra familia, pero vosotros erais muy pequeños para recordarme.
 
—Muy bonita historia, ahora puede retirarse —dijo Damián serio.
 
—Lo siento señorita, luego me pasaré a traer sus medicinas.
 
—¿Dónde está mi hijo? —pregunté cuando salió el doctor.
 
—Está bien, si quieres verle vas a tener que conseguirlo —dijo brutalmente.
 
—¿Qué buscas esta vez Damián? –ya estaba cansada de sus juegos.
 
—Quiero todo lo que me pertenece —dijo tranquilamente— habéis echo lo que Richard y yo nunca conseguimos por nuestro egoísmo, unir la empresa. Ahora es la empresa con mayor ganancia del país. Y quiero formar parte de ella.
 
—Tú hijo renuncio a ella, ahora es solo de mi familia, aunque tu hijo al ser mi esposo también obtiene ganancias —dije serena.
 
—El problema esque yo sigo vivo —dijo interrumpiendose.
 
—Y mi padre también ¿verdad? —dije con pesar.
 
—Exacto —Richard entró por la puerta.
 
—¿Cómo es posible?, te vi morir —dije como si estuviera viendo un fantasma.

—Falsifique mi muerte, pague a los médicos y enfermeros, tome una dosis pequeña de un tóxico que hizo que durante el velatorio estuviera muerto pero en verdad estaba dormido. A la noche abandone el baúl. Los expertos en escultura que pagamos hicieron una silueta idéntica a mi a tamaño real y con todo el realismo posible. Para que cuando abrierais el baúl para despedirme estuviera ahí. Pero no hizo ni falta. Me metieron bajo tierra nada más acabar la misa, mientras tú estabas en el hospital dijo en un tono serio.
 
—Eres un ser cruel papá, sufrí mucho casi muero contigo, y estás vivo —grite y mis lágrimas saltaron— ¿Qué queréis? ¿Por qué estáis juntos? No os podéis ni ver —dije aun más fuera de si.
 
—Necesitábamos unirnos para venceros, verás, cuando me quitáis la posibilidad de ser de nuevo jefe no me gusto, y sabía que quien me podría ayudar era mi socio, Damián, si éramos socios hasta que se acostó con tu madre. Necesitaba que unieramos ese hilo para hacernos con todo de nuevo, y el plan empezó. Pero para llevarlo a cabos sin sospechas tenía que morir, fui en busca de tu hermano, que en paz descanse, y luego libre a Damián. Mientras vosotros pensabais que era él,  yo me metía en vuestra casa os dejaba notas. Planee el ataque a tu casa, lo que no esperaba era que te violásen eso nunca debió pasar. Ese impulso os haría permanecer juntos y unir la empresa de nuevo. Pero cuando quisimos hacernos con todo Ethan renuncio a su parte. Tuvimos que desvelar la verdad, estaba vivo y podría demostrar que a Damián le seguía perteneciendo su parte.
 
—Pero vosotros dos Ethan y tu estáis casados, os pertenece a vosotros ahora ya que se supone que Richard esta muerto y yo estoy con antecedentes penales. Nadie nos devolvería nuestra empresa y menos siendo nuestros hijos marido y mujer —dijo Damián cortando a mi padre.
 
—Muy bonita historia de enemigos que se vuelven amigos, pero ¿Qué queréis que haga?. Es George el dueño de la empresa, papá podrías haber hablado con él y que te la cediera. Esto es un sin sentido.
 
—Tú hijo es el dueño de todo Kayla, nuestro nieto es el heredero —dijo Damián.
 
—Damián cedió todo a tu madre el día que muriera él Kayla, por eso estuve poniendo todo lo de tu madre a mi nombre para que fuera mío. Damián me mando a su hijo sin saber muy bien sus intenciones pero le debía al menos eso. Después de los chanchullos que estaba haciendo para conseguir toda su fortuna—dijo mi padre.
 
—Me entere de todo eso y por venganza os secuestre ya lo sabés. Pero al pasar todo aquello de la cárcel y ver que os habíais casado y sabiendo que estábamos apunto de perder todo, como bien había dicho tu padre había que unir las empresas para que vuestro hijo no se quedara con nada.
 
—Sois tan avariciosos que me da asco, preferís hacernos daño a vuestros hijos, destrozar un matrimonio, para que vuestro nieto no se quede con una herencia que al final y al cabo cuando no estéis con vida parte de ella va a ser para él.
 
—No lo entiendes ya está escrito, en las cápsulas Adam va a ser el único heredero de todo, y no podemos hacer nada —grito Damián.
 
El médico entró con las pastillas, los dos salieron. Todo el dolor, todo lo que habían echo todo por dinero, todo por poder. Una de las servientas me trajo a Adam le di el biberón y me senté como en casa. Pero me faltaba Ethan.
 
A la hora se llevaron a Adam y llore y llore, hasta que Damián entró por la puerta y me sujeto.
 
—Vamos—dijo.
 
Me sentía mareada me estaba dejando llevar. Entre en otra habitación de lujo, Damián me desnudo, yo no me podía mover. Va a hacerme sufrir, me va a golpear. Pensé. Pero nada más lejos de la maldita realidad el también se desnudo. Se subió encima mía. No podía hablar ni moverme. Las pastillas, me habían drogado. Se metió entre mis piernas. La puerta se abrió.
 
—Kayla—los ojos rojos de tanto llorar se asomaban por la puerta.
 
—Hijo mío lo puedo explicar —dijo Damián.
 
Yo estaba desnuda sin poder moverme. Viendo el final atroz que iba a tener.

 Viendo el final atroz que iba a tener

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nota de la autora:

Hola bbs, ¿Qué tal?

¿Qué os parece? ¿Qué pensáis que pasara?

La que se ha liado.

Solo quedan 3 capítulos 🤧😭. Nos vemos el miércoles.

Espero que lo ameis mucho.

Mis redes sociales:
Tiktok:princessasterr
Intagram: caosentreletras, inboookss



Atrévete a quererme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora