Capítulo 15. Parte 2.

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Narra Kayla.

Las horas se sucedieron lentas y dolorosas. Dolía. La nana y mi hijo no estaban en ningún lado de la casa. Mis lágrimas brotaron desconsoladas. Nos habían atacado sin darnos cuenta. Y sabíamos de sobra quien estaba detrás de todo esto Damián Brown.

Estábamos en el salón nerviosos Ethan gritaba a los guardaespaldas, su rabia era tan grande que la descargaba con esos pobres hombres.

—Los pagó mucho dinero para que pretegais a mi familia, habéis dejado entrar a quien fuera y a desaparecido mi hijo —gritaba llorando—. Encontrarlos.

La policía estaba de camino. Estaba nerviosa. Ethan me arrancó la nota de las manos y empezamos a buscar a Adam por toda la casa. Estaba amenazada de muerte. Quien estuviera detrás que sabíamos que era el abuelo de mi hijo quien le había secuestrado también me quería a mí.

—Vamos a encontrarle, linda aunque sea lo último que haga —dijo Ethan abrazándome.

La felicidad se esfumaba de nuevo como el polvo agarrado en las manos, que no podías sujetar por que aún así se escapaba.

Buscamos por las calles de la noche durante horas sin ningúna pista, sin nada sospechoso. Ethan y sus amigos del FBI pasaron la noche buscando la pista de Damián. Pero el muy cabrón se escondía bien.

Pase la noche en vela abrazada a mis hermanos, velando por la seguridad de Ethan, de mi hijo, hasta la mujer que habíamos contratado. A la mañana siguiente Ethan apareció en el desayuno, mi cara estaba roja e hinchada de tanto llorar, él con una barba creciente de no haberse aseado y su cara pálida y cansada probaron bocado. No podíamos hablar pero nos entendíamos con las miradas.

—Tranquila mi amor, estoy seguro que sigue vivo. Nuestro nene está bien —me dio un beso sabor a café para tranquilizarme

—Sí se enteran que sabe la policía o cualquiera de vosotros la existencia de la carta le mataran Ethan —dije aterrorizada.

—Kayla, mi vida, no le mataran estoy seguro que esta bien—dijo agotado— Vamos a descansar.

En la cama me eche sobre su pecho y volví a dejar que las lágrimas cayeran. Sus manos acariciaba mi pelo, le escuchaba sollozar. No se cuando, ni como pero me quede dormida unas largas horas cuando desperté él ya no estaba. Baje a el gran salón necesitaba saber si había noticias.

—¿Algo nuevo?—pregunté a mis hermanos.

—Ethan a salido de nuevo a ver si encontraban algo, pero no hay pistas, nadie vio nada, solo podemos esperar a que el secuestrador se ponga en contacto con nosotros para tener noticias de Adam.

—¡Mi hijo!- grite cayendome al suelo desmayada.

Me levante en los brazos de Ethan, sabía que era de noche estaba oscuro. El dolor volvió a mi de golpe, no podía respirar la realidad de nuevo me torturaba.

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