Capítulo 24. Parte 1

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Narra Kayla

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Narra Kayla.

Me desperté cuando los rayos del sol empezaban a entrar por la ventana, alargue mi brazo, Ethan ya no se encontraba allí, se me olvidaba que estaba secuestrada y que mi exnovio, si ex, era el hijo de mi secuestrador.
Dormir con él me sentó bien, me llevaba a la calma, a sanar todo el dolor que sentía estaba enamorada de él. Pero debía alejarme, era lo mejor.

A los minutos entro con una bandeja y toallas. Él estaba recién duchado su pelo mojado y despeinado le delataba, solo llevaba un pantalón de chándal. Si creía que le iba a perdonar exhibiendo su cuerpo estaba muy equivocado.

—Buenos días, linda, desayuna y dúchate. —dice alargando su cuerpo depositando un beso en mi mejilla—. Por cierto, Kayla se que me deseas por como me miras, pero sabes que esto se acabó —se torno serio después abandonó la habitación.

No se como quería que me duchara, yo no había visto ninguna ducha en ese pequeño baño, si es verdad que solo lo observe desde la puerta.
Esto si que era un secuestro light.
Me bebí el café y tome una tostada con mermelada lo demás lo deje y entre en el baño. Una alcachofa bien disimulada se encontraba detrás de la puerta.
En el baño ya había colocado Ethan encima del lavabo un neceser con jabones y cosas de aseo personal.
No se cuanto tiempo estuve en la ducha, pero lloraba y cuando lloraba tornaba el agua a una agua fría, me relajaba.

Al salir me encontré con la mirada fijamente de Ethan que sujetaba un vestido floral playero. ¡Mierda!, estaba completamente desnuda y él seguía igual. El ardor entro a mi y rápido después de no se cuanto reteniendo la mirada me lance a coger la toalla para cubrirme, pero él se adelanto.

—Linda, acabas de delatarte —toco la parte donde se sitúa el corazón con un dedo—. Eso que late hay dentro se atrevió a quererme y se que late acelerado pero lo nuestro es imposible, me odiaras —dice serio.

—Ya te odio Ethan, me mentiste y sabes que odio las mentiras —dije cogiendo la toalla.

—Ponte este vestido, mi padre llegara después de comer. Y te va a hacer sufrir hasta que me odies, pero de verdad, no por llegar al principio y quererte sacar información, lo demás todo es verdad —se tomo una pausa mirándome—. Y una cosa más no te atrevas a decir nada a mi padre de lo que te pide, se fuerte por los dos —dijo saliendo de la habitación.

 Y una cosa más no te atrevas a decir nada a mi padre de lo que te pide, se fuerte por los dos —dijo saliendo de la habitación

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