Capítulo 17. Parte 1.

425 28 9
                                    

Narra Kayla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Narra Kayla


Amanezco abrazada a Ethan, es temprano me levanto cuidadosamente, me pongo su camisa y me dirijo al lavabo a lavarme la cara.
Allí mirándome al espejo se me ocurre preparar el desayuno para los dos.

Hoy trabajare desde la casa de Ethan, solo me apetece estar allí con él, lejos de mi padre y mis hermanos que no acaban de decirme la verdad.

Preparo café, huevos con beicon y tostadas con mermelada de mora, con unos crepes.
Mientras cocino suena la música a bajo volumen.

Mientras sirvo y emplato el desayuno veo a un chico, mi chico, musculoso en boxer.

—¡Mmm!, que bien huele —dice mientras se acerca a la muchacha y coge una tostada.

—Lo se, y espérame que todavía no he acabado de emplatar.

—Lo siento Linda — lo dice mientras la coge y la sube a un hueco libre en la encimera— me podría acostumbrar a esto —Aclara mientras la da un beso.

—Pues no te acostumbres a que cocine todos los días —digo burlonamente.

—Pues te tendré que comer a ti —le va quitando los botones de la camisa hasta dejarla al descubierto— Estas vistas están mucho mejor— va acariciando su piel desnuda.

—Que listo, anda vamos a desayunar—digo mientras le aparto y salto.

—¿Hoy no tienes que ir a trabajar? —pregunta mientras la sigue a la mesa.

—Le dire a Beatrice que me pase las cosas por email, trabajare desde casa. Así podemos estar juntos.

—Lo siento linda, pero hoy hay entrevista en la empresa de tú padre y tengo que ir a hacer tú trabajo.

—Mi padre te contrato a ti, yo lo hacía por que era la empresa familiar, cariño mio.

El desayuno pasa entre pique y pique, risas y risas, besos y besos hasta guerra de comida con lo que sobraba.

—Mi niña, me subo a duchar en una hora tengo que estar en las oficinas.

— Te acompañó —le miró de arriba abajo.

—Así que quieres ducharte conmigo —dice con una mirada seductora.

—Anda vamos tira, que llegarás tarde.

Subimos entramos en la ducha los dos. Y él me echa el champú en el pelo, me masajea el cabello. Luego mientras me aclaro él se lava.

—Te amo, y te deseo, bella y linda muchacha de porcelana —la pone contra la pared de la ducha, la besa mientras ella le rodea con sus piernas.

Me empieza a besar y baja al cuello, otra vez no, el deseo nos consume, no hay manera de escapar de ahí, ya no pongo resistencia dejo que pase.
Empieza a bajar los besos mientras me sigue agarrando contra la pared.

—Que hago contigo Kayla, te deseo cada día más. Es increíble como me llenas. Eres hermosa amor.

Y luego lentamente entra en mi. Los gemidos aumentan entre los dos mientras el agua cae.
Todo empieza a intensificar hasta que acabamos. El sale de mi y de la ducha.

—Te puedes quedar aquí trabajando, no creo que tarde más de dos horas, luego podemos estar todo el día aquí haciendo el vago, o piensa algún plan —dice mientras se seca.

—Esta bien —digo mientras salgo de la ducha.

Él sale a trabajar, yo hago mi trabajo, dando el visto bueno a las portadas y miro como van los libros y los escritores interesados en nuevos proyectos.

Las horas pasan volando. Le digo a la única sirvienta de Ethan que prepare una comida romántica.

A los minutos mi hermano Seth me llama. Pero no se lo cojo, hoy no quiero saberme de nada y nadie, un día solo para Ethan y para mí.

Ethan llega justo a la hora de comer.
Comemos tranquilamente.

—Una pregunta, porque quisiste trabajar también en la empresa de mi familia siendo el hijo de uno de los empresarios más ricos. —digo mientras me sirvo el vino.

—Kayla, yo no me llevo muy bien con mi padre, es mi padre muchas veces voy y le ayudo en sus cosas. Pero estudie periodismo, y como soy un buen periodista aconsejo a tú padre en lo que no y si debe de decir en la prensa y entrevistas. No me falta el dinero, pero también me gusta independizarme un poco de mi padre y ahorrar mi propio dinero.

—Te entiendo, casi estamos en las mismas — le dirijo una sonrisa.

La tarde pasa entre risas besos, y películas sin hacer mucho caso.

—Kayla, ya se esta haciendo tarde, creo que debo de acercarte a casa.

—Vale, descansemos en uno de esos descampados a ver el atardecer.

—¿Qué te lo quieres montar en el coche? —dice burlándose.

—No tonto, quiero disfrutar más de este día.

Nos montamos en el coche y nos dirigimos al descampado, allí salimos del coche, me sube al capo y me besa.

—¿De verdad que no me has traído aquí para hacer el amor?.

—Que no solo quiero verte a ti y el cielo anaranjado—le beso para que no pueda decir nada.

—Kayla, eres hermosa y te amo, pero te destrozare el corazón. No puedes quedarte conmigo. Tomémonos un tiempo.

—Ethan...

—Kayla, no me lo hagas más difícil, enamórate de otro, prueba otros cuerpos — la besa para que no diga nada—. Te quiero no lo olvides y por favor perdóname, lo entenderás todo algún día. Pero no puedo dejar que mi vida te destruya.

—Ethan, ¿Por qué?, no vas a destruirme no atrevimos a querernos, no me dejes —digo con los ojos llorosos.

—Vamos, te llevaré a casa —la abraza, pero ella le empuja y con lágrimas se monta en el coche.

Llegamos a la mansión, salgo del coche sin decir nada doy unos pasos hasta la entrada miro hacía atrás un segundo y sigo mis pasos.

Llegamos a la mansión, salgo del coche sin decir nada doy unos pasos hasta la entrada miro hacía atrás un segundo y sigo mis pasos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nota de la autora : muy pronto aclararé todo lo que pasa. Muchas gracias por todo el apoyo. Esta noche hay otro capítulo.

Atrévete a quererme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora