Capítulo 2

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Camille Brown

Término de cerrar mis maletas y las dejó a un lado de mi habitación.

Suspiro y tomo mi móvil para responder algun que otro mensaje, siento como algo golpea mi ventana.

Me levanto con el corazón latiendome a mil por segundo, cuando logoro ver el causante suelto un resoplido.

Veo a Asher en él patio trasero con piedras en su mano y con varios abrigos, imagino que afuera debe de estar muy frío ya que había empezado a nevar.

Él me señala y luego señala a la puerta trasera. Quiere que salga. Tomo dos abrigos y me coloco unos tenis.

Bajo con sumo cuidado las escaleras, salgo por la puerta que lleva al patio trasero.

—¿Que diablos haces aquí?

—Estaba aburrido en casa.

Se encoje de hombros. —Podrías averme llamado.

—Es que me gusta ser original.

Dice guiñandome un ojo. —¿De nuevo?

—Si. Tú madre llamó a la mía, encerio te vas mañana.

—Al parecer, será mejor que entremos antes de que nos congelemos aquí afuera.

Ambos antramos y sacudimos los restos de nieve de nuestros abrigos. Nos sentamos en el sofá, coloco mis piernas encima de las suyas.

—Entonces pasaré año nuevo y navidad sin ti.

Dice en un tono trizte. —¿Me vas a extrañar?

El mueve su bica de un lado a otro antes de contestar. —Aunque suene cursi, si, y mucho.

Lo abrazo inconscientemente. —Yo también te extrañare.

—Parece que nos estamos despidiendo.

Dice con una risita nerviosa. —Bueno,  tal vez sea porque mi madre es muy exagerada y de seguro nos enviará al aeropuerto cinco horas antes del vuelo.

Ambos reímos por que sabemos que es cierto, mí madre es una exagerada.

Continuamos hablando de varios temas sin importancia hasta que él sueño comienza a pasar factura. Ambos empezamos a bostezar.

—Lo mejor seria ya írme a casa.

Nos levantamos y lo acompaño hasta la puerta trasera.

—Camille, prometeme que volverás.

—Claro que si Asher, tengo que volver, este aburrido vencidario no será lo mismo sin mí.

Eso lo haze reír, nos abrazamos por última vez.

—Esta él infinito...

—Y más allá.

Me responde con su típica sonrisa. Esta vez si nos abrazamos por última vez y veo como se aleja.

Recuerdo cuando vimos toy story por primera vez. Nos encantó tanto esa frase que la empezamos a usar.

Siento una lágrima rondar por mi mejilla y la quitó rápidamente.

Patética

No se por que tengo él presentimiento de que ese si fue nuestra verdadera despedida.

Vuelvo a mi habitación a pasos pesados pero cuando me tumbo en la cama me quedo dormida enseguida.

Cuando me despierto veo a Ben domir placidamente en una esquina de mi cama, luego veo a mi derecha y noto que Luke también esta aquí.

Sacudo a ambos y comienzan a estirarse y bostezar.

—¿Que diablos hacían en mi habitación?

—Eres una rompe tradiciones Camille.

Y ahí recuerdo que siempre antes de cualquier viaje dormimos juntos, un poco raro.

—Perdón se me había olvidado.

Los tres nos levantamos y veo la hora en mi reloj digital, las 11:46 de la mañana ¿En que momento dormí tanto?

Suelto un quejido cuando Ben se sube en mi espalda. —Tienes problemas o qué.

Digo soltándolo de mi espalda. Bajamos para desayunar junto a nuestra madre.

Él desayuno pasa de forma rápida entre pláticas. —Bueno chicos ya es hora de que se cambien.

—Mamá pero faltan cinco horas para él vuelo.

—Es mejor llegar temprano.

Aclara antes de levantarse de la mesa y desaparecer, todos nos miramos y nos levantamos en silencio.

Colocó música para poder relajarme. Everything i wanted de billie ellish retumba por toda mi habitación.

Luego de una ducha algo larga salgo para cambiarme de ropa. Un jersey rosa palo, una cazadora blanca, unos jeans oscuros y unos tenis cómodos.

Me veo en él espejo y decido no hacerme algún maquillaje. Solo peino un poco mi cabello y me echó perfume.

Sin poder evitarlo miro la foto que tengo en mi espejo la tomo entre mis manos y sonrió.

Recuerdo mucho ese día apesar que fue cuando apenas tenia siete años; mi padre me tiene entre sus brazos mientras apunta a la camara, y yo estoy con una sonrisa donde me falta un diente y tengo la boca llena de helado.

Él tiempo nos cambia mi querida Camille.

Pienso al ver la foto. La dejo en su lugar y tomo mis maletas. Bajo las escaleras y noto que solo yo faltaba.

—Al fin. Estaba empezando a creer que fuiste a Narnia para cambiarte.

Ignoro él comentario de Luke. Todos salimos haciendo que la brisa fría de invierno se cuele por las partes que no están cubiertas.

Levantó mi vista hacía la casa de los Homtop's y veo a Alex en la entrada.

Él me saluda con una sonrisa pero al ver mis maletas se desvanece. Alex se acerca casi corriendo hacía mi y no duda ni un segundo en abrazarme.

En ese momento siento un ardor en mis ojos y hago todo lo posible para no derramar ninguna lágrima.

—Estúpida por que no me dijiste.

—Fue todo muy rápido.

—Oh mierda, pasaré toda navidad aguantando las canciones de mi familia solo.

—Pero tienes a Asher.

—El no cuenta.

Él claxon de mi madre interrumpe nuestra conversación. Miro con desesperación a Alex.

—No puedo hacer nada Cami, pero te vamos a extrañar.

—Dile al abuelo Homtop que me guarde galletas para cuando vuelva.

Él asiente con una sonrisa y vuelve a abrazarme. Noto que ya Luke subió mis maletas y me monto en él auto donde me despido de mano de Alex.

Carros, casas, edificios y arboles veo pasar junto a mi ventana. Jadeo de sorpresa al ver que ya habíamos llegado.

Todos salimos del vehículo. Y mi madre comienza a despedirse de cada uno.

—Ben recuerda que si sientes dolor en él pecho corre a decirle a tú padre. — le dice mi madre para luego abrazarlo.

—Vengan aquí mis traviesos.

Dice mi madre con una gran sonrisa. Y todos nos abrazamos.  Nos terminamos de despedir y pasamos a migración.

No sé que nos espera a partir de ahora, pero espero que toda Canadá este en alerta por que aquí vamos los hermanos Brown's.


ÉL NO ES UN MOUNSTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora