Camille Brown.
Suelto un jadeo cuando aquella figura de mirada penetrante se levanta. Es jodidiamente alto, podría decir que es más alto que Luke.
Trago en seco. Todo él alcohol en mi sistema desapareció haciendo que quedara la tímida Camille.
—Tu y yo ya nos hemos visto antes, chica del bar.
—Camille. Para ti.
—No me importa.
Dice antes de darle otra colada a su cigarrillo y soltar él humo en mi cara. Hago unamueca de asco y comienzo a toser, aquello pareció divertirle ya que sonrió de manera sínica.
—¡Hey preciosa! — volteo y veo al chico con él cual estaba bailando, se le nota que esta borracho a lenguas. —¿No vas a volver? Me dejaste incompleto.
Lo miro de forma esta por sus palabras sin sentido. —No voy a volver.
—Deberías.
Me susurra el chico de ojos verdes. Lo ignoro y niego con la cabeza. El chico que estaba en la puerta bufa volviendo a la fiesta.
—¿Como te llamas?
—No te importa.
Mumurra antes de dejar caer su cigarrillo y pisarlo con su pie.
—¿Como te llamas?
—¿No tienes nada más que hacer?
Me contesta con otra pregunta y yo niego con la cabeza. Pero me detengo ya que me comenzaba a marear.
—Nou.
Digo con una sonrisa. El rueda los ojos y se comienza a alejar de mi. Yo lo.sigo como una perrita faldera.
—Deja de seguirme.
Se detiene haciendo que choque con su gran espalda. —¿Por que eres tan odioso?
Me cruso de brazos y él se voltea para conectar su verde mirada con la mía.
—No soy odioso. Soy... — mira para otro lado, como si estuviera buscando la palabra adecuada. —Sincero y directo.
—Eres un idiota. Por que los hombres idiotas me persiguen.
Admito en vos alta recordando la razón por la cual vine aquí. Siento mis ojos arder, el se acerca, huele a cigarrillos y menta. Una mezcla totalmente única.
Suspiro y bajo la cabeza por lo estúpida que soy.
—Soy Chris. Y alejate de mí.
Dice antes de desaparecer. Una parte de mi salta de alegría por él simple echo de que me dijo su nombre. Pero por otra parte me entristece que ya no nos vamos a ver.
—Camille, aquí estas, pensaba que te habíamos perdido.
Volteo y veo a Holden venir hacía mí.
—Solo quería tomar aire.
Busca su móvil en su bolsillo y luego enciende él flash haciendo que entre cierre los ojos por la claridad tan repentina.
Acerca el flash a mi cara y examina mis ojos.
—Bueno, solo estas borracha, pensé que estabas drogada. — Admite guardando su móvil. El parece estar sobrio. —¿No tienes frío?
En ese momento en que siento la brisa fria golpear mi piel. Relamente sentia el frio pero el alcohol hacia que lo sintiera menos.
Camino junto a Holden por él gentío de gente hasta llegar a la camioneta.
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ÉL NO ES UN MOUNSTRO
Teen Fiction-Ninguna vida es perfecta, todos tenemos heridas, no visibles ante todo el mundo. No se como diablos ella pudo ver algo de esperanza en mi. -La vida tiene una jodida manera de hacerte sufrir de la manera más dulce, así fue con él.