Camille Brown.
Esto fue una mala idea.
Nunca debí aceptar aquella invitación de Holden.
Me abrazo a mi misma sintiendo él frío, apesar de tener como tres abrigos, hace mucho frío. Continuo caminando por lo que creo que es la salida.
Vuelvo a tomar mi móvil para intentar encenderlo, pero se que es estúpido. No tengo batería.
Mierda. ¿A donde se fue Luke? Lo último que recuerdo es verlo salir de una tienda.
Luego continue viendo algunas prendas por unas horas. Hasta que me di cuenta de que me habían dejado sola.
Salí de aquella tienda tratando de recordar por donde Luke se había ido. Y obio termine perdiéndome en él centro comercial.
Según ellos, querian venir a hacer las compras pre navidad. Idiotas.
Esta me las vas a pagar muy caro Luke Brown.
Luego de varios minutos buscando la salida por fin la encuentro. Salgo sintiendo aún más el frío. Joder parece una jodida nevera.
Camino fuera del centro haciendo que la nieve se hunda a mi paso.
Trato de recordar el camino de regreso a casa. No debe ser muy lejos. Duramos alrededor de media hora en llegar. De seguro queda a una hora caminando.
¿A quien quiero engañar? Moriré de frío antes de poder llegar.
Continuó caminando. Esta empezando a anochecer, lo que me faltaba.
Maldita sea él momento en que acepté venir aquí. Ahora debería estar en la casa, caliente, en pijama ayudando a hacer alguna decoración.
Bufo colocándome en gorro de mi abrigo. No me malinterprenten, adoro el frío, pero estando en mi casa tomando algo caliente, no aquí.
Ya la noche había caído y yo todavía seguía caminando. Veo un callejon parece muy desolado. Me acerco por que veo una figura moverse en la oscuridad.
—¿Hola?
Digo con voz temblorosa. —Hola.
Me responde una voz grave. Sale de la oscuridad revelando su aspecto, es un chico de alrededor de quince o dieciséis años, tiene el pelo color chocolate, ojos del mismo color, si no fuese por que soy muy buena adivinando las edades, diría que tiene alrededor de diecinueve, se ve muy maduro para su edad.
—¿Quien eres?
—Camille. Necesito ayuda estoy perdidia desde hace varias horas.
Él sonrie de lado escondiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo.
—No eres de por aquí, cierto. — asiento —Bueno. Te prestaría mí móvil, pero esta en mi casa.
—Oh por Dios, esto no me sirve para nada.
Suelto un suspiro muy pesado. —Mi casa no esta tan lejos de aquí.
—¿Crees que voy a ir a la casa de un extraño? — contesto de forma inmediata.
—Sé que es algo indecente, pero prometo no hacerte daño.
Levanta las manos en son de paz. Me muerdo el labio inferior tratando de decidir.
Mi opción uno es ignorar a este lunático y continuar mi camino. Mi segunda opción es irme con él.
—Vamos preciosa no tengo toda la noche.
—Esta bien. Solo haré una maldita llamada y me largo de tu casa.
Él sonríe satisfecho y comienza a caminar. Camino junto a él.
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ÉL NO ES UN MOUNSTRO
Teen Fiction-Ninguna vida es perfecta, todos tenemos heridas, no visibles ante todo el mundo. No se como diablos ella pudo ver algo de esperanza en mi. -La vida tiene una jodida manera de hacerte sufrir de la manera más dulce, así fue con él.