capítulo 31

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Camille Brown

Intento soltarme para poder ir a donde esta mi hermano, pero aquellos guardias me agarran más fuerte. Las lágrimas siguen bajando por mis mejillas sin poder evitarlo.

Mi hermano. Esa imagen no la podré borrar nunca de mi mente, ver el cuerpo sin vida de Luke me hacen querer destrozar todo aquí.

Él murio por la culpa de ellos. Él no merecía una muerte tan desastrosa, la sangre sale por su boca, nariz y oídos. No puedo creer que esto este pasando encerio.

Los guardias me obligan a dar media vuelta y caminar junto a ellos. Mis piernas están débiles y me arde la garganta por tanto llorar. Cuando llegamos uno de ellos abre la había ingresando unos números, intento verlos pero fue muy tarde.

Cuando la puerta se abre veo a mi madre sentada en la cama. Siento como mis ojos vuelven s cristalizarse miadre se acerca casi corriendo y me abraza con fuerza.

Y en ese instante me vuelvo a romper como un cristal. Maldita sea, lo extrañare demasiado.

—Mamá...

—Shhh no digas nada Cam, yo lo sabía.

Eso me confunde pero no digo nada. Solo acomodo mi rostro entre el hueco de su cuello. Cuando siento que estoy un poco más tranquila ella me aparta y me sienta en la cama.

—¿Como lo sabías?

Digo tomando su mano como apoyo. Ella acomoda mi cabello antes de responder.

—El es casi un druida puro, su cuerpo no soporto que su sangre fuese convertida.

Descanso mi cabeza en él hombro de mi madre mientras cierro los ojos.

Siento como un líquido caliente baja de mi nariz. Abro los ojos y con confusión llevo una de mis manos a mi nariz. Cuando llega a mi boca siento él sabor metálico de sangre.

—Mamá...

Un dolor agudo se esparece por mi cabeza haciendo que apriete mis dientes. Mi madre se da cuenta y rápidamente me obliga a mirarla.

—Camille, mirame — hago lo que me pide —. Eres muy fuerte, no cierres los ojos.

Siento como también comienza a salir un liquido de mis oídos. Quiero gritar pero no puedo, es como si mi vos estuviera encerrada.

Cada vez se me hace más difícil mantener mis ojos abiertos. Veo como mi madre comienza a gritar por ayuda. Pero todo se vuelve rojo antes de poder evitarlo.

Asher Sherman

Dejó algunos libros encima de mi escritorio. Suelto un suspiro cansado y me siento en la silla giratoria.

Esta maldita semana ah sido la peor de toda mi vida. Tengo demasiados examenes, muchas tareas y responsabilidades como presidente del comité estudiantil.

Siento mis parpados pesados pero me niego a cerrarlos. No me puedo dormir, no ahora, tengo un examen de química mañana.

Escuchó como alguien golpea mi puerta

—Si eres Alex, no, no tengo tus estúpidos boxers.

—No soy Alex.

Dice mi madre y puedo imaginar la sonrisa que debe de tener en él rostro por él tono que uso. Ne levanto de mi lugar y abro la puerta.

—¿Que paso mamá?

—Ash, el señor Brown está aquí.

Habla mi madre con un tono serio.

—Bajo enseguida.

Ella siente y veo como desaparece en él pasillo de las habitaciónes. Trató de calmar mis nervios, lo tengo que aceptar, ver al señor Brown me asusta.

Además que no eh visto a Camille en tres semanas y realmente la extraño demasiado.

Alejarme de ella fue lo más doloroso pero gracias a mis amigos y Meg ah sido un proceso más llevadero. Dejo de pensar tanto y salgo de mi habitación.

Veo su figura parada en él umbral de la puerta principal. Cuando me ve asiente con la cabeza y sale de la casa indicándome que lo siga. Veo a mi madre parada a un lado de las escaleras y ella también asiente.

Salgo de la casa y me detengo enfrente del señor Brown, en su rostro se nota que no ah descansado muy bien en los últimos días. Las grandes bolsas debajo de sus ojos son más que notables.

—Señor Brown es una total sorpresa tenerlo aquí.

Aclaro. El me da una mirada desde mis pies hasta mi cabello, hace unos años me parecia un hombre muy alto pero actualmente somos del mismo tamaño.

—Has crecido mucho Asher. Pero no vengo a hablar sobre eso.

—¿Que pasa?

Digo empezándome a preocupar.

—Seré directo. Secuestraron a Camille, Ben, Luke y Vivian. Necesito de tu ayuda.

Suelta de repente. Y siento como él peso de mil ladrillos cae en mi pecho. Secuestraron a Camille, de nuevo. Eso se llama tener mala suerte.

—¿Que? ¿Por qué?

Preguntó. El suspira y se acomoda la chaqueta.

—Es complicado. Pero te lo explicare en él camino, por favor Asher necesito tu ayuda.

—Lo que sea por mi mejor amiga.

Christian Lochell

Estoy en una habitación gris y fria. Estoy sentado en el suelo por que no hay ningún lugar donde pueda sentarme.

Ni siquiera sé en que momento llegue aquí, lo último que recuerdo es ver lo destrozada que estaba Camille con la muerte de su hermano.

Sabía que Camille no era una simple druida. Lo presentía. Pero ahora que la verdad salio a la luz todo es diferente. Me encantaria abrazarla de nuevo.

Que diablos estoy pensando

Últimamente no me eh sentido muy yo, siento como si todas las malditas paredes que me había empeñado en construir durante años se derriban poco a poco. Me estoy volviendo vulnerable de nuevo y no me gusta esto.

ÉL NO ES UN MOUNSTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora