Chris Lochell
Estoy roto
De eso no hay dudas. Enciendo el cigarrillo que tengo entre mis labios antes de contestar la llamada.
—¡Estoy cansado de tener que llamarte cinco veces hasta que te dignas a contestar!
Suelto el humo y veo como se esparce en él aire. —Hola hermano.
—Tu princesa está en peligro.
—Camille...
Casi me caigo de la silla. Me levanto rápidamente y voy a la habitación.
—Al parecer salió con su mejor amigo, y la estúpida de Joceline la tiene en la mira. Tienes treinta minutos para actuar.
Le pido que me pase la dirección salgo corriendo de mi departamento, llego al estacionamiento.
Enciendo mi camioneta y arranco a toda velocidad, si tengo suerte llegaré a tiempo. Y si no, le ruego al cielo que siga bien.
Ella se ha vuelto mi prioridad. Aunque quiera evitarlo, aunque quiera disfrazar ese sentimiento, ella me importa.
Camille Brown
Él auto de Asher se detiene frente a una cafeteria. Lo miro con un puchero.
—Esto no es Macdonald's.
—No. Pero los sándwiches de aqui son deliciosos.
Se encoje de hombros. Salimos del auto y entramos al lugar, es lindo, tengo que admitirlo, pero nada se compara con las papas fritas y el olor tan peculiar de macdonald's.
Asher me pide que me siente en una mesa mientras ordena algo. Tomo mi móvil y empiezo a revisar algunas cosas.
—Al fin nos volvemos a encontrar princesa.
Me paralizo al escuchar la vos de la estúpida vieja.
—¿Que quieres?
Hablo como puedo. Busco rápidamente mis contactos para poder llamar a mi madre.
—Creo que eso ya quedó claro la última ves.
Dice con simpatía. Niego cona cabeza y miro por encima de su hombro. Casi es el turno de Asher.
—Si no me dices donde está tu padre. El niño bonito sufrirá las consecuencias.
Trató de no golpear a esa vieja. —El no tiene nada que ver en esto. Dejalo fuera, es conmigo que tienes el problema.
Digo entre dientes. Ella sonríe aún más y se cruza de brazos. —Dime.
Suspiro y le doy un vistazo rápido a mejor amigo, el esta bien, no lo quiero involucrar en esta mierda. Suspiro y apoyo mis codos en la mesa.
—No sé donde se aloja, solo se que esta aqui en Boston.
Ella no dice nada y se levanta. Veo como su figura desaparecer entre el gentío.
En ese momento llega Asher con varias bolsas y se sienta donde estaba la vieja.
—¿Quien era ella?
Pregunta mientras destapa su refresco. Tomo una bolsa y la examino antes de contestar.
—Nadie importante.
—Camille.
Dice en tono de reprochó. —Era la mujer que me secuestro hace cinco días.
—Por que no me llamaste o algo.
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ÉL NO ES UN MOUNSTRO
Teen Fiction-Ninguna vida es perfecta, todos tenemos heridas, no visibles ante todo el mundo. No se como diablos ella pudo ver algo de esperanza en mi. -La vida tiene una jodida manera de hacerte sufrir de la manera más dulce, así fue con él.