capítulo 8

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Camille Brown.

Ya la noche buena había llegando. Término de arreglar mi maquillaje y susupiro satisfecha de mi trabajo.

Me coloco los tacones dorados que hacen juego con mi vestido negro. Salgo de la habitación y bajo con sumo cuidado por las escaleras.

Me siento en mi lugar, y al parecer solo faltaba yo. Por que ya todos están en sus respectivos lugares. 

—Antes de empezar a cenar. Quiero darle las gracias a mis hijos, Camille, Luke y Benjamin, sé que todo esto debe ser muy difícil para ustedes. Y realmente me sorprende lo bien que se están comportando con sus hermanastros. A Samantha, Xavier y Holden por acojerme en su familia. Y por último pero no menos importante a Amelia, que sin ella esto no hubiese sido posible.

Siento un pequeño pinchazo en mi pecho, extraño a mamá. Extraño verlos juntos. Pero este no es él mejor momento para ponerme nostalgica.

—Bueno sin más que decir. A comer.

Y fue como si la guerra de trolla se desatara. Todos empiezan a comer como locos. Y la comida esta deliciosa. Nunca había comido tanto en mi vida.

Luego de terminar de cenar. Nos sentamos en él sofá a empezar a hacer historias, tanto de miedo, como viejas anécdotas.

—Una vez Luke le cambio él shampoo de Camille  por pintura rosada. Cuando Camille se lavo él pelo duro como tres meses con él cabello rosa.

Dice mi padre entre risas. Y ahí me di cuenta de que lo extrañaba, extrañaba su risa, su forma de arreglar los problemas.

—Hace como tres años me llamaron del colegio donde estaban estos dos — Amelía señala a Holder y Xav, ellos se miran entre ellos y sonrien, al parecer ya saben cual historia va a contar su madre. —Diciéndome que mis dos hijos habían empezando una guerra de comida y después se escaparon.

Todos nos reimos por la expresión que coloca Amelía al final de la historia.

—Recuerdo que una vez me llamaron de la dirección de la escuela donde estaban Camille y Luke. Luke se había metido en problemas con tal de defender a su hermana y Camille se había metido en problemas porque una chica le grito 'idiota' a Luke.

Dice mirándonos con ternura. Le doy una collejada a Luke, el se queja y luego lo abrazo.

—Apesar de todo eres mi hermano.

Murmurro en su pecho. Y así paso nuestra noche buena, no fue la más perfecta, pero si que la pase bien.

(...)

Siento como alguien me sacude. No tengo que abrir los ojos para saber que es Ben. Siento también como alguien se sube a la cama y comienza a saltar.

—¡Ya es navidad!

Gritan Samantha y Ben a la vez. Al parecer alguien le tira una almohada por que salen corriendo y chillando.

Doy varias vueltas pero no puedo volver a conciliar él sueño. Me levantó y veo a Luke dormir plácidamente a mi lado.

Luego veo al suelo donde están Xav durmiendo y Holden en su móvil.

—Feliz navidad Camille.

—Feliz navidad Holden. — Murmurro con una sonrisa, mientras me estrujo los ojos —Oye tu y yo tenemos una conversación importante que continuar.

—Hablaremos de aquello cuendo este listo.

—Esta bien. ¿Vamos a desayunar?

Él asiente y ambos salimos de allí. Varios villancicos se escuchan, Holden y yo nos miramos y sonreímos. Cuando llegamos vemos a Ben y Samantha sentados cerca del árbol abriendo sus regalos, Amelía esta sentada en él sofá en él regazo de mi padre viendo a los niños con entusiasmo. Mi padre esta medio dormido y eso hace que suelte una risita.

Nos acercamos para ver nuestros regalos. Busco el mio con ansias, se siente como volver a ser niña, le quito la envoltura de forma rápida.

Es una caja pequeña asique mis expectativas de que me den un perro caen al suelo.

Es una caja marrón pequeña. Bueno, no tanto. Suspiro y la abro. Suelto un grito de la emoción. Voy hacia donde mi padre y lo abrazo con efusividad, el tarda en reaccionar y me abraza de vuelta soltando unas risas.

—Gracias gracias gracias.

Murmurro para de veces más antes de separarme de él. Tomo mi regalo de navidad y lo aprieto junto a mi pecho.

—A ver y ¿Por que tanta emoción?

Dice Holden llegando a mi lado. —Mira.

Le paso mi regalo y él parece sorprendenerse. —¿Por que te emocionas tanto por un par de boletos?

Contesta de forma graciosa. Yo ruedo los ojos pero antes de contestar mi padre lo hace.

—Asher y ella hicieron una promesa cuando apenas tenían siete años, esa promesa era que cuando terminarán sus estudios, antes de empezar la universidad, iban a viajar hacia el otro lado del mundo.

Él parece comprender y yo no paro de admirar mis dos boletos de avión hacía Italia.

Asher se va a poner como loco cuando le cuente lo ocurrido.

(...)

—¿Que era lo importante que me querias decir?

Dice Asher contestando mi llamada. Le enseño los boletos de aviones y él coloca una cara de sorpresa total.

—¡Nos vamos para italia!

Digo gritando. —Mira lo.que también me dieron mis padres. — El saca dos boletos de avión —¡Nos vamos para Grecia!

Grito de la emoción. —Por fin lo vamos a lograr.

Comenzamos a ponernos al día él uno con él otro. Ya comenzaba a extrañar a este idiota.

Luego de tardar como tres horas hablando decidimos terminar la llamada. Ya que su madre también lo estaba llamado.

Gurdo mi ipad y me coloco un abrigo de Luke. Todos salieron hacia la casa de un amigo de mi padre. Decidí quedarme por que me empezaba a doler un poco la cabeza, obio que era mentira, no tenía ganas de salir.

Escuchó como suena él timbre y me extraña demasiado ya que ellos tienen la llave de la casa. Bajo las escaleras tarareando la canción idfc de blackbear.

Abro la puerta y me congelo. No solo por él frío, sino por la persona que tengo efrente. No puedo creer que él este aquí.

—Dejame pasar. Me estoy muriendo de frío.

Lo dejo pasar solo por que le tengo un poco de pena. Encerio hace mucho frío afuera.

Él se sacude los restos de nieve. —¿Que diablos haces aquí?

—Sorpresa.

Dice colocando las manos de jazz. Ruedo los ojos y vuelvo a hacer mi pregunta.

—¿Que diablos haces aquí Alexander?

ÉL NO ES UN MOUNSTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora