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Hogwarts Express. 1991.

— ¿Pueden imaginarlo? ¡Harry Potter!— repetía Riley, aún incrédulo por los rumores que se oían por el tren.

— Una niña de Ravenclaw decía que estaba en un compartimiento con un Weasley— dijo Lumini, haciendo una mueca al pronunciar aquél apellido.

— Por experiencia, tal vez deberíamos rescatar a ese niño de esas dos bestias— Riley se encogió de hombros.— La vez que nosotros nos sentamos con ellos, terminamos temiendo de la ceremonia de selección.

Uno y Dos no son el tipo de chicos que dan fiestas de bienvenida, nos tocó a nosotros solo porque ellos tenían manía conmigo desde antes— suspiró la niña, rodando los ojos al recordar su primer encuentro.

— Supongo que no puede estar tan mal con Percy, entonces— razonó el de cabellos rubios.— Lo peor que puede hacer es pedirle que recite las normas de la escuela— bufó.

— Ningún Weasley es buena compañía— Lumini arrugó la nariz.— El niño sobrevivió al Señor Tenebroso solo para ser asesinado con la estupidez de los hombrecillos de jengibre. Deberíamos salvarlo antes de que empiece a tomar malas decisiones.

— Deberíamos dejar de adular a un niño de once años— bufó Jovvian, mirando por la ventana en el afán de ignorar a sus amigos.

— No hace falta que estés celoso— se burló Riley, dándole un golpe en el hombro al otro.

— Sigues siendo el único con sentido común y neuronas del grupo— afirmó Lumini, sacándole una sonrisa.

— Sigamos pensando que dos de tres de nosotros no somos hijos de los hombres que ayudaron al hombre que mató a sus padres— murmuró, borrando la sonrisa del rostro de todos.

— Opino que no hay nada más genial que eso— dijo Riley, intentando no quedarse afuera de aquél sentimiento de culpa.

— Y yo opino que hay cosas más importantes de las que hablar— intervino Lumini, en un intento de sacar la conversación de ese rumbo.— ¿Qué opinan de Hogsmade?

— Es una oportunidad para ir a Zonkos y armarte hasta los dientes contra los Weasley— alentó el rubio, sacando una queja del otro chico.

— ¿Van a hacérmelo de nuevo este año?— Jovvian bufó pesadamente.— Llevan dos años peleando como niños, por un momento pensé que teniendo 13 todos se volverían menos idiotas.

— La edad y la idiotez no tienen nada que ver— aclaró Riley, subiendo sus hombros.

— Y no es como si te obligáramos a participar...

— ¿Tienen a otra persona que robe los libros de Flitwick y los ingredientes de Snape?— se burló.

— Eres necesario y te apreciamos— sonrió la niña.— Pero si es lo que quieres, no voy a hacer nada si ellos no lo inician.

— Estás poniendo el destino de la paz de mi año en los Weasley— se burló el chico, riendo sin gracia.— Lo único que me queda por pedir es que los gemelos hayan aprendido a comportarse.

— Si Lumini no lo ha aprendido, ¿Qué te hace creer que ellos sí?— el rubio recibió un golpe por parte de la niña.

— Yo sé perfectamente cómo comportarme— se defendió.— Y juro que no haré nada si no es para tomar venganza.

— Confiamos en ti, cariño.

**

 Sin embargo, la idea de ser inocente del inicio de una nueva riña era increíblemente difícil de seguir.
Lumini había dejado pasar aquella oportunidad en el partido de quidditch, lo mismo con la vez en el comedor, pero ahora la situación parecía haberse alineado completamente para su gusto.

Una más Weasley y te juro... (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora