Entrada del Gran Comedor, Hogwarts. 1996.
— ¿"Brigada Inquisitorial"?— repitió Lumini, viendo con incredulidad el cartel que Jovvian señalaba con efusividad.
— Nos daría tantos créditos extras— animó el chico, con su cuerpo vibrando ante la idea.
— Nos daría tanto trabajo extra— corrigió, pasando por su lado y siguiendo su camino hacia el comedor.
Claro que su entrada hubiese sido más prolija si no hubiese sido interrumpida por el grupo de Gryffindors saliendo del mismo lugar.
— Perdón...
Lumini ni siquiera supo cómo responder cuando esas fueron las únicas palabras que salieron de la boca del pelirrojo. Y sabiendo que si seguía viendo su estúpido rostro lo golpearía en cualquier momento, se decidió por esquivar a cada persona del grupo para llegar a su destino original.
— ¿Sabes? Nunca terminé de entender esto— fue lo primero que dijo Jovvian al alcanzarla en su lugar en la mesa.
— ¿No entendiste por qué nuestros novios se comportan como si sus vidas fueran más importante que las nuestras y como si siquiera nos interesara el secreto que están guardando?
Ambos soltaron un suspiro a la vez, para luego mirar al otro decepcionado por parecer tan desesperados por volver a su amorío anterior.
— Entonces... puntos extras— recordó Jovvian, arrepintiéndose de haber traído el tema a la mesa y haberle dejado mal sabor a su desayuno.— Oí que Umbridge es la amante del ministro de magia, así que caerle bien podría abrirnos muchas puertas al mundo.
— Pensé que eras mucho menos básico, pero aparentemente sí sueñas con trabajar en el ministerio...
— ¿Acaso no sería genial tener una placa que diga "Jovvian Perserk, ministro de magia"?— le dio un leve codazo a su amiga.— Sería el soltero más codiciado de Londres, y tú serías mi fiel asistente que nunca se casó, y cuando escriban reportes de historia sobre nosotros pondrán títulos como "El romance que el ministro de magia y su asistente mantuvieron en secreto por años", pero en realidad moriremos sin habernos casado ni tener hijos.
— ¿Cuánto tiempo llevas trazando ese plan?— bufó Lumini, devolviéndole el codazo y esforzándose en parecer tan ensimismada en la broma como su amigo.
Pero la chica sentía que no podía permitirse tanto positivismo, sabía que no podía permitirse crear planes por sí misma.
No tendría control de lo que haría, ni con quién lo haría, ni las maneras en las que lo haría, y le dolía en cierta manera que Jovvian pensara tan felizmente de su futuro cuando había grandes posibilidades de ni siquiera tener uno.
Por otra parte, le parecía ridículo que, después de conocerla por tanto tiempo, Jovvian pudiera mirarle a la cara y pensar que tenía todo bajo control.
Lumini estaba demasiado segura de que todo su cuerpo demostraba lo abatida que se sentía, y le constaba que no era solo su imaginación, pues cada mañana al verse al espejo podía notar sus ojeras volviéndose más grandes, así también como la manera progresiva en la que su mirada de molestia por tener que levantarse temprano para ir a clases se había convertido en una mueca de pura desolación. La mataba sentirse de esa manera todo el día, la mataba que nadie más pareciera darse cuenta de su estado, la mataba tener que soportar el positivismo de Jovvian, las miradas de Fred y las emergencias del nuevo grupo que la había elegido como su líder.
Aquello último también cansaba hasta al último hueso de su cuerpo, pues a diferencia de otras personas, Lumini se preocupaba demasiado cada vez que veía a otros pasar por lo que aparentemente nadie notaba que le pasaba a ella.
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Una más Weasley y te juro... (Fred Weasley)
FanfictionUna batalla por quién podía dar la mejor y última broma, en la que ninguno de los dos bandos admitiría la derrota fácilmente. Gemelos Weasley vs Lumini. Ya se había convertido en algo usual para los demás estudiantes.