5. Year 3000.

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Todo había sido muy extraño. Si Joshua pudiera poner en una sola palabra el resumen de su travesía, elegiría esa: extraño. Ahora estaba en un mundo cuyo nombre no conocía, a punto de salir de la nave espacial que le habían obligado a abordar. Ja, como si fuera alguien muy importante. El gobierno solo había querido abducir a cualquier mocoso menor de edad. En el caso de Joshua, nadie notaría su ausencia.

«Bueno, no eres precisamente Brad Pitt». El chico hizo oídos sordos a su voz interna porque su atención de pronto fue atraída por algo más...

𝘖𝘯𝘦 𝘥𝘢𝘺 𝘸𝘩𝘦𝘯 𝘐 𝘤𝘢𝘮𝘦 𝘩𝘰𝘮𝘦 𝘢𝘵 𝘭𝘶𝘯𝘤𝘩𝘵𝘪𝘮𝘦
𝘐 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘥 𝘢 𝘧𝘶𝘯𝘯𝘺 𝘯𝘰𝘪𝘴𝘦.
𝘞𝘦𝘯𝘵 𝘰𝘶𝘵 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘢𝘤𝘬𝘺𝘢𝘳𝘥 𝘵𝘰 𝘧𝘪𝘯𝘥 𝘰𝘶𝘵
𝘪𝘧 𝘪𝘵 𝘸𝘢𝘴 𝘰𝘯𝘦 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘰𝘴𝘦 𝘳𝘰𝘸𝘥𝘺 𝘣𝘰𝘺𝘴.

Estaba en una cabeza.

No, en serio.

ESTABA.

EN.

UNA.

MALDITA.

CABEZA.

—¿Qué diablos es esto? —preguntó Joshua, sintiéndose un parásito invasor de cabezas de pronto. Volteó y vio a otros mocosos como él saliendo de la nave, algunos con objetos en la mano, otros con las manos vacías. De cualquier forma, ellos lucían tan atónitos como él.

𝘚𝘵𝘰𝘰𝘥 𝘵𝘩𝘦𝘳𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘺 𝘯𝘦𝘪𝘨𝘩𝘣𝘰𝘳 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘦𝘥 𝘗𝘦𝘵𝘦𝘳
𝘢𝘯𝘥 𝘢 𝘍𝘭𝘶𝘹 𝘊𝘢𝘱𝘢𝘤𝘪𝘵𝘰𝘳.
𝘏𝘦 𝘵𝘰𝘭𝘥 𝘮𝘦 𝘩𝘦 𝘣𝘶𝘪𝘭𝘵 𝘢 𝘵𝘪𝘮𝘦 𝘮𝘢𝘤𝘩𝘪𝘯𝘦,
𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘰𝘯𝘦 𝘪𝘯 𝘢 𝘧𝘪𝘭𝘮 𝘐'𝘷𝘦 𝘴𝘦𝘦𝘯...

La cosa más curiosa era sin duda el cuerpo del ¿ser? que poseía el mundo como cabeza. Era un cúmulo de estrellas, algo incorpóreo y, sin duda alguna, raro. El ente se movió, lo cual produjo un pequeño terremoto en el mundo cabeza.

—¡Tenemos que salir de aquí! —oyó a alguien gritar.

—¿En serio? ¡No me digas! —gritó de vuelta, más frustrado que otra cosa. Siguió con la vista la nave que nadie se había interesado en cuidar, señalando cómo esta era engullida por las entrañas de la tierra, quizás perdiéndose en las neuronas de aquella cabeza estelar.

Joshua echó a correr, dispuesto a encontrar algún otro medio de transporte. Como fuere, su malsana curiosidad le jugó en contra (eso, y que tenía la capacidad de enfoque de una toronja). ¡Llovía brillantina! Y no mojaba... Era como si todos estuvieran bajo el agua, pero sin estarlo. ¿Qué clase de mundo mega-avanzado era ese?

𝘏𝘦 𝘴𝘢𝘪𝘥: "𝘐'𝘷𝘦 𝘣𝘦𝘦𝘯 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘺𝘦𝘢𝘳 𝘵𝘩𝘳𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘰𝘶𝘴𝘢𝘯𝘥.
𝘕𝘰𝘵 𝘮𝘶𝘤𝘩 𝘩𝘢𝘴 𝘤𝘩𝘢𝘯𝘨𝘦𝘥 𝘣𝘶𝘵 𝘵𝘩𝘦𝘺 𝘭𝘪𝘷𝘦𝘥 𝘶𝘯𝘥𝘦𝘳 𝘸𝘢𝘵𝘦𝘳.
𝘈𝘯𝘥 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵, 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵, 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘥𝘥𝘢𝘶𝘨𝘩𝘵𝘦𝘳
𝘪𝘴 𝘥𝘰𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘪𝘯𝘦. 𝘋𝘰𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘪𝘯𝘦!"

No supo cuándo dejó de correr y caminó más tranquilo (probablemente cuando el piso dejó de temblar, duh), pues de pronto solo podía sonreír ante las casas. Por alguna razón la gente estaba decorándolas. ¿Había un festival?...

Obtuvo la respuesta cuando llegó al final de la calle cerebral y vio a un mocoso de su misma edad en un pedestal, bailando a todo ritmo con una zunga de leopardo.

Fue amor a primera vista.

—¡Oye, tú! ¡Chico de la zunga! —lo llamó, queriendo abrirse paso entre el gentío y lográndolo a duras penas. La gente lo miraba como si fuera un insecto, pero no parecían alarmados por la diferencia en el color de cabello. Ellos eran todos extravagantes y Joshua era solo... Joshua.

Por supuesto, el glorioso chico de la zunga no notó su presencia. Él solo bailaba, y cuando Joshua pensaba que no podía sufrir otro flechazo, el hermoso ser empezó a cantar.

—MAMARRE, MAMARRE. MAMARRE, MAMARRE. CÓMO LO MUEVE ESTA MUCHACHOTA, METIÉNDOLE AL DENBOW ES QUE SE BOTA~

Joshua se llevó una mano al pecho, con la sonrisa de Betty La Fea al contemplar a Don Armando. Con ese mismo afán, con esa misma ilusión. ¡Qué elegancia! ¡Qué destreza! ¡Qué canción mágica para caldear los corazones y hacer volar los pantalones!

Los aplausos llegaron cuando terminó la canción, y Joshua se unió a ellos. Buscó en sus bolsillos hasta dar con algunos billetes, los cuales estiró. El chico de la zunga se acercó a sus admiradores, y cuando vio el dinero arqueó una ceja.

𝘏𝘦 𝘵𝘰𝘰𝘬 𝘮𝘦 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘧𝘶𝘵𝘶𝘳𝘦 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘧𝘭𝘶𝘹 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨,
𝘢𝘯𝘥 𝘐 𝘴𝘢𝘸 𝘦𝘷𝘦𝘳𝘺𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨.
𝘉𝘰𝘺𝘣𝘢𝘯𝘥𝘴, 𝘢𝘯𝘥 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘰𝘯𝘦, 𝘢𝘯𝘥 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘰𝘯𝘦,
𝘢𝘯𝘥 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘰𝘯𝘦...

—¡Es dinero! —le dijo Joshua, casi gritando para hacerse oír.

—¡¿Qué es dinero?! —preguntó de vuelta el chico, antes de aceptar... ¿es en serio? En fin, antes de aceptar un pequeño ramo de papas fritas con el logo de Kentucky Fried Chicken y un muñequito de Cosmo de los Padrinos Mágicos.

—¡¿ACABAS DE RECHAZAR MIS BILLETES POR UN COSMO DE JUGUETE?!

—UN COSMO DE JUGUETE QUE DICE "PUDÍN".

Joshua se quedó boquiabierto, antes de ser empujado por el gemelo perdido de Johnny Bravo. Parecía ser que ahí el dinero no tenía valor alguno. ¿Con qué se solían comprar las cosas en ese planeta?

𝘎𝘪𝘳𝘭𝘴 𝘵𝘩𝘦𝘳𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘳𝘰𝘶𝘯𝘥 𝘩𝘢𝘪𝘳 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘚𝘵𝘢𝘳 𝘞𝘢𝘳𝘴
𝘧𝘭𝘰𝘢𝘵 𝘢𝘣𝘰𝘷𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘧𝘭𝘰𝘰𝘳.
𝘞𝘦 𝘥𝘳𝘰𝘷𝘦 𝘢𝘳𝘰𝘶𝘯𝘥 𝘪𝘯 𝘢 𝘵𝘪𝘮𝘦 𝘮𝘢𝘤𝘩𝘪𝘯𝘦,
𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘰𝘯𝘦 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘧𝘪𝘭𝘮 𝘐'𝘷𝘦 𝘴𝘦𝘦𝘯...

Con el corazón (y sus billetes) destrozados, se alejó del tumulto. Ah, pero pronto una cabellera estrambótica atrajo su atención. Era el chico de la zunga otra vez, abordando un auto que se parecía mucho al Max-5 de Meteoro.

Joshua sonrió.

Siempre estúpido, nunca inestúpido, corrió tras el auto para impedir que el amor de su vida en zunga de leopardo huyera. Sin embargo, algo curioso ocurrió en ese momento. Uno de los chicos que había llegado a ese mundo con él apareció, y traía un arma.

𝘏𝘦 𝘴𝘢𝘪𝘥: "𝘐'𝘷𝘦 𝘣𝘦𝘦𝘯 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘺𝘦𝘢𝘳 𝘵𝘩𝘳𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘰𝘶𝘴𝘢𝘯𝘥.
𝘕𝘰𝘵 𝘮𝘶𝘤𝘩 𝘩𝘢𝘴 𝘤𝘩𝘢𝘯𝘨𝘦𝘥 𝘣𝘶𝘵 𝘵𝘩𝘦𝘺 𝘭𝘪𝘷𝘦𝘥 𝘶𝘯𝘥𝘦𝘳 𝘸𝘢𝘵𝘦𝘳.
𝘈𝘯𝘥 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵, 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵, 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘥𝘥𝘢𝘶𝘨𝘩𝘵𝘦𝘳
𝘪𝘴 𝘥𝘰𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘪𝘯𝘦. 𝘋𝘰𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘪𝘯𝘦!"

Ante la visión del arma, todo cambió por completo. Los habitantes del mundo cabeza, que antes no habían reparado siquiera en el costal espacial que vestía Joshua, ahora lucían como si... le temieran a él y al otro chico.

Joshua no tardó mucho en concluir que no era a él en sí a quien temían, ni siquiera al otro chico, sino al objeto. El arma.

Mejor dicho, un simple humano no resultaba una amenaza, pero uno con un arma sí. Y eso probablemente se debía a que su raza, la humana, era la única que detectaba como amenaza a un ser diferente, no por llevar un arma, sino por el mero hecho de serlo. Estos tipos extravagantes, de pronto, parecían tener acciones con mucho más sentido que la gente de su propio planeta.

—No vamos a hacerles daño —aseguró, alzando ambas manos y haciendo que su compañero tirase el arma al suelo—. Solo somos viajeros. Vinimos a explorar este mundo cabeza...

—Imaginaria.

—¿Perdón? —Joshua miró a su alrededor, solo para encontrar al chico de la zunga a un par de metros. Había salido de su Max-5. Y lo más importante...

¡Le había hablado!

—Imaginaria. Así se llama este mundo, alien.

—Ah... Ya veo. Yo... Bueno, nuestra solución fue tragada, así que basta con que consigamos nave.

El chico le miró confundido.

—Ahm, ¿no querrás decir...?

—No, por supuesto que no. Así es como lo dije, no es que esté nervioso. En mi planeta le cambiamos el orden a las palabras cuando nos presentamos ante alguien, por respeto —se apresuró a decir Joshua—. ¿Ves? Oh, chico de la zunga de Cupido, tu gran flecha(?) logró que me bailara leopardo.

—Ya...

«¡Imbécil! Ahora no se va a casar contigo».

𝘐 𝘵𝘰𝘰𝘬 𝘢 𝘵𝘳𝘪𝘱 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘺𝘦𝘢𝘳 𝘵𝘩𝘳𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘰𝘶𝘴𝘢𝘯𝘥,
𝘵𝘩𝘪𝘴 𝘴𝘰𝘯𝘨 𝘩𝘢𝘥 𝘨𝘰𝘯𝘦 𝘮𝘶𝘭𝘵𝘪-𝘱𝘭𝘢𝘵𝘪𝘯𝘶𝘮.
𝘌𝘷𝘦𝘳𝘺𝘣𝘰𝘥𝘺 𝘣𝘰𝘶𝘨𝘩𝘵 𝘰𝘶𝘳 7𝘵𝘩 𝘢𝘭𝘣𝘶𝘮.
𝘐𝘵 𝘩𝘢𝘥 𝘰𝘶𝘵𝘴𝘰𝘭𝘥 𝘒𝘦𝘭𝘭𝘺 𝘊𝘭𝘢𝘳𝘬𝘴𝘰𝘯!

El chico de la zunga, que se presentó como Zeth, terminó ignorando sus momentos de nerviosismo. O al menos asumió que si Joshua estaba nervioso se debía a su situación en Imaginaria. No importaba, mientras Joshua pudiera no seguir degradando su propia imagen ante su futuro esposo estaba bien.

—¿Por qué este mundo se llama Imaginaria? —preguntó cuando Zeth y el otro grupo de extravagantes le conducían a... ¿su próxima nave?

Tal vez debió ser más desconfiado, pero simplemente no podía. El chico de la zunga le inspiraba confianza. Su cautela había escapado.

—Todos somos imaginados —respondió Zeth, señalando la lluvia de brillantina que nunca dejaba de caer—. En Imaginaria las ideas siempre llueven. Nunca paran.

𝘐 𝘵𝘰𝘰𝘬 𝘢 𝘵𝘳𝘪𝘱 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘺𝘦𝘢𝘳 𝘵𝘩𝘳𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘰𝘶𝘴𝘢𝘯𝘥,
𝘵𝘩𝘪𝘴 𝘴𝘰𝘯𝘨 𝘩𝘢𝘥 𝘨𝘰𝘯𝘦 𝘮𝘶𝘭𝘵𝘪-𝘱𝘭𝘢𝘵𝘪𝘯𝘶𝘮.
𝘌𝘷𝘦𝘳𝘺𝘣𝘰𝘥𝘺 𝘣𝘰𝘶𝘨𝘩𝘵 𝘰𝘶𝘳 7𝘵𝘩 𝘢𝘭𝘣𝘶𝘮,
7𝘵𝘩 𝘢𝘭𝘣𝘶𝘮, 7𝘵𝘩 𝘢𝘭𝘣𝘶𝘮...

—¿Y qué fue lo de hace una hora? ¿El sismo?

—Nuestro mundo siempre está en movimiento. De hecho, todos los mundos están siempre en movimiento.

—¿Como tú cada que suena Mamarre?

Por primera vez, escuchó a Zeth reír.

Fue extraño. De pronto la perspectiva de irse no le gustaba tanto.

𝘏𝘦 𝘵𝘰𝘭𝘥 𝘮𝘦 𝘩𝘦 𝘣𝘶𝘪𝘭𝘵 𝘢 𝘵𝘪𝘮𝘦 𝘮𝘢𝘤𝘩𝘪𝘯𝘦,
𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘰𝘯𝘦 𝘪𝘯 𝘢 𝘧𝘪𝘭𝘮 𝘐'𝘷𝘦 𝘴𝘦𝘦𝘯...

Tardaron algunas horas más en llegar al transporte. No, no había sido ninguna especie de trampa. No había ningún Área51 ni gente presta a atrapar a Joshua y al otro mocoso para hacerles estudios. Nada. Ahí, donde ellos ahora estaban, solo había un enorme dragón verde.

—Shenlong, ¿eres tú?

Nunca supo si lo era o no, pero no importaba. Su compañero y él se sentaron en alguna parte de su cuerpo, y se prepararon para despedirse. Joshua apenas intercambió palabras con el otro humano, solo las precisas. Con Zeth, en cambio, dijo varias cosas más.

Básicamente le pidió el número de móvil, a lo cual el otro respondió que en Imaginaria no existían esas cosas del diablo.

𝘐'𝘷𝘦 𝘣𝘦𝘦𝘯 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘺𝘦𝘢𝘳 𝘵𝘩𝘳𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘰𝘶𝘴𝘢𝘯𝘥.
𝘕𝘰𝘵 𝘮𝘶𝘤𝘩 𝘩𝘢𝘴 𝘤𝘩𝘢𝘯𝘨𝘦𝘥 𝘣𝘶𝘵 𝘵𝘩𝘦𝘺 𝘭𝘪𝘷𝘦𝘥 𝘶𝘯𝘥𝘦𝘳 𝘸𝘢𝘵𝘦𝘳.
𝘈𝘯𝘥 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵, 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵, 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘥𝘥𝘢𝘶𝘨𝘩𝘵𝘦𝘳
𝘪𝘴 𝘥𝘰𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘪𝘯𝘦. 𝘋𝘰𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘪𝘯𝘦!

—Pero, pero, pero... ¿Cómo vas a casarte conmigo si no tengo tu número?

El chico de la zunga lo calló con un beso.

¡Un beso!

—Nos encontraremos en algún otro mundo. Solo espera —dijo, guiñándole un ojo antes de alejarse. Le había dejado algo en la mano. Joshua no tenía que ver para saber de qué se trataba.

Era el muñequito de Cosmo.

Al llegar al planeta tierra, tanto Joshua como su compañero dijeron que habían encontrado más de lo mismo en el mundo cabeza, nada interesante, nada nuevo. ¿Cómo iban a dar información así a gente que ni siquiera los había reunido apropiadamente para explorar? Los habían abducido y los habían arrojado a un mundo desconocido para ver qué conseguían, nada más.

Bonita humanidad.

Joshua se prometió uno de esos días que encontraría la forma de regresar. La frontera entre un mundo y otro podía ser, después de todo, algo que también había nacido de la imaginación. Si así era, solo debía traspasar los límites que las mentes imponían.

Así, podría llegar a ese mundo inhumano que, precisamente por eso, era un poco más humano.

A hundred worlds where I still love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora