29. The Beast Within.

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El auto se detuvo a una cuadra de la casa de dos pisos. Se trataba de una fachada sobria, digna del hogar de un político. Joshua sabía que debía caminar, porque el susodicho no quería que un hombre de Dios fuera visto ingresando a su casa. Después de todo, sus discursos en campañas políticas se encargaban de repudiar al cristianismo.

Por supuesto, Joshua estaba ahí por otras razones. No solo estaba el hecho de demostrarle a un escéptico la grandeza de Dios, sino también lo que la secretaria de este le había dicho. El hijo menor de la familia parecía estar siendo víctima de una posesión. Joshua no podía enterarse de algo así y no hacer nada para ayudar. Se le había dicho que se trataría de un trabajo sumamente discreto, pero eso no podía importarle menos. Se había asegurado de que ni siquiera sus colegas supieran que estaba yendo a aquella casa.

Se acomodó el sombrero al bajar del auto, y se desplazó hacia la puerta trasera de la vivienda, sujetando con firmeza su maletín negro. Traía todo lo necesario para la intervención, y una paz inmensa llenaba su organismo. Tocó la puerta con suavidad, y cuando la empleada doméstica le abrió él asintió ante su señal de silencio.

Ahora bien, cuando intercambió palabras con la madre de la víctima, supo por qué las fuerzas demoníacas escogerían aquella casa. No había que excavar mucho en la historia familiar para descubrir que se trataba de gente alejada de Dios. Esto era algo que no tenía que ver con la religión en sí, al menos no para Joshua. Tenía que ver más bien... con tener energía divina en el corazón. Se preguntó si tal vez el hijo menor de la familia era la única luz existente en esa familia. Quizá por eso había sido elegido, hm.

Los más puros siempre eran los más perseguidos.

𝘉𝘭𝘦𝘴𝘴𝘦𝘥 𝘪𝘴 𝘩𝘦 𝘸𝘩𝘰 𝘳𝘦𝘢𝘥𝘴 𝘢𝘭𝘰𝘶𝘥
𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘰𝘳𝘥𝘴 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘩𝘦𝘤𝘺,
𝘢𝘯𝘥 𝘣𝘭𝘦𝘴𝘴𝘦𝘥 𝘢𝘳𝘦 𝘵𝘩𝘰𝘴𝘦 𝘸𝘩𝘰 𝘩𝘦𝘢𝘳
𝘢𝘯𝘥 𝘸𝘩𝘰 𝘬𝘦𝘦𝘱 𝘸𝘩𝘢𝘵 𝘪𝘴 𝘸𝘳𝘪𝘵𝘵𝘦𝘯 𝘵𝘩𝘦𝘳𝘦𝘪𝘯,
𝘧𝘰𝘳 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘪𝘮𝘦 𝘪𝘴 𝘯𝘦𝘢𝘳.
𝘏𝘦 𝘪𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘯𝘨 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘩𝘦 𝘤𝘭𝘰𝘶𝘥𝘴,
𝘢𝘯𝘥 𝘦𝘷𝘦𝘳𝘺 𝘦𝘺𝘦 𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘴𝘦𝘦 𝘩𝘪𝘮.
𝘌𝘷𝘦𝘳𝘺𝘰𝘯𝘦 𝘸𝘩𝘰 𝘱𝘪𝘦𝘳𝘤𝘦𝘥 𝘩𝘪𝘮...
𝘈𝘯𝘥 𝘢𝘭𝘭 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘳𝘪𝘣𝘦𝘴 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘦𝘢𝘳𝘵𝘩
𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘸𝘢𝘪𝘭 𝘰𝘯 𝘢𝘤𝘤𝘰𝘶𝘯𝘵 𝘰𝘧 𝘩𝘪𝘮.

El chico se llamaba Zeth, y según la madre era un artista prodigioso. Aun así, fue clara al decir que él sería político como el padre y su hermana mayor. El arte solo era un accesorio en esa familia. Al muchacho le gustaba hacer trabajo voluntario, ayudar a los necesitados, o al menos eso pudo apreciar Joshua cuando veía algunas fotografías en las paredes. Mientras la mujer parloteaba sobre cómo eso le ayudaría a tener una buena imagen cuando se lanzara a la política, Joshua se preguntaba qué tan insoportable sería la vida de Zeth en un lugar así, donde no había margen para soñar y el resto de su vida ya estaba decidida.

Se prometió que, si el chico realmente estaba poseído, haría todo lo necesario para salvarlo. Las personas que hacían el bien merecían ser protegidas.

—¿Mamá? ¿Llegó el...? Oh —la voz se detuvo en seco, haciendo que Joshua se girase a verlo.

Ciertamente, aquel chico se veía demasiado noble para un entorno tan tóxico. El instinto protector reclamó terreno, e hizo que se acercase a saludar al demacrado chico.

—Joshua Miller, un gusto —se presentó, extendiendo la diestra—. Tú debes ser Zeth, ¿no es así?

El muchacho asintió.

—Usted debe ser el cura —masculló entre dientes, removiéndose con cierta incomodidad.

—Prefiero el término 'exorcista' —apuntó Joshua, sin soltar la mano ajena y estudiando la reacción de Zeth.

Había visto esa aversión a su cercanía en muchas víctimas de posesión.

—Ve a tu habitación, hijo. Le diré a Melania que te lleve comida —habló la mamá. Sonaba impaciente.

Joshua dejó la mano del chico entonces, el cual subió casi corriendo las escaleras, hasta desaparecer de visión.

—¿Melania lo ata? —cuestionó, sin voltear a ver a la madre de Zeth todavía.

—Claro que no. ¿Cómo explicaría tener amarrado a mi hijo? La prensa se enteraría.

El exorcista suspiró.

𝘛𝘩𝘰𝘴𝘦 𝘰𝘧 𝘺𝘰𝘶 𝘸𝘩𝘰 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘯𝘰𝘵 𝘭𝘦𝘢𝘳𝘯𝘦𝘥
𝘸𝘩𝘢𝘵 𝘴𝘰𝘮𝘦 𝘤𝘢𝘭𝘭 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘦𝘦𝘱 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘰𝘧 𝘚𝘢𝘵𝘢𝘯,
𝘐 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘸𝘰𝘳𝘬𝘴, 𝘐 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘵𝘰𝘪𝘭,
𝘢𝘯𝘥 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘱𝘢𝘵𝘪𝘦𝘯𝘵 𝘦𝘯𝘥𝘶𝘳𝘢𝘯𝘤𝘦.
𝘈𝘯𝘥 𝘩𝘰𝘸 𝘺𝘰𝘶 𝘤𝘢𝘯𝘯𝘰𝘵 𝘩𝘦𝘢𝘳 𝘦𝘷𝘪𝘭 𝘮𝘦𝘯,
𝘣𝘶𝘵 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘵𝘦𝘴𝘵𝘦𝘥 𝘵𝘩𝘰𝘴𝘦 𝘸𝘩𝘰 𝘤𝘢𝘭𝘭 𝘵𝘩𝘦𝘮𝘴𝘦𝘭𝘷𝘦𝘴
𝘈𝘱𝘰𝘴𝘵𝘭𝘦𝘴 𝘣𝘶𝘵 𝘢𝘳𝘦 𝘯𝘰𝘵.
𝘈𝘯𝘥 𝘧𝘰𝘶𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦𝘮 𝘵𝘰 𝘣𝘦 𝘧𝘢𝘭𝘴𝘦.
𝘐 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘺𝘰𝘶 𝘢𝘳𝘦 𝘦𝘯𝘥𝘶𝘳𝘪𝘯𝘨 𝘱𝘢𝘵𝘪𝘦𝘯𝘵𝘭𝘺
𝘢𝘯𝘥 𝘣𝘦𝘢𝘳𝘪𝘯𝘨 𝘰𝘶𝘵, 𝘧𝘰𝘳 𝘮𝘺 𝘯𝘢𝘮𝘦𝘴𝘢𝘬𝘦.
𝘈𝘯𝘥 𝘺𝘰𝘶 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘯𝘰𝘵 𝘨𝘳𝘰𝘸𝘯 𝘸𝘦𝘢𝘳𝘺,
𝘣𝘶𝘵 𝘐 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘴 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯𝘴𝘵 𝘺𝘰𝘶:
𝘛𝘩𝘢𝘵 𝘺𝘰𝘶 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘢𝘣𝘢𝘯𝘥𝘰𝘯𝘦𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘩𝘢𝘥.

La primera sesión transcurrió con normalidad. No hubo muchas muestras de violencia por parte de Zeth, solo el evidente rechazo que exhibía hacia Joshua. Este se había encargado de grabar todo, y cuando revisó al amanecer las cintas llegó a la conclusión de que debía conseguir una reacción más intensa. Poco a poco, se dijo. Poco a poco.

La segunda sesión fue un tanto diferente. Esa noche encontró a Zeth delirando, con una fiebre alta y un picor que no parecía tener explicación médica. Se veía más demacrado que el día en que se conocieron. Joshua empezó a rociar agua bendita esa noche, y a rezar.

También fue ese el día en que el demonio que poseía a Zeth se manifestó. Contorsionó el rostro del muchacho de forma antinatural, escupiendo blasfemia y media contra Dios, como medida a los rezos de Joshua.

Era un comportamiento normal en un demonio, pero lo que preocupó al exorcista fue que no parecía ser solo una bestia...

𝘈𝘯𝘥 𝘐 𝘴𝘢𝘸 𝘢 𝘣𝘦𝘢𝘴𝘵 𝘳𝘪𝘴𝘪𝘯𝘨 𝘰𝘶𝘵 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘦𝘢,
𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘦𝘯 𝘩𝘰𝘳𝘯𝘴 𝘢𝘯𝘥 𝘴𝘦𝘷𝘦𝘯 𝘩𝘦𝘢𝘥𝘴...
𝘈𝘯𝘥 𝘢 𝘣𝘭𝘢𝘴𝘱𝘩𝘦𝘮𝘰𝘶𝘴 𝘯𝘢𝘮𝘦 𝘶𝘱𝘰𝘯 𝘪𝘵𝘴 𝘩𝘦𝘢𝘥,
𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘦𝘢𝘴𝘵 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘴𝘢𝘸 𝘸𝘢𝘴 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘢 𝘭𝘦𝘰𝘱𝘢𝘳𝘥.
𝘐𝘵𝘴 𝘧𝘦𝘦𝘵 𝘸𝘦𝘳𝘦 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘢 𝘣𝘦𝘢𝘳'𝘴
𝘢𝘯𝘥 𝘪𝘵𝘴 𝘮𝘰𝘶𝘵𝘩 𝘸𝘢𝘴 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘢 𝘭𝘪𝘰𝘯'𝘴 𝘮𝘰𝘶𝘵𝘩,
𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘰 𝘪𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 𝘨𝘢𝘷𝘦 𝘩𝘪𝘴 𝘱𝘰𝘸𝘦𝘳,
𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘩𝘰𝘭𝘦 𝘦𝘢𝘳𝘵𝘩 𝘧𝘰𝘭𝘭𝘰𝘸𝘦𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘦𝘢𝘴𝘵 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘸𝘰𝘯𝘥𝘦𝘳.
𝘈𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦𝘺 𝘸𝘰𝘳𝘴𝘩𝘪𝘱𝘱𝘦𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘦𝘢𝘴𝘵 𝘴𝘢𝘺𝘪𝘯𝘨:
"𝘞𝘩𝘰 𝘪𝘴 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘦𝘢𝘴𝘵 𝘢𝘯𝘥 𝘸𝘩𝘰 𝘤𝘢𝘯 𝘧𝘪𝘨𝘩𝘵 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯𝘴𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘦𝘢𝘴𝘵?"
𝘐𝘵 𝘰𝘱𝘦𝘯𝘦𝘥 𝘪𝘵𝘴 𝘮𝘰𝘶𝘵𝘩 𝘵𝘰 𝘶𝘵𝘵𝘦𝘳 𝘣𝘭𝘢𝘴𝘱𝘩𝘦𝘮𝘰𝘶𝘴
𝘸𝘰𝘳𝘥𝘴 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯𝘴𝘵 𝘎𝘰𝘥.

Cuando llegó la quinta sesión Zeth ya necesitaba ser amarrado en su cama, y su cuerpo solía contorsionarse cuando Joshua exhortaba a las bestias demoníacas a abandonar su cuerpo. En determinado momento la fuerza del chico se vio potenciada y logró librarse de una de sus ataduras para arrojar una lámpara a Joshua.

—¡Me cago en Dios! ¡Estás muerto! TU ALMA SERÁ MÍA, HIJO DE PUTA —y luegó se retorció en el colchón, riendo como un desquiciado.

Joshua dejó que la sangre cayera por su sien, abriendo la puerta para pedirle a Melania un par de esposas. Simple tela no bastaría para retenerlo.

En la décima sesión, el rostro de Zeth ya lucía desagradables marcas y llagas. Joshua lo lamentaba, pero no había mucho que pudiera hacer al respecto. Debía desalojar a los demonios que lo estaban utilizando. Con eso en mente, inició los rezos en latín, sosteniendo con firmeza el agua bendita.

—Anima Christi, sanctifica me. Corpus Christi, salve me. Sanguis Christi, inebria me. Aqua lateris Christi, lava me —roció el agua sobre el cuerpo del muchacho, quien gritó como nunca había hecho hasta entonces. Fue un grito horroroso, que hizo que la madre de Zeth corriera a la habitación para pedir silencio. Joshua la ignoró olímpicamente y siguió trabajando. La vida de Zeth era más importante—. PASSIO CHRISTI, CONFORTA ME. O bone Iesu, exaudi me. Intra tua vulnera absconde me. Ne permittas me separari a te. AB HOSTE MALIGNO DEFENDE ME.

𝘐𝘵 𝘸𝘢𝘴 𝘢𝘭𝘭𝘰𝘸𝘦𝘥 𝘵𝘰 𝘮𝘢𝘬𝘦 𝘸𝘢𝘳 𝘰𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘢𝘪𝘯𝘵𝘴
𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘲𝘶𝘦𝘳 𝘵𝘩𝘦𝘮,
𝘢𝘯𝘥 𝘢𝘶𝘵𝘩𝘰𝘳𝘪𝘵𝘺 𝘸𝘢𝘴 𝘨𝘪𝘷𝘦𝘯 𝘪𝘵 𝘰𝘷𝘦𝘳 𝘦𝘷𝘦𝘳𝘺 𝘵𝘳𝘪𝘣𝘦,
𝘢𝘯𝘥 𝘱𝘦𝘰𝘱𝘭𝘦, 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘰𝘯𝘨𝘶𝘦, 𝘢𝘯𝘥 𝘯𝘢𝘵𝘪𝘰𝘯.
𝘈𝘯𝘥 𝘢𝘭𝘭 𝘸𝘩𝘰 𝘥𝘸𝘦𝘭𝘭 𝘰𝘯 𝘦𝘢𝘳𝘵𝘩 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥 𝘸𝘰𝘳𝘴𝘩𝘪𝘱 𝘪𝘵. 𝘐𝘯 𝘷𝘢𝘪𝘯.
𝘐𝘧 𝘢𝘯𝘺𝘰𝘯𝘦 𝘩𝘢𝘴 𝘢𝘯 𝘦𝘢𝘳, 𝘭𝘦𝘵 𝘩𝘪𝘮 𝘩𝘦𝘢𝘳.
𝘐𝘧 𝘢𝘯𝘺𝘰𝘯𝘦 𝘸𝘩𝘰 𝘴𝘭𝘢𝘺𝘴 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘸𝘰𝘳𝘥, 𝘩𝘦 𝘮𝘶𝘴𝘵 𝘣𝘦 𝘴𝘭𝘢𝘺𝘦𝘥.

Lágrimas salían de los ojos del muchacho, y su cuerpo se elevó en la cama. Fue eso lo que se necesitó para que la madre saliera corriendo, dejándolos solos finalmente. Joshua sudaba, y su corazón latía con fuerza. Podía sentir el poder usando su cuerpo como vehículo para llegar a las entidades demoníacas, y podía sentir a estas atacándolo de vuelta.

—In hora mortis meae voca me. Et iube me venire ad te, ut cum Sanctis tuis laudem te in saecula saeculorum. AMEN —terminó, lanzando lo que quedaba de agua bendita al demonio—. DIME TU NOMBRE. TE LO ORDENO EN NOMBRE DE DIOS.

—BIFRONS, SOY EL DUQUE Y LA BESTIA. VIVA LA GLORIA DE BELCEBÚ. SOMOS LOS DOS CONTRA TU FE.

—BIFRONS, BELCEBÚ, LES ORDENO QUE DEJEN ESTE CUERPO —comandó el exorcista, ya cuando los demonios alternaron voces y hablaban en lengua antigua.

Por supuesto, no lo dejaron.

𝘛𝘩𝘦𝘯, 𝘐 𝘴𝘢𝘸 𝘢 𝘯𝘦𝘸 𝘏𝘦𝘢𝘷𝘦𝘯.
𝘈𝘯𝘥 𝘢 𝘯𝘦𝘸 𝘌𝘢𝘳𝘵𝘩, 𝘢𝘯𝘥 𝘐 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘥 𝘢 𝘨𝘳𝘦𝘢𝘵 𝘷𝘰𝘪𝘤𝘦
𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘳𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘢𝘺𝘪𝘯𝘨:
"𝘉𝘦𝘩𝘰𝘭𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘸𝘦𝘭𝘭𝘪𝘯𝘨 𝘪𝘧 𝘎𝘰𝘥 𝘪𝘴 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦𝘯.
𝘏𝘦 𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘥𝘸𝘦𝘭𝘭 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘩𝘦𝘮, 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦𝘺 𝘴𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘩𝘪𝘴 𝘱𝘦𝘰𝘱𝘭𝘦."

Fue en la decimoquinta sesión que Joshua consiguió expulsar a los demonios del cuerpo de Zeth. Había llegado a mimetizarse tanto con el caso que incluso había pasado días reproduciendo la infinidad de cintas que tenía, buscando algún resquicio, alguna pista que le permitiera salvar al muchacho. Joshua siempre había sido un apasionado respecto a su profesión, pero esta vez el asunto había calado de forma más profunda en él.

Tal vez porque se sentía identificado con la vida de Zeth. Ahora podía considerarse un hombre de Dios, pero había habido un tiempo en que aquello le habría sido imposible. Tuvo que romper varios lazos para perseguir sus sueños y dedicarse al clero.

Pero el cielo al final se iluminó para él, y lo mismo sucedería con Zeth.

Con eso en mente, no le importó la resistencia que pusieran las bestias demoníacas, persistió con los rezos, incluso tomando el rostro del poseso con ambas manos sabiendo que iba a quemarse. Cuando un humo inexplicable se hizo presente, supo que estaba yendo por el camino correcto. Se encomendó a la energía dadora de vida de Dios, trabajando con una fe desgarradora, siendo el canal que Dios usaría para salvar a Zeth.

Y en el momento en que Bifrons le sonrió al paralizar su corazón, sí, Joshua sintió que moriría ahí mismo, y no le importó. Él ya estaba encomendado al creador. Sintió paz.

Esa paz, esa luz cegadora que a él le daba tanta fuerza resultó ser la peor arma contra el maldito, quien chilló en agonía y dejó al final de su alarido un silencio sepulcral. Joshua se dejó caer en la cama, al límite de su fuerza mundana, y en algún momento terminó perdiendo la conciencia.

"𝘈𝘯𝘥 𝘎𝘰𝘥 𝘩𝘪𝘮𝘴𝘦𝘭𝘧 𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘵𝘩𝘦𝘮,
𝘏𝘦 𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘸𝘪𝘱𝘦 𝘢𝘸𝘢𝘺 𝘦𝘷𝘦𝘳𝘺 𝘵𝘦𝘢𝘳 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘵𝘩𝘦𝘪𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴.
𝘈𝘯𝘥 𝘥𝘦𝘢𝘵𝘩 𝘴𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘯𝘰 𝘮𝘰𝘳𝘦.
𝘕𝘦𝘪𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘴𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘵𝘩𝘦𝘳𝘦 𝘣𝘦 𝘮𝘰𝘶𝘳𝘯𝘪𝘯𝘨,
𝘯𝘰𝘳 𝘤𝘳𝘺𝘪𝘯𝘨, 𝘯𝘰𝘳 𝘱𝘢𝘪𝘯. 𝘈𝘯𝘺𝘮𝘰𝘳𝘦.
𝘍𝘰𝘳 𝘵𝘩𝘦𝘴𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘴𝘦𝘥 𝘢𝘸𝘢𝘺.
𝘛𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘳𝘴𝘵𝘺 𝘐 𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘨𝘪𝘷𝘦 𝘸𝘢𝘵𝘦𝘳 𝘸𝘪𝘵𝘩𝘰𝘶𝘵 𝘱𝘳𝘪𝘤𝘦,
𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘵𝘩𝘦 𝘧𝘰𝘶𝘯𝘵𝘢𝘪𝘯 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘢𝘵𝘦𝘳 𝘰𝘧 𝘭𝘪𝘧𝘦.
𝘏𝘦 𝘸𝘩𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘲𝘶𝘦𝘳𝘴 𝘴𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘴 𝘩𝘦𝘳𝘪𝘵𝘢𝘨𝘦,
𝘢𝘯𝘥 𝘐 𝘸𝘪𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘩𝘪𝘴 𝘎𝘰𝘥 𝘢𝘯𝘥 𝘩𝘦 𝘴𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘮𝘺 𝘴𝘰𝘯,
𝘣𝘶𝘵 𝘢𝘴 𝘧𝘰𝘳 𝘵𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘸𝘢𝘳𝘥𝘭𝘺, 𝘵𝘩𝘦 𝘧𝘢𝘪𝘵𝘩𝘭𝘦𝘴𝘴, 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘰𝘭𝘭𝘶𝘵𝘦𝘥...
𝘈𝘴 𝘧𝘰𝘳 𝘵𝘩𝘦 𝘮𝘶𝘳𝘥𝘦𝘳𝘦𝘳𝘴, 𝘧𝘰𝘳𝘯𝘪𝘤𝘢𝘵𝘰𝘳𝘴, 𝘴𝘰𝘳𝘤𝘦𝘳𝘦𝘳𝘴,
𝘪𝘥𝘰𝘭𝘢𝘵𝘰𝘳𝘴, 𝘢𝘯𝘥 𝘢𝘭𝘭 𝘭𝘪𝘢𝘳𝘴...
𝘛𝘩𝘦𝘺 𝘢𝘭𝘭 𝘴𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘭𝘢𝘬𝘦 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘣𝘶𝘳𝘯𝘴 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘧𝘪𝘳𝘦."

Cuando terminó la misa del mediodía una silueta hizo aparición en el recinto sagrado. Joshua reconoció la esbelta figura, así que se acercó a él y le invitó a sentarse en una de las banquetas.

—Han sido algunas semanas ya. ¿Cómo te sientes? —preguntó, respirando tranquilo. En paz.

Zeth miraba sus manos, las cuales estaban entrelazadas sobre sus propias rodillas. Una sonrisa tímida tiraba de sus labios.

—Me siento mejor, bastante mejor. Yo... vine porque quería agradecerle, y pedirle una cosa —dijo, mordiendo su labio inferior.

Joshua identificó el nerviosismo, y la preocupación llegó a él. Puso una mano en el hombro de Zeth, para reconfortarlo.

—Claro, ¿qué sucede?

—Se lo diré como secreto de confesión. ¿De acuerdo?

Joshua asintió con la cabeza, sin saber muy bien a dónde quería llevarlo el muchacho.

—Yo... sé que usted es un buen hombre. Es el hombre que me salvó la vida, ¿sabe? No creo poder pagar eso —empezó a hablar Zeth, mirando al frente ahora, mientras Joshua lo miraba a él—. Debe saber ya que tengo prácticamente mi futuro decidido —rió al decir eso, aunque era evidente que eso no le hacía gracia.

Joshua optó por dejar que continuara.

—Padre, yo... no soy feliz. Y he pecado, y volveré a pecar. Es por eso que yo... —el chico tomó aire, bajando la cabeza otra vez, ruborizado.

—Tú buscaste esa posesión, ¿verdad? —adivinó con suavidad Joshua, incluso en ese momento sin dejar el hombro de Zeth—. Tú mismo invocaste a esos demonios.

𝘈𝘯𝘥 𝘩𝘦 𝘴𝘢𝘪𝘥 𝘵𝘰 𝘮𝘦:
"𝘋𝘰 𝘯𝘰𝘵 𝘴𝘦𝘢𝘭 𝘶𝘱 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘰𝘳𝘥𝘴 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘩𝘦𝘤𝘺,
𝘧𝘰𝘳 𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘪𝘮𝘦 𝘪𝘴 𝘯𝘦𝘢𝘳.
𝘉𝘦𝘩𝘰𝘭𝘥, 𝘐 𝘢𝘮 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘰𝘳𝘸𝘢𝘳𝘥.
𝘐 𝘢𝘮 𝘵𝘩𝘦 𝘢𝘭𝘱𝘩𝘢, 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘰𝘮𝘦𝘨𝘢.
𝘛𝘩𝘦 𝘧𝘪𝘳𝘴𝘵, 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘭𝘢𝘴𝘵.
𝘛𝘩𝘦 𝘣𝘦𝘨𝘪𝘯𝘯𝘪𝘯𝘨, 𝘢𝘯𝘥 𝘵𝘩𝘦 𝘦𝘯𝘥.
𝘈𝘮𝘦𝘯".

El muchacho asentía, con los ojos cristalizados, y Joshua sintió retorcerse su interior. Sintió ganas de decirle muchas cosas, de hacer algo para que él viera que esa no era la salida, pero lo siguiente que dijo Zeth logró trazar la barrera definitiva.

—Quería pedirle que, si vuelve a ocurrir, no acepte trabajar para mi padre. Por favor, se lo suplico...

Joshua no pudo creerlo cuando Zeth se puso de pie y se arrodilló a un lado, pidiéndole dejarlo morir. Pensó detenidamente qué decir, y cuando ordenó las ideas en su cabeza, se puso de pie y tomó el cuerpo de Zeth en brazos, reincorporándolo y limpiando sus lágrimas.

—Entiendo lo que dices. Ya que este es un secreto de confesión, puedes estar seguro de mi discreción. Te absuelvo de tu pecado. Reza diez rosarios —dijo, mirando al muchacho a los ojos—. Y sobre lo otro, no acepto.

—Pero...

—Nada. Puedes intentarlo las veces que quieras, Zeth. Yo te demostraré a ti que dejarse morir no es la salida. Añade a los diez rosarios cinco más. Y no te vayas hasta terminar —ordenó, antes de limpiar la última lágrima del rostro ajeno e irse.

Fue consciente del chico roto que dejaba atrás, y no sabía cuánto tiempo le tomaría rehabilitarlo. Fue consciente de que podría perderse él mismo en el proceso, al tratar de subsanar su pecado. Y además, sería una carrera contrarreloj porque, hasta donde recordaba, había expulsado de él a Bifrons pero no a Belcebú.

A hundred worlds where I still love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora