Con cada palabra el dolor en su pecho se intensificaba a medida que su mente iba digiriendo todas esas palabras de odio que figuraban en los comentarios de su post más reciente en Instagram. Palabras que iban dirigidas a él y únicamente a él. No había sido suficiente, su esfuerzo en el último concierto no fue suficiente y todos parecieron notarlo. Por eso le escribían todas esas cosas porque no era nada más que su culpa, ¿cierto? Pagaron por un buen show y no pudo dárselos, tenían motivos para estar furiosos.
Muy dentro de sí mismo Zeth sabía que incluso si ese era el caso nada justificaba la forma en que esa gente se estaba expresando de él, pero estaba tan cansado física y emocionalmente que su mente sólo aceptó cualquier explicación. Su alma se sentía maltratada y el ardor debajo de sus párpados le alertaba lo inminente, pero se prohibía el llorar. No iba a sucumbir ante las lágrimas que hicieron a sus ojos escocer sino que siguió leyendo cada comentario, completamente ajeno al mundo que lo rodeaba y a los ojos preocupados que no dejaban de mirarlo desde que salieron del recinto.
No todo era malo obviamente, sin embargo siempre que intentaba enfocar su atención en los comentarios positivos o aquellos que lo defendían le era imposible tomarlos en serio. Su confianza en todo y nada se vio reducida, la oscuridad de sus pensamientos le abrazó manteniéndole ensimismado hasta que fue dejado en su apartamento. Por lo menos allí tendría un poco de tiempo para sí mismo.
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Sollozo tras sollozo era el único sonido audible, ni siquiera se tomó la molestia de cambiarse de ropa y tan solo se había dejado caer en su cama. Todos esos años en la industria le enseñaron a ser fuerte, a no prestar atención a las cosas negativas que la gente o los medios tenían que decir sobre su persona o su trabajo pero como cualquier persona tenía un límite. Y ese día aquel límite había sido traspasado.
No quería pensar más, sin embargo le era gracioso saber que hace apenas unas horas estaba rebosante de energía, ¿ahora? Ahora sólo tenía ganas de dormir hasta el próximo siglo, apagar su mente y olvidarse del mundo. Un mundo que al parecer contaba con otros planes.
—Voy, voy... —Ni siquiera se molestó en asegurarse el ser escuchado siendo su aspecto lo único que se aseguró de hacer un poco más presentable. Después de todo, ¿quién podría ser? Tal vez el portero o algún vecino. Grande fue su sorpresa al ver a su pareja con los brazos extendidos, ofreciéndole el único sitio seguro para Zeth. Nuevas lágrimas desfilaron en sus mejillas a medida que se dejaba ser envuelto en aquel abrazo. Le abrazaba pero Zeth lo hacía mucho más fuerte mientras enterraba el rostro en su cuello en un vago intento de ocultarse y refugiarse del mundo.
Sus dedos sujetaron fuertemente la camisa de Joshua, como si tuviera miedo de que alguien pudiera llegar y arrancárselo de sus brazos. Su novio sólo le estrechaba contra su cuerpo mientras de sus labios salían palabras tranquilizadoras, se habían mudado de la entrada hasta su habitación y luego de lo que se sintió una eternidad fue que consiguió calmarse. Eso no detuvo al castaño quien continuaba colmándolo de mimos y atención que le sentó de maravilla, no hizo algo por detenerlo porque le gustaba y entendió que incluso si a veces se rompía no estaba solo.
Dolía, no era una maquina pero incluso en la oscuridad de sus pensamientos aún llegaba a él un rayo de luz en forma del amor de su vida y eso le sanaba más de lo que Joshua podía imaginar.
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A hundred worlds where I still love you.
Fanfictionʜᴀᴇʜyᴜᴋ - 𝑪𝒊𝒆𝒏 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒂ú𝒏 𝒕𝒆 𝒂𝒎𝒐. Hola, somos Joshua y Zeth, una pareja de rol que escribe como DongHae y EunHyuk de Super Junior. Este libro es la prueba fanfic de que, incluso si nos encontrásemos en cien realidades di...