16. En Indiana

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Llegamos al aeropuerto de Indiana y el avión hizo un aterrizaje perfecto. Indira se despertó en el momento en el que tocamos tierra firme y su cara de dormida me daban muchas ganas de reírme. En todo el camino hacia acá, me atacaba una duda: ¿Que sentía Indira Lenox respecto a todo? Sí. Yo le confesé mis sentimientos pero, ella solamente me respondió el beso. No la dejé decir ni una palabra, pero eso era un tema que tocaría con ella más adelante.

Nos bajamos del avión y no podía creer que estaba en Indiana. Mi madre tenía que estar preocupada por mí, pero no podía llamarla y decirle que estaba en Indiana. ¿Qué pasaría con las clases del instituto? O sea, no podía dejar la escuela atrás. Necesitaba mis estudios. No tengo ropa, no tengo nada. Solo traigo conmigo mi celular, mi guitarra, mi tarjeta de crédito y por supuesto, la felicidad. Ella.

-Alquilaré un auto- dijo Indira

-No, no te preocupes. Yo lo alquilo.- dije sacando mi tarjeta de crédito

Mi padre es un buen administrador y me tiene siempre al día con mis cosas y mi dinero nunca me falta. Tenía suficiente dinero para mí y para Indira para un buen tiempo.

Alquilé el auto y compré comida para los dos. Era el momento justo para preguntarle a Indira por sus sentimientos ya que no los había tomado en cuenta para nada.

Nos sentamos y quise sacar el tema rápido.

-Indira- carraspeé -En todo este tiempo, he estado pensando solo en mí y en como me siento, pero, no he pensado con cómo te sientes tú y cuales son tus sentimientos acerca de todo esto que esta pasando con nosotros.- me miró

-Ed- comenzó la chica -No sé como me siento aún. No confío en nada ni en nadie por lo que me hizo Christian y no creo que vuelva a confiar en un buen tiempo.

-Tienes que entender que no todos los hombres somos iguales- me miró con el ceño fruncido -Ok, ok, entiendo que yo sí fui el mujeriego más grande pero eso ya cambió.

-Eres lindo Ed, pero lo siento, por ahora no quiero nada- dijo ella. Sentí como si el corazón se me rompiera, pero tenía que aceptar la realidad.

-Dime algo... ¿Tengo esperanzas contigo Lenox?

-La vida da mil vueltas Ed Silver.

Después de hablar, comimos unas hamburguesas y decidimos marcharnos porque estábamos muy cansados. Indira me dirigió hacia la casa de su padre y mientras más me acercaba, más nervioso me ponía. ¿Qué diría el padre de Indira al verme allí?

Llegamos y la casa del padre de Indira era enorme. Su entrada era majestuosa y era de 2 plantas.

-¿Tu padre es de dinero?- pregunté

-Tiene lo suyo- contestó -Ven. Y si digo algo, sígueme la corriente Ed Silver. Es una orden.- dijo la chica señalándome con el índice

-Señor sí señor.

La chica rió y nos dirigimos hacia la entrada.

-¿Tu padre sabía que venías?

-No.

-Y ¿Cómo pretendes que esté aquí?

-Siempre está aquí- dijo tocando el timbre

Segundos más tardes, una bonita muchacha abrió la puerta con un uniforme de ¿criada? ¿El padre de Indira Lenox tenía criadas? ¿Cómo pudo esta chica irse de aquí?

-¡Taylor!- dijo Indira emocionada y tirándose encima de la chica para abrazarla

-¡Señorita Lenox! ¿Que hace aquí?- dijo la chica igual de emocionada que Indira

-Te he dicho mil veces que me llamo Indira, Taylor. Vine porque necesitaba despejar la mente. ¿Está mi padre?- preguntó Indira

La chica me miró de arriba abajo y pude notar unas facciones muy marcadas pero muy atractivas. Indira se dio cuenta de esto.

-Ay, Taylor, él es Ed Silver- la chica me tendió la mano -Ed Silver, Taylor Bennet.

-Voy a buscar a su padre enseguida- dijo Taylor sin quitar su mirada de mí -Pasen.

Entramos y pude notar una casa sencilla pero iluminada. La decoración era blanca y azul celeste. Era una casa hermosa.

-¿Indira?- preguntó una voz masculina

Me voltee a las escaleras y vi a un señor de piel morena como Indira pero con ojos muy claros y supuse que era su padre.

-¡Mi niña!- dijo el señor emocionado y bajó las escaleras a toda prisa para encontrarse con Indira

-¡Papá! ¿Cómo has estado?- se abrazaron

-¿Cómo has estado tú? Te he extrañado.

Al parecer el señor no se había dado cuenta de mi presencia hasta ese momento.

-Y, ¿él es?- preguntó el señor

-Ah, papá. Él es Ed, Ed Silver- tendí la mano -Ed Silver, él es mi padre, Edward Lenox.

-Mucho gusto señor Lenox- dije para sonar amable

-Él papá, es el amigo gay del que te hablé.

¿QUÉ?

Es mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora