35. EPÍLOGO

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El cielo estaba totalmente claro, los árboles tenían un color tan verde que irradiaban luminosidad. Estaba acostado en el patio de nuestra nueva casa, viendo a mis pequeños dar sus primeros pasos.

Mi pequeño Liam tenía el pelo muy castaño al igual que su madre, con mis ojos color grises. Mi pequeña Amaya tenía el pelo rubio blanco, con los ojos muy oscuros. Eran hermosos. Eran las luces de mis ojos.

Cumplieron su primer año el 14 de febrero y ya hoy estaban caminando, que rápido pasaba el tiempo...

Vi a Indira bajar con un vestido corto de rayas y unas sandalias, se acomodo a mi lado y me besó.

-¿Que dos no?- dijo orgullosa mirando a nuestros pequeños hijos

Amaya se cayó y en vez de llorar comenzó a reírse, dejando ver sus dos dientecitos. Liam seguía caminando solo y de vez en cuando se caía, pero rápidamente se levantaba.

Así era la vida, había que describirla como los primeros pasos de unos bebés, caminan, se caen y se levantan a intentarlo de nuevo.

Cada día me enamoraba más de mi vida. Cada día me sentía más afortunado y cada día la vida me sorprendía con algo más.

Indira se recostó de mi pecho y cerré los ojos, al rato sentí que algo cayó sobre mí y cuando abrí mis ojos, pude ver a mi niña encima de mí. Me sonrió y la agarré entre mis brazos. Ella y Liam eran el fruto del amor que nos tenemos Indira y yo. Son mi razón de existir.

Miré a Indira y estaba mirando a Liam mientras se reía. Se levanto, lo levantó en sus brazos y volvió a mi lado con Liam.

-Pa-pá- escuché y mi vida se vio reflejada en un único instante. Las primeras palabras de mi hija fueron papá

Miré a Indira emocionado y apoyó su cabeza sobre mi hombro.

-Indira... Amaya dijo papá- dije completamente emocionado

-Así es- dijo Indira muy feliz

Éste era el momento más especial de toda mi vida. Indira y yo ya llevábamos 1 año y dos meses de casados, mis hijos tenían un año y mi vida iba poniéndose mejor cada día...

Mi despertar al lado de esta mujer eran totalmente increíbles. Mis hijos se levantaban de vez en cuando y como el ser papá me gustaba tanto, dejaba a Indira descansar e iba yo a atenderlos. Incluso han confundido mi pecho con los senos de su madre.

La vida me sonreía y todo era totalmente perfecto. Krystal estaba embarazada de Dylan, tendrían una niña a la que llamarían Luna. Azul e Isaac se enamoraron y se fueron a viajar el mundo. Papá y mamá volvieron y vivían totalmente enamorados de sus nietos. Indira y yo continuamos haciendo películas de vez en cuando, ya no teníamos tanto tiempo por los bebés, pero siempre los llevábamos al set y Valentina amaba tener a los gemelos en sus brazos.

Ya no me hacía falta nada más. Mi vida estaba completa.

-¿Foto familiar?- preguntó Indira sacando su celular y colocándolo en cámara frontal

Acomodé a mis hijos a nuestro lado y miré a la cámara que Indira tenía preparada para el famoso "selfie".

Indira tomó la foto y tomé su teléfono para verla. Y ahí estábamos felices, los cuatro.

Veía esa foto y veía mi vida. Liam Silver, Amaya Silver e Indira Lenox. La mujer que cambió mi vida.

Indira, es mía.

***************FIN**************

Es mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora