1. Batiendo records

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Desperté y miré mi celular como de costumbre y vi diez mensajes de texto.

Pamela: Hola cariño, buenos días. Como amaneció el chico más guapo del universo?

Pamela es la chica que más me ha perseguido en mis 17 años de vida. Estoy con ella las veces que quiera y siempre vuelve a buscarme. Ya me aburre.

Aby: Hola Ed! Como estás? Quiero otra noche como la de ayer, eres estupendo.

Aby es una chica que está con todos, pero es obvio que la traigo loca hace un buen.

Kiara: Sabes? No hago nada más que pensar en los besos de ayer, me quedé con las ganas de seguir viéndote. Cuando te veo precioso?

Kiara es una chica que conocí este año escolar, es guapa pero muy propasada así que no desaproveché la oportunidad.

Los otros mensajes eran de números que no tenía guardados, como había hecho cosas con cinco chicas en un día no dudo que les haya dado mi número sin haberme dado cuenta. Era un record. Tenía que llamar a Dylan y contarle todo lo que había hecho para que supiera que rompí su record de tres chicas en solo un día.

Cogí el teléfono y marqué el número de Dylan.
Descolgó al cuarto tono.

-¿Ed? Son las 11 de la mañana, espero que me tengas que contar algo sumamente importante.

Dylan es mi mejor amigo desde el kinder. Nos contamos todo, y cuando digo todo, es todo. Es un vago, pero no me importaba, cuando se enterara de que rompí su record, iba a poner el grito en el cielo.

-Tranquilo amigo- dije con mi rasposa voz de siempre- apuesto a que cuando te diga esto vas a olvidarte de la hora- solté una risa

-No le des mas vueltas al asunto Ed- dijo soltando un pequeño bostezo- dime, ¿qué pasa?.

-Pasa que rompí tu record de tres chicas en un día- lo escuché maldecir, reí - así que ahora me vas a pagar el Double Chocolate Chip grande de Starbucks.

-¿Cuántas?- preguntó de inmediato

-Cinco.

-¿Que hiciste con cada una de ellas?

-Me llevé a dos a la cama y a las otras tres las besé y les hice algunas cosas excitantes- dije con mi mejor voz

-Eres increíble hermano- dijo riéndose

-Lo sé, así que prepárate, llego en 30 minutos a tu casa.

-Vale- colgó

No respondí ninguno de los mensajes de texto, además tenía que apresurarme porque a esta hora Starbucks tenía que estar lleno de gente inútil.

Me di un baño rápido, abrí el armario y me puse una camisa blanca sencilla con unos vaqueros claros y rasgados, y por supuesto mis botas negras. Mis ojos color hazel lucían bien con camisa blanca, y mi pelo castaño claro ligeramente despeinado se veía más despeinado que nunca. Pero no me importa, las chicas me buscan así.

Bajé las escaleras de mi casa y vi que no había nadie, así que cogí las llaves de mi auto y salí.

Dylan vivía a solo 4 cuadras de mi calle así que solo tardé 5 minutos en llegar a su casa. Cuando llegué toqué bocina y vi a mi rubio amigo de ojos muy oscuros y hoyuelos salir con unos vaqueros negros, una camisa con cuello en V gris y sus Nikes preferidos.

-¿Listo para pagar?- pregunté sonriendo

-Acelera antes de que me arrepienta hermano- dijo Dylan devolviéndome la sonrisa

-Ya en dos días se acaban las vacaciones de navidad, me da flojera tener que volver a ese instituto. Espero que lleguen chicas nuevas para ligar- dije frenando ya que había una luz roja

-Hablando de chicas, Ed, ya quiero dejar todo este rollo de chichas, creo que es hora de que cojamos capacidad y dejemos de hacer sufrir a las chicas- me sorprendí al escuchar eso de parte de mi amigo - creo que es hora de comenzar a creer más en el amor- solté una carcajada

¿Amor? ¡Dylan se había vuelto loco! ¡Buaj! El amor es una mierda, da asco. No me enamoraría de alguien ni en mil años. Quiero ser un mujeriego toda la vida.

-¿Estás loco Dylan McKenzie? No me voy a enamorar nunca. Es una pérdida de tiempo.

-Bueno, si tú lo dices... yo llevo varios días hablando con la misma chica y creo que me estoy acostumbrando a ella y... me gusta.

¡¿Qué?! ¿A mi amigo gustarle una chica de verdad? El mundo estaba a punto de finalizar.

-No me habías contado- dije en cierto modo indignado

-Se llama Krystal. Es muy guapa y muy divertida.

-Bien por ti hermano, pero yo no me enamoro ni por que me paguen.

Llegamos a Starbucks y me aparqué. Bajé y como ya lo había predicho, había mucha gente inútil. Sin embargo, no iba a dejar pasar la oportunidad de que mi amigo me comprara mi Double Chocolate Chip grande, jamás.

Pedimos y estuvimos un rato hablando. Yo hablando de diferentes chicas y Dylan hablando de Krystal. Creo que al final, éste se había tomado la idea de enamorarse de una sola chica muy enserio.

-Es algo bonito, no sabía lo que se sentía- dijo mi amigo enseñándome una foto de la chica

La verdad es que era guapísima. Tenía ojos verdes y el pelo muy negro.

-Ahora sí que la pegaste hermano- dije admirando la foto- es guapísima Dylan.

-Sí. Y es completamente diferente a las demás chicas- dijo observando la foto -espero poder enamorarme de esta chica.

Las palabras de Dylan me sorprendían pero estaba feliz por él.

-Espero que sí amigo...

Es mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora