34. Para siempre

11.3K 618 43
                                    

Los nervios me consumían, la adrenalina que sentía y la felicidad eran inmensas. Tocaron la puerta y entró Dylan vestido con su gabán y su corbata azul celeste. Me volví a mirar en el espejo por decimoquinta vez.

-Te vez bien hermano- dijo Dylan dándome una palmada en la espalda -Felicidades Ed, Indira es una mujer maravillosa. Serán muy felices juntos.

-Ya lo soy...

Dylan y yo salimos de la habitación y bajamos las escaleras de mi casa, bueno, la casa de mi madre. Pude ver a mi madre al pie de las escaleras con un vestido azul celeste largo y un bonito peinado. Que bella madre tengo. Sus lágrimas derramaban felicidad y muchos sentimientos encontrados. La abracé.

-Hijo mío- dijo y le limpié las lágrimas que amenazaban con regar su maquillaje -Ya eres todo un hombre hecho y derecho y ahora serás la cabeza de tu pequeña familia con Indira. Hazla feliz.

-Lo sabes mamá- le regalé un beso en la frente y salí con Dylan.

Entré al auto con los nervios de punta, de camino a la gran iglesia en donde tendría lugar la ceremonia, la iglesia que sería testigo del amor que nos tenemos Indira y yo. Ya quería verla, con su vestido blanco, luciendo su panza de 7 meses y con la sonrisa que siempre quiero ver, por lo menos el resto de mi vida.

-Cuídala- dijo Dylan sacándome de mis pensamientos

-Más que a mi mismo hermano- contesté y sonrió.

Hablamos todo el camino de mis futuros gemelos. La idea de tenerlos en mis brazos me volvía completamente feliz.

En los últimos meses estuvimos haciendo los rápidos preparativos de la boda, que será hoy. El mejor regalo de navidad sería ella. En menos de un año me han pasado tantas cosas emocionantes que juro, podría hacer un libro entero del drama que me ha pasado.

Llegamos a la iglesia y habían varios invitados que al verme llegar, se acercaron a saludarme y felicitarme. Valentina, Yazmín, Taylor, Azul, Louis, Isaac, Owen y muchas personas que han jugado un papel súper importante en la vida de Indira y la mía habían llegado. Me sorprendió mucho ver a Fabiola, aunque habían hecho las pases ella e Indira, sinceramente no esperaba verla allí. Vi a mi padre y mi corazón se iluminó.

Sentí una mano en mi hombro y me volteé, cuando vi la persona que estaba en frente de mí, sentí odio, pero a la misma vez agradecimiento porque sin su semen, no tendría conmigo al amor de mi vida.

-Muchacho- comenzó el señor Lenox

-No diga nada señor. No pienso separarme de su hija ni un solo segundo, amenáceme, y si quiere máteme, pero yo no me separo nunca más de su hija- dije sin dejarlo hablar

-Vengo a pedirte perdón por el daño que te causé al separarte temporalmente de mi hija- sus palabras me sorprendieron

-¿Está hablando en serio señor Lenox?- pregunté estupefacto

-Sí. Quiero que ella sea feliz, y sé que su felicidad está a tu lado muchacho. A pesar de todo, eres un buen chico. Luchaste por tu chica hasta el final y eso demuestra mucho de tu persona

-Pues sí, amo a su hija, y hoy, ante Dios, será mi mujer y la protegeré hasta con mi propia vida si es necesario. No le faltará nada, ni a ella, ni a mis bebés.

Me dio un abrazo acompañado de unas palmadas en la espalda.

-Felicidades muchacho. Mi hija se lleva un gran hombre...

-Y yo sin duda una gran mujer. Gracias, suegro- ahora sí, me sentía totalmente libre de ataduras

Entramos a la iglesia y me acomodé justo en frente del podio y miré a nuestros familiares y amistades.

Un grito anunció la llegada de la novia y mis nervios aumentaron al igual que los fuertes latidos de mi corazón. Pude verla de lejos y supe al instante que estaba más hermosa que nunca.

Desfilaron mis padres, se veían muy hermosos juntos. Dylan y Krystal adentraron por la puerta, no estaban juntos, pero sin duda, algo grande les esperaba a esos dos. Y ahora era el momento... Por la gran puerta de la hermosa iglesia entró una figura vestida de blanco acompañada de su padre. Mientras venía caminando, su cola iba arrastrándose, era larguísima, su largo traje pegado, dejaba ver su hermosa barriga en donde habitaban mis dos bebés. A pesar de que Indira tuviera su cara hinchada, seguía estando hermosa. El embarazo había venido bien. Además, el sexo estando Indira embarazada, era increíble.

Su padre me la entregó y cuando sentí su mano sobre la mía, las mariposas invadieron mis estómago, ¿qué esto no le pasaba solamente a las mujeres?

El padre comenzó con la ceremonia y en cada paso me sentía más convencido de la decisión que había tomado...

Mientras avanzaba todo, pude ver a mi madre bañada en lágrimas acompañada de Krystal, y al padre de Indira sonriendo. Fabiola tenía cara de felicidad y estaba acompañada por un chico. Le deseaba la felicidad que sentía yo en estos momentos porque sinceramente dudo que alguien pueda ser más feliz que yo.

-Los declaro marido y mujer, Ed Silver, puedes besar a la novia- cuando el padre anunció eso, todos se hundieron en grandes aplausos y me acerqué a la mujer que se encontraba al frente mío

-Ahora sí mi amor, juntos para siempre- la besé y los aplausos se volvieron más y más fuertes.

-Para siempre mi amor...

Sí, para siempre.

Es mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora