—Ahora Seúl, ¿piensas llevarme de tour por todo el país?
—No, primero que Seúl es el último lugar en el que estamos. Además, es aquí donde vivimos, no sé de qué te quejas —suspiró.
—Bueno, ¿y qué hacemos aquí? —preguntó Jeongin.
—Tú me dijiste que Kyuhee llevó una vez a tu hermano a comprar en Seúl.
—¿Y qué tiene que ver?
—Tú solo espera.
Ahnna tomó la mano de Jeongin sonrrojándose un poco en el camino y lo llevó hacia una señora que estaba sentada en una esquina con una niña pequeña en brazos.
—Buenas tardes, señora Han.
—Señorita Na, gusto en volverte a ver —sonrió—. ¿Él es el chico del que me hablabas?
—Síp.
Jeongin miró a Ahnna expectante.
—Ahnna vino hace unos días a preguntarme si es que alguna vez había recibido un regalo de una jovencita junto a un chico hace 14 años —comenzó el relato—. Y sí, lo hice. Era una chica de cabellos negros muy revoltosos y un chico muy lindo. Una parejita muy linda.
Jeongin abrió sus ojos en grande.
—Era de invierno, yo tenía mucho frío. Acababa de huir de casa, prefería la calle a estar allí —suspiró—. Pasaron ellos alrededor de las calles dando bolsas con guantes, pantalones holgados e incluso unos aperitivos.
Los ojitos de Jeongin se iluminaron y Ahnna sintió su corazón latir en sus oídos.
—Yo estaba cansada de todo, del mundo... esa noche tenía en mente fuera la última; sin embargo, esa parejita cambió mis planes. Una vez oí a una persona decir algo que aunque parezca raro, es cierto. Puedes no cambiar el mundo entero con buenas acciones, pero definitivamente cambiarás el mundo para la persona a la que estás ayudando y a veces salvando como a mí. Decidí que valía la pena aguantar un poco más —rió bajando la mirada a su pequeña a la que acarició sus mejillas con amor chorreando por los ojos—. Puedo haber cometido muchos errores en la vida, pero sin duda alguna, he comprendido que ningún dolor podrá equivaler a la felicidad que siento ahora que tengo a esta niña en mis manos... ahora que sé que no estoy sola en el mundo.
Los ojos de Jeongin se inundaron en lágrimas y calló de rodillas al suelo.
—Pequeño, no sé qué hiere tanto a tu corazón —la señora Han posó su mano en la mejilla del chico—, pero quiero que sepas que toda cosa tiene un porqué. Esas dos personas cambiaron mi vida, estoy segura que pronto encontrarás a alguien que cambie la tuya.
Jeongin asintió limpiando las gotas que rondaban por sus mejillas.
—¿Sigue en la calle incluso aunque ya hayan pasado 14 años desde entonces? —preguntó Jeongin a Ahnna.
Se hallaban caminando a la parada de buses.
—Oh, bueno... —miró al cielo que ya oscurecía—. Hubo un tiempo en el que ella trabajó en la casa de un señor. La señora Han notó una conexión y creyó que era amor —bajó la mirada—. Lamentablemente al parecer fue la única que lo sintió, pues el señor al parecer solo la utilizó y después la desechó. La señora Han estaba muy enojada he iba a reclamarle, pero se enteró que él esperaba un hijo con su prometida. No tuvo corazón para arruinar la vida de un niño que no tendría la culpa y no le dijo que ella también estaba en cinta.
Jeongin bufó.
—Debió decirle, ese niño tiene tanto derecho de tener a su padre como el otro.
—Lo sé, pero ella es la única que decide lo que hace y tiene sus razones —entrelazó sus propias manos tras su espalda.
—¿Cómo la conociste? —cambió de tema Jeongin—. ¿Cómo supiste que era ella una de las personas a las que mi hermano y Kyuhee noona ayudaron?
Ahnna se sonrojó e inmediatamente miró al lado contrario.
—Eso no importa...
—Ahnna, quiero saber —se puso en el camino de la chica.
Na suspiró antes de alzar la cabeza sin dejar de mirar al costado con las mejillas rojas como tomate, que podían ser evidenciadas con ayuda de la luz de la luna.
—Yo... ¿no tienes frío?
—Ahnna...
—Está bien —suspiró—. Digamos que estuve deambulando desde hace 8 días cada vez que tenía tiempo preguntando por estas calles a toda persona que no tenía hogar si es que alguna vez los habían ayudado una parejita hace 14 años dándoles bolsas con provisiones para el invierno.
Jeongin la miró unos segundos antes de apartarse colocándose a su lado.
—Eres una tonta, haciendo eso por mí...
Ahnna pensó que se había enojado y estaba a punto de disculparse, hasta que sintió cómo Jeongin tomaba su mano y la envolvía con la suya.
—Tienes razón, hace frío —murmuró.
Ahnna pudo ver el sonrojo en su rostro y orejas.
Sonrió; no dijo nada más, pero de repente había dejado de sentir frío.
Qkfosjfonqrn ❣
¿Cuál es su ult?
El mío es Haechan, es mi sol. Espero se mejore pronto, descanse como corresponde, coma bien y se abrigue ;-; 💚— d e s i r e —
2/?
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ʰᵉᵃˡ'ⁿᵍ ˡ'ˢᵗ - ʸᵃⁿᵍ ʲᵉºⁿᵍ'ⁿ
Fanfiction¤ Secuela de Novio por 31 días Na Ahnna sentía que desde que tenía uso de memoria, Yang Jeongin no había sonreído ni una sola vez en todos esos años. ¡Y ya estaban por acabar la escuela! Es entonces cuando su hermana mayor le aconseja hacer cosas qu...