Día 31: "Partir"

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Para Jeongin todo había cambiado aquel verano de sus trece años. Recuerda que aquel segundo en el que sus hermanos cerraron la puerta al irse, tuvo un pésimo presentimiento, tanto así que comenzó a perder todas las partidas de su videojuego. Se dijo a sí mismo que eran tonterías.

Estuvo equivocado. Había dolido tanto su pérdida que él mismo se había perdido en la culpa y la tristeza. Ahora, todo ello se sentía como un mero recuerdo. Ver a sus padres y a sus hermanos allí, sonriéndoles mientras él les enseñaba de una vez por todas aquel diploma en el que demostraba había co cluido la etapa secundaria para pronto comenzar otra.

Había reencontrado la ruta.

—No puedo creerlo, ahora voy a estar solo en la escuela —puchereó Sanha.

—Tienes a tus amigos, niño. No te quejes y felicítame —revolvió su cabello Jeongin.

—Mi hijito, estoy tan orgullosa de ti.

Sintió los brazos de su madre envolverlo y las suaves palmadas de su padre en la espalda.

—Lo lograste.

Y sí, lo había hecho en ambos sentidos. Había logrado graduarse, pero también había logrado salir de sus muros de dolor. Era libre y estaba sanando.

En eso la imagen de Ahnna vino a su mente. Después de recibir su diploma y dada por finalizada la ceremonia, recordaba verla dirigirse a toda prisa con su madre y hermana fuera del recinto. Se encogió de hombros, seguro le tenían preparada una fiesta o algo.

—Iré por algunas cosas que dejé en mi casillero —avisó antes de dirigirse una última vez a su aula.

Recorrió los pasillos recordando aquella vez en la que Ahnna le habló por primera vez. Él estaba sentado en el suelo junto a los casilleros, pensando en todo y a la vez en nada, lamentándose demasiado del pasado y olvidándose de su presente. Sonrió melancólico.

—No puedo creer que dejes todo para último minuto. Nos van a matar si demoramos más.

Se sorprendió al oír la voz de Dahyun. Los primos también se sobresaltaron al notar su presencia.

—¿Jeongin? —se acercaron—. ¿Qué haces aquí?

—Vine a recoger algo, ya lo hice así que ya me voy. ¿Y ustedes?

—Estábamos en las misas —suspiró Dahyun—. El inútil que ves a mi costado decidió hacerle una carta de disculpa a cada profesor por todas las molestias que causó a lo largo de los años. Acaba de entregar todas las cartas así que ya nos vamos.

—Eres mala —bufó—. Debía hacerlo, sino no tendría tiempo... hablando de eso, sí que la vida pasa rápido. Quién diría que el día que nuestra Ahnna se fuera a Canadá realmente llegaría. Yo apostaba a que sería su sueño frustrado de toda la vida.

Jeongin frunció el ceño, no lograba comprender.

—¿Canadá dicen? —se acercó más a ellos—. ¿Ahnna se va a Canadá?

Los primos se miraron entre sí y ladearon la cabeza.

—¿No te dijo? —Jeongin negó a la pregunta de la chica. Ella parecía a punto de hablar hasta que su primo la interrumpió.

—A Ahnnie no le gustan las despedidas. Nosotros no nos habríamos enterado de no ser por lo chismosa que es Dahyun que se enteró de Haein —suspiró con una mirada triste—. Sé que deberíamos estar felices por ella, pero la idea de acostumbrarme a no verla de nuevo por aquí se me hace muy rara. Mudarse a Canadá el mismo día de su graduación sin siquiera hablar bien inglés es totalmente descabellado. De igual forma estoy orgulloso, nuestra niña ha crecido —limpió una pequeña lágrima que escapó de su ojo—. Solo espero no nos olvide o la iré a traer de los pelos devuelta a Corea del Sur.

ʰᵉᵃˡ'ⁿᵍ ˡ'ˢᵗ - ʸᵃⁿᵍ ʲᵉºⁿᵍ'ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora