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Thea's pov:
—Mamá, no quiero ir, quiero quedarme aquí, contigo —me arrodillé cuando vi como mamá se levantaba, tomaba mis maletas del suelo y empezaba a caminar hacia el pasillo donde abordaría el avión en unos cuantos minutos.
—Lo siento mucho cariño, pero no te puedo dejar sola en casa y no puedes ir conmigo —hice un puchero y ella entrecerró los ojos—. No caeré en ese juego querida, así que mueve ese lindo trasero que te herede y sube a ese avión, hazlo por mí —asentí con una mueca y me acerqué a ella para abrazarla, me dio un beso en la cabeza mientras me separaba de ella y me tomaba por los hombros.
—Pórtate bien, no quiero que le causes problemas a tu padre, y, por favor, no hables con extraños, ese lugar... —sacudió su cabeza he hizo una mueca—... ese sitio no me da mucha confianza.
Asentí tomando mis maletas y empezando a caminar hacia la puerta donde empezaba el pasillo— ¿Vendrás por mí? —asintió y artículo un "te amo", me tiró un beso y se despidió con la mano. Empecé a caminar por el largo pasillo y en la puerta vi a una mujer de mediana edad que me dirigió hacia mi asiento, me senté en este con los ojos llenos de lágrimas.
Después de más de nueve horas aterrizamos, cuando salimos del avión fui dirigida por la misma mujer hacia la salida, me ayudó a buscar mis maletas y se despidió de mí deseándome un buen día a lo que yo hice lo mismo.
Empecé a buscar a papá o a mi hermano por todo el aeropuerto, hasta me subí a un asiento para ver si lograba visualizarlos, después de unos minutos me rendí y decidí tomar un taxi, acomodé mis maletas en la parte de atrás y cuando le di la dirección de papá, el taxista frunció el ceño volteando hacia mí.
—¿Está segura de querer ir ahí, señorita? —fruncí el ceño revisando la dirección, estaba correcta, no veía el problema.
—Sí, ¿Por qué? ¿Cuál es el problema? —lo miré, tragó saliva y encendió el auto.
—En ese condado pasan muchas cosas extrañas.
Empezó a conducir, no dije nada, papá me había contado la historia de ese lugar. Hace muchos años varias personas habían desaparecido en el bosque cerca de la casa de papá, pero no era algo que me asustara.
Cuando llegamos bajé del taxi y le agradecí, pagándole lo que me decía, me ayudó a bajar mis maletas de la parte trasera y cuando iba a empezar a caminar hacia la puerta, tomó mi brazo.
—Tenga mucho cuidado, señorita.
Se subió al taxi y arrancó rápidamente desapareciendo en unos cuantos segundos por la calle, con el ceño fruncido empecé a caminar hacia la puerta por el sendero de flores que te dirigía hacia ella, toqué el timbre al llegar.
Justo como lo recordaba.
Doy un brinco cuando escucho como abren la puerta de golpe, sonrío al ver a Christopher, mi hermano, parado en el umbral de la puerta, suelto mis maletas y le doy un abrazo, él me lo devuelve mientras me da un beso en la cabeza.
