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Thea's pov:
—¿Qué hay ahí adentro? —miré divertida al hijo mayor de Chris. Iyden, mi pequeño, se acercó a mí ya bastante crecido estómago y lo miró.
—Mis hermanitos.
—¿Y cuándo van a salir? —le preguntó dirigiendo sus ojos cafés a mi estómago.
—No lo sé, mami, ¿cuándo van a salir? —los grandes ojos también cafés de Iyden me miraron curiosos, Blake también me miró y sonreí.
—En estos días yo creo que saldrán.
—¡Mira, Blake!, Vamos por dulces.
Iyden y Blake corrieron hacia Ada que tenía entre las manos una caja de lo que suponía eran dulces, sonreí removiéndome un poco incómoda por el dolor que se extendía en mi espalda, Alice corrió hasta mí con el ceño fruncido.
—¡No te muevas tanto, mujer! —dejé de moverme y ella me ayudó a acomodarme—. Recuerda que no tienes que hacer movimientos tan bruscos.
La miré con un atisbo de lástima y asentí.
Alice había sido la mujer que más se había preocupado por mí desde que se había enterado de mi embarazo de mellizos y todos sabíamos la triste razón del por qué.
Después de que yo hubiera tenido a Iyden, hace aproximadamente 5 años atrás, ella y Chris se habían casado y había quedado embarazada de gemelas.
Los embarazos en mujeres lobo eran realmente complicados y se hacían al nivel de peligrosos cuando superaban el número normal que era 1 y se volvía 2 o más.
Y el embarazo de Alice no había sido la excepción.
Todo el transcurso del embarazo había resultado bien, pero el último mes se complicó y en el parto, perdimos a las dos bebés que se llamarían Clarissa y Melissa y estuvimos a punto de perder también a Alice.
Después de eso, entró en una depresión de la cual nos costó sacarla y después se embarazó de Blake.
Y ahora que yo estaba embarazada de mellizos, un hombre y una mujer, ella se había literalmente mudado a mi casa y me había estado cuidando, pues no quería que la familia perdiera a otros dos miembros más.
—¿Tienes hambre? ¿quieres agua o te traigo alguna bebida?
—Estoy bien, Alice. ¿Por qué mejor no te vas a comer algo tú? —me miró dudosa, vio hacia los niños y luego me volvió a ver a mí.
—¿Estás segura que estarás bien?
—Claro que sí, yo la cuidaré —Dan apareció en mi campo de vista unos segundos después, Alice asintió, resignada, colocó sus dos manos suavemente sobre mi estómago (porque hacia eso cada que se separaba de mí) y se alejó con paso tembloroso a dónde ahora Jack estaba levantando a Iyden y a Black para hacerles avioncito.
