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Thea's pov:
Cuando llegamos a su casa aparcó fuera de esta y me abrió la puerta, baje del auto observando todo a mi alrededor notando que se veía muy linda y espaciosa por fuera.
Empezamos a caminar por el sendero de flores igual que el de mi casa, abrió con su llave y me dejó pasar antes que él.
—¡Zoe! —grita hacia algún lugar de la casa, a lo lejos escucho suaves pasos bajar unas escaleras y después de unos segundos una pequeña cabellera castaña aparece en mi campo de vista sonriendo, al verme su sonrisa se borra por una mueca.
—¿Quién es ella Jack? —camina hacia su hermano y me observa detenidamente, analizándome.
—Ella es Thea, la chica de la que te conté —los ojos de Zoe se iluminan y me sonríe, acercándose a mí.
—¡Thea! ¡Eres muy linda! —me abraza por las piernas y sonrío al sentir sus pequeños brazos rodearme—. ¿Me das un abrazo? ¿Puedes ser mi amiga? —asiento ante las preguntas y me agacho a su altura, efusivamente envuelve sus brazos en mi cuello y yo la abrazo, una sensación extraña me envuelve al abrazarla y cierro mis ojos.
—¿Estás bien, Thea? —Jack pregunta y Zoe se separa de mí, vuelvo a abrir mis ojos pasando un mechón de cabello por detrás de la oreja de Zoe, sonriendo.
Asiento mientras Zoe toma mi mano y me empieza a dirigir hacia la cocina, una chica como de nuestra edad le sonríe a Jack antes de salir de la cocina, frunzo el ceño y volteó con una ceja levantada hacia él.
—Es la niñera de Zoe —asiento con los ojos entrecerrados, Zoe se sube a la barra y me acerco a ella escuchando todo lo que dice.
«Peligro»
Una voz diferente retumba en mi cabeza y volteo rápidamente hacia Zoe, cuando su cabeza está a punto de tocar el suelo, la atrapó, la abrazo y la vuelvo a sentar en la barra.
—¿Estás bien? ¿No te pasó nada? ¿Te lastimé? —niega y volteo hacia Jack quién me ve asombrado.
—¿Cómo hiciste eso?
—¿Hacer qué?
Inspecciono otra vez a Zoe para ver si no tiene ninguna herida— Atrapar a Zoe, ni siquiera yo me di cuenta de eso rápido —me encojo de hombros aun observando a Zoe.
—Que bueno que estás bien —abrazo a Zoe de nuevo y suspiro tranquila, cierro mis ojos y un dolor punzante en mis manos hace que abra mis ojos de nuevo.
Mis uñas estaban largas y de un color café oscuro, las observo sorprendida y dirijo mi mano hacia Jack.
—¿Qué es esto? —toma mi mano y pasa sus dedos por mis uñas, analizándolas.
—Ya está comenzando —tragó saliva—. Zoe, ve a tu cuarto —Zoe asintió despidiéndose de mí, Jack me tomó de la mano y me empezó a dirigir escaleras arriba, mientras entrabamos a lo que suponía era su cuarto.
Empieza a marcar un número en su celular llevándoselo a la oreja, dejo mi mochila en una esquina y me acerco al estante que tiene lleno de libros.
Tomo uno que me llama la atención y me quito los zapatos antes de subirme a la cama de Jack, me recuesto en la cama abriendo el libro y comenzando a leer.
—Está bien señor. Sabe que no. Iré a dormir a la sala si eso es lo que quiere —Jack colgó despidiéndose, fruncí el ceño mientras seguía leyendo.
—¿Qué haces, linda? —se recostó a mi lado poniendo su antebrazo en la cama y observándome.
—Este libro es interesante —pasé la página y continué leyendo.
Jack se quedó ahí hasta que dejé el libro a un lado y me posicioné igual que él.
—¿Qué? —dije cuando se me quedó viendo, sonrió y negó, acostándose totalmente.
Me levanté un poco poniendo mi brazo al otro lado de su cara, me sonrió elevando una ceja y acariciando mi rostro.
—Bésame —dijo lamiéndose los labios sin quitar su vista de los míos.
—¿Y si no quiero besarte? —en un rápido movimiento me acostó a mí en la cama y puso uno de sus brazos al otro lado de mi cara, justo como yo lo había hecho unos segundos atrás.
—Yo te besaré a ti —tomó mi cara con una de sus manos y unió nuestros labios.
Le seguí el beso sin rechistar, pasé mis brazos por detrás de su cuello acercándolo a mí, la mano que estaba en mi rostro acariciaba mi mejilla con gentileza.
Me separé de él cuando sentí como mi cabeza empezaba a doler, coloqué mis manos en mi cabeza cuando unos zumbidos empezaron a escucharse.
Mi vista se volvió borrosa, la silueta de Jack estaba frente a mí, pero no lograba alcanzarlo, me levanté de golpe sintiendo mi estómago vacío, cuando mi vista se aclaró no pude evitar voltear hacia la ventana, observando a un ciervo que andaba por ahí.
Me levanté de la cama y abrí la ventana saltando hacia un árbol, las cosas pasaron tan rápido que no pude hacer nada para evitarlo.
No sabía cómo, ni cuándo, ni por qué había hecho lo que había hecho, pero no me sentía triste ni asustada, sentía que esto era normal en mí.
Me había comido a ese ciervo y estaba más que satisfecha, los zumbidos ya no se escuchaban y mi cabeza ya no dolía.
Me levanté del suelo y sacudí mi ropa mientras volteaba hacia atrás, viendo a un Jack con los brazos cruzados esperando que terminara.
No se veía asustado, sino complacido por lo que me había visto hacer. Como si eso ya fuera costumbre verlo aquí.
—¿Estás bien? —se acercó a mí y con su pulgar limpió mi labio que aún tenía sangre, se llevó el dedo a la boca y lo lamió, cerrando los ojos mientras lo hacía.
—Estoy bien —le sonreí antes de empezar a caminar a la casa de nuevo.
La voz de siempre susurró en mi cabeza mientras caminaba— «Esa es mi chica»
*
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