Little Moon ©

25|| Fangs

Thea's pov:

Abrí mis ojos lentamente y pestañeé varias veces tratando de enfocar mi vista en algún objeto del lugar en donde estaba.

Me rendí cuando me di cuenta que el lugar estaba oscuro y solo una fugaz luz se lograba divisar por debajo de la puerta, justo como el día después de que me había convertido.

Sentía como los latidos de mi corazón retumbaban en mis oídos, traté de levantarme, pero me rendí cuando sentí como mis muñecas estaban enrolladas por unas gruesas cadenas. Cuando me movía muy bruscamente dolía, así que supuse que estaban bañadas en acónito. Una planta que causaba extrema irritación y ardor para Hombres Lobo.

Moví mi pie tratando de tocar algo cerca de mí, cuando no pude sentir nada, suspiré frustrada y levanté mis dos piernas para que estuvieran cubriendo mi estómago.

No quería que le pasara nada al bebé.

No tenía ni la menor idea de quién me había traído hasta aquí, lo último que recordaba era que estaba en el bosque después de hablar con los Vampiros que ya consideraba mis amigos buscando a Otto. Lo había escuchado llorar y había salido corriendo buscándolo. Después de eso solo recuerdo una punzada detrás de mí cabeza y todo se volvía oscuro después de eso.

Dejé de moverme y empecé a respirar lentamente cuando segundos después escuché como unos susurros del otro lado de la puerta aumentaban y se volvían gritos al pasar el tiempo.

—¡¡La tienes encerrada ahí como si fuera un animal!!

—¡¿Te estás arrepintiendo?! ¡¿no dijiste que estabas seguro de apoyarme!? ¡SE UN HOMBRE!

—El hecho de que te apoye en todas tus sandeces no significa que apruebe que la tengas encerrada ahí como un perro, ni siquiera la dejas ir al baño. Me enamoré de Denali, no de este monstruo que eres ahora.

Tragué saliva nerviosa y pude escuchar como unos pesados pasos empezaban a caminar hacia donde yo estaba, junté más mis piernas para poder sentirme un poco protegida y cerré mis ojos con fuerza cuando la puerta se abrió y la luz que venía de fuera me cegaba. Pestañeé varias veces antes de poder abrir los ojos completamente.

Un chico moreno me miró y me dio una sonrisa de boca cerrada— Ten —puso su muñeca frente a mí, lo vi con el ceño fruncido—. El bebé debería de estar hambriento, no has comido en días.

Arrugué mi nariz disgustada pero aun así acerqué mi boca a su muñeca, mis colmillos sobresalieron de mi boca y los clavé con rudeza en su piel, hizo una mueca, pero no se separó de mí, empecé a succionar todo lo que podía hasta que sentí como lo arrancaban de mi lado.

—¡TE DIJE QUE NO! —la voz de la mujer se escuchó detrás de él, lamí mis labios deseosa de más, la mujer me vio con cara de asco a lo que yo también hice lo mismo.

—Lo siento —el chico me susurró y se levantó del suelo—. Haz lo que quieras —le dijo, chocó su hombro con el de ella con rudeza y salió de la pequeña habitación.

La chica parecía ser más alta que yo, su cabello era rubio y sus ojos eran cafés. Tenía un parecido a alguien que ya había visto antes pero no lograba descifrar a quien.

Mi estómago se revolvió y las peores náuseas que había tenido en toda mi vida empezaron a llegar a mí, empecé a expulsar todo lo que mi estómago tenía dentro. La chica, aun con la puerta abierta, me miraba desde arriba con una mueca. Sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas con cada arcada, mi estómago se contraía del dolor, odiaba con toda mi vida vomitar. Cuando por fin se detuvo mis ojos se encontraban tan llorosos que apenas y lograba divisar a la chica frente a mí.

—¿Qué tanto me miras? —traté de limpiar mi boca con mi mano, pero me arrepentí a los segundos cuando recordé que estaban bañadas en acónito. Así que traté de limpiarme con mi hombro.

—No puedo creer que mis hermanos se hayan fijado en ti y en tu espantosa y patética hija —fruncí el ceño confundida, ¿hija? ¿de qué diablos estaba hablando?

—¿De qué mierda hablas? —fruncí el ceño recargando mi espalda de nuevo en la pared, ella frunció el ceño al igual que yo.

—Tu hija, el bebé que estás esperando —una risita involuntaria salió de mis labios y negué.

—El bebé que estoy esperando es niño —me sobresalté asustada cuando la chica cerró la puerta con fuerza y empezó a golpearla desde afuera.

Los duros golpes que le daba a la puerta dejaron de resonar por la pequeña y oscura habitación y escuché sus pasos alejarse, suspiré más tranquila.

Mis alarmas se activaron cuando de repente la chica abrió la puerta, se recargó en el marco de la puerta y suspiró.

—Odio mucho mi vida y odio mucha a tu hija.

—No entiendo nada de lo que dices.

—¡Tu hija todavía no nace y ya está arruinando mi vida!

—¿Y por qué mi hija que todavía ni siquiera está en proceso está arruinando tu vida desde ya? ¿qué diablos te ha hecho? —no tenía ni la menor idea de lo que hablaba, pero tenía que seguirle la plática para conseguir respuestas.

—Soy parte de la familia Original —internamente mis ojos se abrieron sorprendidos, pero traté no hacer ningún movimiento—. Y mis hermanos están obsesionados con tu hija. La aman más que a mí y todavía ni siquiera nace. Ella me lo ha quitado todo.

—¿Y yo tengo la culpa de eso? —pregunté con el ceño fruncido.

—¡Tienes la culpa de todo! ¡Maldita sea! ¡De todo! —se acercó peligrosamente a mí y colocó su mano en mi cuello levantándome del suelo, sentí como mis manos ardieron y mis ojos se llenaron de lágrimas, el aire se me estaba yendo de los pulmones.

La miré a los ojos y pude ver cómo debajo de los de ella resaltaban unas venas de color rojo, sus ojos se tornaron oscuros y sus colmillos sobresalieron de su boca, tragué saliva nerviosa— No sabes cuánto te odio Thea —sentí como sus colmillos se clavaron en la piel de mi cuello, abrí mi boca adolorida. Era como si me estuviera succionando el alma.

Mi cabeza empezó a doler y mis ojos se cerraron por sí solos haciéndome ver todo oscuro.

*

xPau01