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Thea's pov:
—¿Qué mierda le hiciste? —la hermana de los Vampiros llamada Denali entró a la pequeña habitación donde me encontraba.
Entrecerré mis ojos unos momentos para acostumbrarme a la luz y fruncí mi ceño.
¿Ahora de qué mierda hablaba la loca?
Sus ojos ahora desorbitados me miraron expectantes, traté de hablar, pero nada salía de mí boca, cerré mis ojos con fuerza— No entiendo de qué hablas.
—¿Qué le hiciste a Daniel? —la miré confundida una vez más—. ¡Dime maldita sea!
Daniel era el chico que me había dado la sangre el día que desperté. Pero no tenía ni idea de lo que hablaba, al día siguiente entró de nuevo a mi habitación, pero solo me vio cohibido y salió después de unos segundos sin decir nada.
—Yo no le he hecho nada —dije segura.
—Que estúpida soy —murmuró— ¡Fue tu estúpida mordida! ¿Cómo diablos se cura eso? Mi sangre no puede curarlo —pensó un momento, la miré dudosa, salió del pequeño cuarto dejando la puerta abierta, intenté levantarme, pero cuando recordé lo de las cadenas, mi cuerpo cayó de nuevo al suelo he hice una mueca.
Jodidas cadenas del demonio.
La vi regresar con una pequeña aguja para inyecciones, la miré ahora sí asustada y se acercó de manera brusca tomándome del cuello. Me levantó del suelo y sentí como la respiración, de nuevo, empezaba a cortarse dentro de mi cuerpo, enterró con fuerza la aguja en mi estómago y traté de patalear o pegarle con mis manos, logré rasguñarla en la cara y parte de su cuello.
Me soltó y caí bruscamente de culo en el suelo, levanté mi blusa apresurada viendo cómo de un lado de mí estómago empezaba a salir sangre— Si algo le pasa a mí bebé, maldita perra, juro que te arrancaré la cabeza sin pensarlo —me vio con los ojos muy abiertos.
Sentí como la rabia recorría cada minúscula parte de mi cuerpo, mi cabeza dolía y me levanté de golpe con la rabia emanando por cada poro de mí, un dolor desgarrador me recorrió los brazos cuando sentí como las cadenas me jalaron, pero no les di importancia.
Denali me vio con terror cuando me solté bruscamente de las cadenas, la tomé de los hombros y con los colmillos sobresaliendo de mi boca mordí fuertemente su cuello, ella soltó un grito de terror, pero no la solté.
Empezó a forcejear y logró separarme de su cuerpo, me arrojó bruscamente hacia la pared y mi cabeza rebotó en la misma haciéndome ver luces parpadeantes blancas por unos cuantos segundos.
Entre lágrimas vi como ponía una mano en su cuello y salía corriendo de la habitación, mi cabeza empezó a dar vueltas y caí de rodillas en el suelo sosteniendo mi cabeza, estuve unos cuantos minutos esperando que el mareo pasara pronto y me levanté con las piernas temblorosas tomándome de la pared.
