JADE
Semana de abstinencia, mi periodo ha llegado. Pensé que no respetarían mi espacio en este tiempo, sin embargo, lo están cumpliendo. Temí decirles al principio, pero, al fin y al cabo, es algo natural, ¿no?
A diario, antes de irse a trabajar, vienen a verme con el único fin de depositar un tierno beso en la frente o sobre los labios y, a la noche, antes de dormir, hacen exactamente lo mismo. Han pasado 3 días desde que no tenemos sexo, se siente raro, suena realmente mal. En mi mente no dejo de imaginar que ellos están con otra persona mientras no pueden estar conmigo, saboteándome mi humor por completo. ¿Estaré celosa? No sé si corresponda catalogarlo de esa manera, aun así, no deja de ser extraño.
Sentada en el centro de la cama con las piernas cruzadas, llevo ambas manos hacia mis ojos y empiezo a llorar. No entiendo el porqué de esta angustia, de este dolor sin sentido. Estoy mal de la cabeza, o quizás es algo peculiar de mi regla. Extraño a Tad y a Joan. ¡Y no solo el sexo, en verdad los extraño! Quisiera que estén conmigo ahora, hablándome, o tan solo aquí en casa.
Aparto mis manos de la cara secando mis lágrimas con vergüenza; hay cámaras por todos lados, ellos podrían estar viéndome en este preciso instante. Decido acostarme con el fin de dormir; aunque falten horas para que ellos vengan, incluso falten días para que vuelvan a tocarme como tanto lo anhelo.
JOAN
Firmo unos papeles en la oficina con bastante entusiasmo. El nuevo artista de la discográfica es un éxito, las promociones han salido muy bien. Mi humor es propicio para ceder ante cualquier pedido absurdo de Bennett un día como hoy.
Tomo mi celular paraverificar la hora y la aplicación de la cámara de seguridad de casa llama miatención. ¿Qué estará haciendo nuestra Jade en este momento? Es impensada lacantidad de veces que la observo independientemente de las tareas que deborealizar en mi horario de trabajo.
Mi semblante cambia al verla llorar sentada en su cama. ¿Qué tiene? ¿Le dolerá algo? Estos últimos días no hemos tenido contacto físico con ella, solo pasamos a saludarla en las mañanas y en las noches antes de dormir. La extraño, por más raro que suene detrás de este insensible trato.
Nunca una mujer produjo este interés en mí, jamás he querido estar con una sola. Yo disfruto del sexo, no de la persona en sí misma; pero esta niña idiota es diferente. Ella es frágil e inocente en la cama, dominada ante mis ordenes, e indomable en la realidad.
Tad ingresa a mi oficina con cara de preocupación y el móvil en la mano; algo me dice que no soy el único que la espía cuando tiene tiempo.
—¿Qué le pasa a Jade? ¿La viste?
—Eso estoy haciendo ahora —Levanto el celular con la imagen—. No sé qué le pasa, quizás solo está en sus días, déjala.
—Sabes que a mí no me interesa que esté en sus días, el delicado eres tú —bufa.
—¿Delicado? ¡Eres un puto asco, Tad! ¡Ella no querrá hacerlo así! ¡Que animal eres a veces!
—Sabes que no lo digo en serio, no soy un insensible en su totalidad. —Toma asiento—. Esta chica es distinta a las demás mujeres con las que he estado, no sé si sea buena idea seguir con esto.
—¿Te gusta? —Pregunto sin quitar mi vista de los papeles—. Hay reglas de por medio.
—Me gusta tener sexo con ella, ¿sabes por qué? Porque en poco tiempo me ha demostrado que le gusta tanto o igual que a nosotros. Nunca se opuso a las reglas y pensé que querría cambiar alguna.
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Solo sigue las reglas [+21]
Romance¿Qué harías si un día decides experimentar cosas nuevas y quedas sumergido en un triángulo obsesivo del cual no puedes salir? Tad Bennett y Joan Grant son dueños de una de las mejores discográficas del país. Además de compartir los negocios, una cas...