Narra Pilar
Ayer pasé todo el día con resaca. Lo cual fue genial. No recordaba cuánto me destruyeron con la mezcla de alcohol y la ruptura de mi relación.
Nunca me expresé tanto, pero solo miraba mi cara lo que sabría que yo estaba terrible.
Purre me llevaría a hacer un trabajo con Flor.
En el coche estaba en silencio, no tenía ganas de hablar correctamente.
- Esta todo bien?
Me pregunta cuándo estoy en silencio en el auto.
- Bien.
Le digo volviendo la cabeza hacia la ventana.
El asiente.
- Entonces no te enojes cuando digo que tienes un negocio blanco en tu camisa negra?
Miro hacia abajo y cuando veo un desodorante en la tela negra.
- Maldita protección invisible.
Me quejo, tratando de limpiar. Purre asiente con la cabeza en el asiento trasero.
- Hay una toalla puesta mi bolsa de gimnasia.
Le lancé una mirada sospechosa.
- Está limpia.
Él Dice.
- Probablemente gracias a mí y a mi locura de lavado.
Murmuro aflojando mi cinturón de seguridad y girando en su asiento para abrir su bolso. Lo primero que encuentran mis dedos es un paquete, metalico, pequeño y cuadrado.
Le sacudo el condón en la cara.
- En serio, Purre?
Purre se encoge de hombros.
- Nunca se sabe.
- A eso me refería cuando dije que quiero ser como tú. Digo volviéndome para devolver el condón. - Siempre está listo, dondequiera incluso en el academia, por cierto.
- El gimnasio es el mejor lugar para eso.
Él Responde.
Me recuesto sobre el asiento.
- En serio? No creo.. Purre asiente, finalmente yo encuentré la toalla. - Pero donde ?
- Qué?
- Ya sabes, le digo haciendo un gesto con la toalla que afortunadamente
realmente se ve limpia. - Estás tirando de hierro o algo así? Una chica te llama la atención ... Y qué pasa?
El sonríe.
- De verdad Pilar, quieres hablar de eso?
- Sí. Sacudo la toalla. - Dije que comenzaré a hacer lo mismo.
- Esperaba que vinieras y me dijeras que hubiera sido una locura decir eso que no era una buena idea y que vos estaba borracha
Froto furiosamente la mancha de desodorante.
- No es una mala idea, Purre
- Es, si Pilar.
- Lo haces..
- Sí, pero yo ...
Se detiene. Lo miro, entrecerrando los ojos.
- Tú qué?
- Nada.
Murmura.
- Ibas a decir algo sobre ser un hombre?
No hay tal cosa para mí, dos pesos dos medidas lo que el hombre puede hacer la mujer puede también.
- Termina lo que ibas a decir.
Exijo.
- Uh no. dice.Estás buscando una pelea.
Aprieto mis labios.
- El hombre y la mujer hacen lo que quieren, quiero dejarlo claro.
Él detiene el auto en la calle y me mira.
- Muy bien Pilar, hace lo que quieres
- No recordaba que tenía que pedirte permiso para hacer lo que quiero.
Salgo del auto y ya no quiero hablar de eso con él. Tienes que entender que no soy una ninã.Pasé el día trabajando con Flor y Mellino, algunas fotos y quien siempre me acompañó fue Antonella, ella trabajó con Flor. Así que nos veíamos casi todos los días.
No somos las mejores amigas, pero le hablo de muchas cosas. Incluso el tema que más le importa: es Purre.
- Deberíamos salir esta noche.
Le digo mientras nos sentamos a tomar un poco de jugo.
Sus cejas se alzan.
- Es lunes.
- Y desde cuándo es un problema para ti?
- El problema no soy yo. Eres tú quien generalmente se acuesta a las nueve de la noche con un vaso de chocolate caliente de lunes a viernes.
Levanto mi dedo
- El nueva Pilar sale durante la semana, mi versión soltera, me encantaría tomar unas copas.
- Puedes contar conmigo, dice Anto, en un tono ligeramente cauteloso. - Tienes alguna meta en mente?
- Disfruta de la noche.
Respondo, tomando un sorbo de mi jugo.
- Wow, ya me gustó esta nueva Pilar Comenta con aprobación. - Pero ... continúa golpeando ligeramente mi rodilla. - Tu no vas entrar en otra relación, no? Necesita un descanso
para ti.
- No te preocupes. No quiero a nadie más que disfrutar de una noche y adiós.
- Tengo los mejores lugares para llevarte, lugares de personas solteras que solo quieren disfrutar.
Me río.
- Pensé que habías dicho que estabas de humor para una relacción firme
- Y yo estoy, pero eso no significa que no disfrute la vida. Puede confiar en mi.
- Esa es la idea, digo saliendo de la mesa. A las siete?
- Perfecto, responde ella. Oye, también vendrá Purre?
La miro fijamente.
- Pensé que habíamos superado esta fase.
Anto me da una mirada inocente.
- Solo pensé que tener el punto de vista de un el chico no haría daño.
- Mira, digo sarcásticamente. - Y tengo toda la intención de contar con su ayuda también. Pero solo si me prometes que ya no estás interesada en Purre.
- No estoy interesada en nadie.
Levanto una ceja y ella gruñe.
- Es hermoso, Pilar, solo eso. No te das cuenta por lo raro de no ver uno
otro así, pero puedes creerlo. José Giménez es exactamente el tipo de
un hombre que toda mujer necesita acostarse al menos una vez.
La señalo.
- No. Tienes que me prometer. Nada de coquetear con Purre.
- Pero por qué?
- Purre ... él no gusta compromiso y lo estás buscando eso
- Mira, todavía no has encontrado a la chica correcta.
- Purre no tiene la chica correcta, él tiene chicas
Anto deja escapar un suspiro.
- Simplemente no quiero que sufras.
Le digo
- Qué pasa si solo quiero usar ese maravilloso cuerpo?
- Para con eso.
Y el Purre conocía la otra regla de la casa: no coquetear con amigas de Pilar.
- A las siete en punto, repito, alejándome.
- Puedo llevar a Purre si prometes no hacer nada con él.