Capítulo 32

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Narra Pilar

No sé qué me hizo llamar Purre, no Giuliano.

Todo lo que sé es que cuando abro y veo a mi mejor amigo parado en la puerta, siento que he tomado la decisión correcta. Confirmo esta impresión cuando entra, cierra la puerta y sin decir una palabra, dame un fuerte abrazo. Solté un suspiro tembloroso. Por primera vez en una hora, siento ... no.. bien, claro, pero capaz de manejarlo todo.
Como si pudiera enfrentar cualquier cosa con Purre a mi lado. Mis dedos se aferran a su camisa. Descanso mi cabeza sobre su hombro y puedo respirar por la primera vez en horas.
No, por primera vez en semanas.
Huele a perfume de mujer, pero no me importa. Todo lo que importa es que está aquí.
Que él vino.
Después de todo lo que hemos pasado, de la forma en que nos hablamos, de la forma inmadura de tirar nuestra amistad por la ventana debido a un malentendido tonto, y él me esta abrazando.
Mis ojos se llenan de lágrimas.
Purre pone sus manos en mi cabello.
- No llores, Pili.
Pero por supuesto que hago exactamente eso. Hipo hasta. Sabía que sería así. Purre me deja llorar sin decir una frase en blanco como "todo bien". Sin tratar de calmarme. Solo abrázame.

Después de un tiempo, hipo horriblemente. Se mira la camisa
blanca, ahora sucio desde la base y el rimel.
Él señala su propio cofre.
- No extrañe eso. Yo sonrío un poco.
- Voy a comprar una caja de pañuelos desechables del tamaño de una familia.
Dice, pasando una mano por mi brazo antes de ir al baño. Luego rompe el ritmo y se vuelve hacia mí.
- Pili?
- Hm?
Me limpio los ojos con la manga de la sudadera.
Señala de nuevo a la camisa.
- Eso fue lo único que no extrañé.
Me derrito por dentro cuando veo el afecto en sus ojos. La disculpa estampada en tu cara.
Y de repente estamos bien de nuevo. Estoy absolutamente segura de eso. Me siento en el sofá y poco después reaparece con la caja de pañuelos prometida.
Purre lo arroja a mi regazo antes de instalarse a mi lado.
- Qué tiene tu abuela?
- No lo sé ... no me dicen solo sé llorar desde que me enteré y sé que es serio.
Me hace llorar de nuevo, y Purre una vez más me abraza, porque es muy bueno en eso.
- No quiero que le pase nada, no puedo perderla, Purre.
Purre me libera y se inclina hacia adelante.
Él junta las manos, baja la cabeza y cierra los ojos con fuerza. Solo entonces me doy cuenta de que no soy el única devastada por la noticia. Le puse la mano en la espalda para que sepa que tiene mi apoyo como yo tengo el tuyo.
- Ella es fuerte, dice Purre.
- Lo sé, le digo. Es solo ...Purre, no sé si puedo ser fuerte ... mi abuela ...
- Ella estará bien y pronto estará en casa. Dice, volviéndose hacia mí y sosteniendo mis manos. - Porque estarás con ella y su familia todo el tiempo. Y yo. Y Giuliano.
complementa, pero siento que solo por obligación, como algo menos importante.

Todos los pensamientos que han burbujeado dentro de mí en el último mes surgen. Siento la necesidad de hablar. Porque tengo cosas que decirle a Purre.
Cosas que no sé cómo expresar, pero no importa, porque mi corazón está lleno de sentimientos, de tristeza por mi abuela y por mí, pero no solo.
Cosas importantes
Y que justo ahora estoy empezando a entender.

Me alejo del abrazo y lo hago mirarme a los ojos, él lleva su mano a mi cara, limpiando todas las lágrimas, camina con su dedo por mi mejilla, nariz, labio .......
Mi aliento está tan cerca del suyo.
Estoy a punto de ...
- Purre, yo necesito ...
Nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos y solo podíamos escuchar nuestras respiraciones.
Él aparta la vista de la mía y se aleja un poco.
- Llamar a Giuliano. Él necesita venir aquí. Dice Purre, interrumpiéndome, luego sonríe. Lo siento, qué ibas a decir?

Pero mi coraje ha pasado. Yo aquí tratando de confesar que creo que puedo ... siento ... Y él viene a hablar de mi novio?
Pero lo peor es que tiene razón. Realmente necesito llamar. No solo para Giuliano, sino también porque acabo de traer a Purre a mi vida. No puedo me arriesgo a perder a mi mejor amigo otra vez cuando no estoy seguro de cómo me siento.

Entonces hago exactamente lo que Purre me pidió. Levanto mi celular y llamo a mi novio.
Y me esfuerzo por enterrar los sentimientos que solo pueden causar problemas.

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