Capítulo 11

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Narra Pilar

Todavía espero que las cosas no se pongan raras entre Purre y yo.
Estoy empezando a ponerme nerviosa
Miro el reloj.
Siete y quince.
Cuarenta y cinco minutos.

Purre comienza a servir el filete de queso y papas fritas que preparé para la cena.
Me relajo más.
La comida siempre me calma.
- Oye, quieres ir a un karaoke el viernes?
El pregunta.
- Ahhhh sí.
Digo tirando de un largo hilo de mozzarella y metiéndolo en mi boca mientras pongo la mesa de la cocina.
- Anto dijo que Agus descubrió un nuevo lugar. Si tienes ganas de ir, vámonos. Él dice.
Me encojo de hombros
- Por supuesto.
Amo el karaoke Me encanta cantar para las personas.
Purre está sentado en la mesa frente a mí, rellenando un enorme pedazo de
pollo en la boca, que un sorbo de cerveza ayuda a bajar, luego se reclina sobre el silla.
- Oye, Anto dijo algo sobre mí?
Él pregunta.
Lo miro sorprendida
- Como asi? Quieres saber si ella quiere conocerte?
- Entendiste lo que quise decir. Me dio la impresión de que ... me estaba haciendo coquear a la hora del almuerzo.
Mastique lentamente el pollo antes de tragarlo.
- Bueno ... ella se quedaria fácil contigo, si eso es lo que quieres saber.
Él levanta su camisa, revelando su abdomen perfecto.
- Quien no? él dice. Pero eso no es lo que quise decir ... oh, olvídalo.
- Qué pasa?
Pregunto, inclinando la cabeza.
- Solo tenía curiosidad si no le dijiste sobre nuestro ... acuerdo
- No. respondo enfáticamente. Estaba pensando en mantenerlo en secreto. De modo que la gente no comienza a sacar muchas conclusiones erróneas.
- Estoy de acuerdo, se apresura a decir. Es solo que ... tuve la sensación de que ella quiere que la llame o algo así. Verás que solo estoy convencido. No debería ser nada.
Miro el plato.
Hay algo ahí. Sus instintos no fallan.
Siento una punzada de culpa.
Porque había hecho todo lo posible para evitar que Antonella se quedara con Purre, para entonces tener relaciones sexuales con él yo mismo.
Pero no fue por celos.
Nada de eso.

Simplemente no quiero que Anto sufra por no ser correspondida. Porque sé que habría un grave riesgo de que ella se enamorara de él.
Yo no.
Mis ojos están bien abiertos.
Y mis ojos definitivamente disfrutaron viendo sus abdominales hace unos segundos.
Cuando empiezo a dejarme llevar por mi imaginación, veo que mi lengua corre a lo largo de las líneas del abdomen definido de Purre, se me ocurre un pensamiento.
Es una distracción mucho más grande que un abdominales.
- Te gusta Anto?
Yo Pregunto
Deja de masticar y la expresión de su rostro es cómica y tranquilizador
- No, responde Purre después de tragar. Quiero decir, me gusta, claro, pero no ... no ...
- Lo entiendo, le digo con una pequeña sonrisa. Nunca pensaste...
El se encoge de hombros.
- Ella es genial. Solo que no estoy de humor para salir, ni siquiera alguien agradable como ella.
- Eso es lo que siempre le digo. Respondo, levantando las manos. Pero ella insiste.
Purre levanta las cejas.
- Porque yo soy irresistible.
Ignoro el comentario.
- Me lo dirás, Purre? Cuando estás interesado en una chica ...
El asiente.
- Por supuesto, seguro. Te mantendré
informada sobre todas las chicas que quiero.
Me concentro de nuevo en la cena, contenta de haber dejado las cosas claras sobre Antonella. Pero me pregunto si sería mejor contarle sobre nuestro trato. Porque si te enteras por accidente, estarás molesta. No creo que pueda entenderlo.
Y Anto no sería el única que nos miraría torcidamente. Tengo la sensación de que todos los que conozco tendrían algo que decir sobre mi trato con Purre.
Pero no me importa.
Solo puedo pensar en el hecho de que en veinte minutos...
¡Espera! ¿Veinte minutos?
Dejo caer mi tenedor ruidosamente y miro horrorizada mi plato casi vacío.
Purre me mira sin dejar de comer.
- Pilar? Qué te ha pasado?
- Necesito un aplazamiento, advierto.
Él frunce el ceño.
- Es broma?
- No, es solo que ... necesito una hora más.
Mira por encima del hombro el reloj y luego me mira.
- Por qué, Pilar?
Señalo el plato.
- No en la cara?
Purre sacude la cabeza, sin comprender.
- Chicos..... Acabo de comer pollo con queso y papas, explico pacientemente.
- Y qué?
- Entonces, continúo, necesito algo de tiempo para que la comida se asiente
- No vayamos a nadar, Pilar. No necesita descansar después de comer.
Él pone otro gran bocado en la boca. Solo miro perpleja.
- Me estás diciendo que puedes sentirte caliente justo después de comer un plato de estos?
Purre mira la comida y luego a mí.
- Por supuesto
- Pues yo no puedo. Soy una chica. La sensación de una barriga abultada necesita pasar.
- Vientre hinchado? Sabes qué es esto?
- Por supuesto que lo sé ... oh, no importa.
Digo empujando mi silla hacia atrás y tomando mi plato.
- Espera.
Purre me agarra la muñeca mientras me muevo hacia el fregadero, luego pego el tenedor en el último trozo de pollo en mi plato y lo puse tu boca.
"Increíble", murmuro.
Él viene detrás de mí, toma el plato de mi mano antes de que pueda enjuagarlo y lo pone en la máquina. Llenar el lavavajillas es una cosa que sabe hacer bien. Vacío, no tanto.
- No hablas en serio?
Purre pregunta.
- Por supuesto que si! No puedo tener sexo ahora. Qué pasa si tengo una ... congestión? O enfermo?
El Purre estalla en carcajadas.
- Dios mío, no es de extrañar que tú y Giuliano no tuvieron relaciones sexuales. Congestión?
Lo golpeo en el hombro.
- Sigue hablando para que el aplazamiento sea por unos días.
- Está bien, está bien, solo escucha. Él pone sus manos sobre mis hombros.
- Creo que puede ser normal que te sientas así en una primera cita, o la primera vez que te acuestas con otro chico. Pero solo soy yo, Pili. Es por eso que hicimos este trato, no fue? Para que no tenga que preocuparse por una barriga llena, congestión, gases...
Levanto mi dedo
- No hay gases en la cama. Entendido?
Él continúa como si yo no hubiera dicho nada.
- No tiene que preocuparse por estar en un ángulo que no sea del vientre, y no sirve de nada mentira, sé que las chicas hacen eso, y no necesito calentar mi cabeza en lo que pensarás del mío..... pero generalmente hago una buena impresión.
Me río y lo empujo ligeramente.
- De acuerdo, vos ganaste. Promesa no
notaré mi barriga rellena y prometo no notar tú....
Antes de terminar la oración.
Purre agarra mi cintura. Antes de saber qué está pasando, me llevan de la cocina a las escaleras.
- A dónde vamos?
- Qué piensas?
Él Respondió.
- Pero aún no son las ocho en punto.
- Esta cerca, Pilar. Muy cerca...

Bueno..
Entonces...

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