Capítulo 15

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Narra Pilar

El otro día descubro que voy a trabajar hasta muy tarde en la Academia Sebastian Mellino. Tenemos muchos proyectos, así que solo tengo que salir de aquí bien la noche.
Solo tengo tiempo para ir al baño, volveré para grabar y enviarle un mensaje de texto a mi mejor amigo que
hoy lo llevaría a casa. 

Sacudo la cabeza mientras levanto el teléfono, una vez más impresionada
cuántas cosas en mi vida están relacionadas con Purre.
Especialmente en los últimos tiempos.
En teoría, sé que no debería parecer muy saludable pasar tanto tiempo juntos, especialmente ahora que sumamos las noches y las primeras horas.
Pero el punto es que se ve bastante saludable.
Porque quien lleva una vida saludable es feliz todo el tiempo, no es verdad?
Y yo soy
Muy feliz.
Escribo un mensaje:
- Hola, hoy me quedo hasta tarde en Mellino, está bien ir solo a casa?
La respuesta llega antes de que pueda guardar el teléfono. Él también debe estar grabando.
- Yo te espero. Tengo algunas cosas que hacer también.
- Genial. En mi auto a las 9?
- Dale 🔥

Voy de camino a la Sala de las Flor para probarme algunos disfraces cuando el dispositivo vuelva a vibrar.
- Quieres cenar más tarde? En algún lugar caro? Yo pago. Tengo buenas noticias
Alzo las cejas.
- Es una cita, José?
La respuesta es instantánea.
- Apa..Espero que disfrutes de las flores que compré. Y dejé notas románticas en tu parabrisas.
Sonríe antes de escribir:
- Por eso no tienes novia.
- Por qué tener una novia si tengo vos?
- Qué alegría es todo esto?
Me sorprende cuando veo a Anto caminando hacia mí.

Anto disminuye la velocidad  y trata de mirar mi teléfono, pero borro la pantalla antes de eso.
Lo último que necesito es que el las personas del academia Mellino sepa
sobre mí y Purre.
Tomo un sorbo de mi coca cola.
Anto se acerca.
- No me hace preguntar de nuevo.
Frunzo el ceño, confundida
- Qué?
Ella pone los ojos en blanco.
- Lo llamaste, Pili?
- Él ... Él ... Quién ...?
Ah él..
- Todavía no
Respondo, fingiendo.
Anto me preguntaba todos los días de la semana si había llamado al chico del karaoke. Me estoy quedando sin justificaciones.
Y no sé cómo decir que la única razón por la que fui a hablar con él en primer lugar fue porque ella y Purre parecían una pareja en  escenario, y sentí ... bueno, no exactamente celos.
Tal vez estaba un poco molesta porque no fui yo en el escenario con él.
Aún así, el chico del bar me pareció bastante amable.
Diversión, normal ...

Después de horas, el trabajo finalmente ha terminado.
Cuando llego al estacionamiento, encuentro a Purre apoyado contra mi auto ligeramente encogido y totalmente concentrado en su teléfono celular.
- Por eso te di la llave extra, digo, abriendo la puerta mientras me acercaba. - Así que no tienes que esperar en el frío.
Él levanta la vista y sonríe.
- Lo olvidé.
- Por 'olvidado', quieres decir que perdiste?
- Está en algún lugar
Responde mientras dejamos caer las bolsas en el asiento trasero y subimos al auto.

Estoy segura de que lo perdiste.
Lo miro antes de arrancar el motor.
- Es por eso que me llamaste a cenar? Perdí mi llave y sabes cuánto cuesta hacer una copia? Estás tratando de complacerme?
Purre hace clic en la lengua.
- El mundo no gira a tu alrededor, Pilar.
- Entonces, sabes dónde está la llave o ...?
- Haré un show solo en Uruguay
Él me interrumpe
Mi preocupación anterior desaparece.
Yo grito un poco. Y otro. Y hago un pequeño baile.
El hace una mueca.
- Tómatelo con calma, Pili.
Lo golpeo en el brazo.
- No tomaré nada. Usted hará un show esto es incrieble. Has estado hablando toda la semana que creías que no te llamarían. Arranco el auto y sacudo la cabeza. No me vas a pagar la cena ninguna. Voy a pagar y bebamos champaña.
- Ah sí. Mi bebida favorita ...
Dice con ironía.
- Tendrás que beber conmigo hoy insisto. Buenas noticias y champaña
se trata, como ... mantequilla de maní y mermelada.
- Filete con patatas fritas. Em
pezamos una vieja broma nuestra
- Espinacas y Fresas.
Hablar sobre alimentos que se combinan hasta un cansancio.
Y yo siempre gano.
Parecíamos niños y tener 10 años.
Frunce el ceño.
- Estaba pensando más en margaritas y nachos.
- Cerveza y pollo frito?
- Mejor. dice con un gesto de aprobación. - Sopa y pan.
- Leche y galleta
- Pene y condón
Dice con una sonrisa.
- Bueno, esto para que Pilar no quede embarazadita.
Comenzamos a reírnos mucho.
- Me dejarás ganar, Pilar?
Apreté los labios, tratando de pensar en algo que aún no había dicho un millón de veces.
- Ah, ya lo sé. Velas y baño de burbujas.
Purre se está riendo.
- Ya conozco la mejor combinación.
- No te dejaré ganar, Purre
- Tú y yo
Él dice
Me sorprendió lo que dijo. Solo sirve para meterte más profundamente en mi cabeza. Dos cosas que van bien juntas: él y yo.
Pilar y Purre es la combinación más perfecta.
El estaba en lo correcto.
Yo frunzo el ceño.
-  Tú ganaste, me apresuro a decir. - Fin del juego.
Cierra el puño derecho y golpea el izquierdo. Sacudo la cabeza no.
- Te saludaste a ti mismo?
Purre se encoge de hombros.
- Sabía que no querrías saludarme. Odia perder.
- Vamos a la Puerto Cristal?
Le sugiero
Purre levanta las cejas.
- Realmente quieres disfrutar, no? 
- Estoy orgullosa. Vas a hacer un show para más de mil personas, Purre. Esto merece una celebración digna.
Tú mereces una celebración digna, tonto.
Purre está en silencio, así que lo miro.
- Estás haciendo eso, no?
- Eso qué?
- No crees que te lo mereces. Está tratando de entender por qué fue elegido.
Purre se encoge de hombros y mira por la ventana.
- No hice nada especial. Cualquiera podría ...
- Mirame, lo interrumpo. Nada de eso. No comienza. Deja de pensar eso, estoy segura de que te eligieron porque eres el mejor. Pueden reconocer eso, solo tienes que creer en ti mismo. Y tu éxito será enorme.
El sonríe. Pero me alegra decirle que necesita saber lo increíble que es.
Somos interrumpidos por mi teléfono celular sonando.
- Puedes contestar mi teléfono?
Le pregunto, señalando con la barbilla el asiento trasero.
Él hurga en mi bolso y mira el dispositivo.
- Es Anto.
Yo gruño.
- Qué, ustedes dos pelearon o algo así?
- No es una pelea, murmuro mientras tomo la autopista en el camino.
del restaurante Ella me sigue molestando para llamar lo chico.
- Qué chico?
- Del karaoke.
- Ah.. Él dice. El que te hizo reír echando la cabeza hacia atrás.
- Como es?
- Así es como sé si tus risas son sinceras. Echas la cabeza hacia atrás.
- Nunca me di cuenta, murmuré. Pero creo que las risas fueron realmente sinceras. - El fue divertido.
- Entonces, por qué no llamas él? Pregunta Purre, silenciando mi teléfono y jugando en la consola entre los asientos.
- Yo ...

No sé.
Esa es la verdad.
No sé por qué no me importa el chico.
- Crees que debería?
Purre se encoge de hombros.
- Eso no me importa.
Doblo mis labios. El tiene razon. La pregunta no es qué él piensa, porque
no somos una pareja Solo somos amigos. Amigos coloridos.
Desde el principio establecimos que la exclusividad solo se mantendría el tiempo que quisiéramos. Tan pronto como uno de ellos cambiaba de opinión, solo decíamos, y volvíamos a dormir con otras personas.
Pero cuando sugerí sexo, no sabía que iba a ser tan ... constante.
O tan bueno.
Pero hay algunos momentos en que estamos separados. Él va al gimnasio casi todos los días. Y Él ayer salí a beber con Agus. Quizás quedaste con una chica.
Quiero saber. Estoy loca por saberlo.
Pero no puedo preguntar. No es de mi cuenta.
- Creo que deberías llamarlo él.
Dice Purre.
- Pensé que no te importaba
Respondo, mostrando una leve irritación.
- En realidad no, pero ... Purre se vuelve hacia mí. Creo que si no comienzas a salir de nuevo, nunca olvidarás a Giuliano.

Qué? Giuliano? Cree que la pregunta es Giuliano?
Que loco..
Pero espera un minuto.
La pregunta realmente debería ser él.
Mi vacilación sobre si llamar o no a una posible pareja romántica debería tener que ver con el hecho de que mi ex, con quien pensé que se iba a casarme.
- Está bien, le digo vacilante. Lo llamaré el fin de semana.
- Buena chica.
Dice Purre, asintiendo.
Y el tema es aparentemente cerrado, porque es libre de quedarse con otras chicas.
- Estás segura de que quieres pagar la cena esta noche?
- Por supuesto, respondo luego me vuelvo hacia él. - Espera, por qué me preguntas eso con ese tono petulante?
Su sonrisa ilumina el auto en la oscuridad.
- Solo pensando cuántas langostas voy a pedir.

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