Capítulo 5

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Narra Purre

Pilar llorar era algo que no sucedió con frecuencia. He visto llorar cuando vimos una tonta película romántica juntos. O cuando su abuela estaba enferma. Cualquiera sea la causa, sus lágrimas siempre me sacudían un poco, como una opresión en el pecho que no podía aliviar. Pero sobre todo Pilar, porque ella es mi Pilar, mi niña.
Quería protegerla de todo.
La extraña sensación en el cofre está aquí otra vez. Pero acompañado de algo diferente:
Ira!
Mi deseo es llenar a Giuliano de golpes en la cara No soy un chico tipo violento, en términos generales.
Pero desde que la vi intentando sin éxito detener las lágrimas en su auto, totalmente perdida y devastada incluso cuando la llevé a casa y la senté en mi regazo en el sofá, no pensé en nada más que meter mi mano en la cara de ese idiota.
Él es mi amigo, por supuesto. Me gusta el chico me enojo un poco.
Mi ira baja y me doy cuenta de que no nos volveremos a ver.
Pero el punto aquí no es él: Es Pilar mi prioridad.
Y él la lastimó.
Por otro lado...
Estoy enojado conmigo mismo también. No me preguntaba hoy si había algo mal con ellos?
No podría haberlo evitado?
Tal vez sí. Al menos debería haber dado la advertencia.
Las lágrimas parecen haberse detenido un poco. Ella está toda acurrucada con ella cabeza debajo de mi barbilla, sollozando con un pañuelo en la mano. Yo hago mención de alejarse pero me detengo cuando ella agarra mi camisa.
Puse mi mano sobre la de ella, acariciándola con el pulgar. Yo quiero
dicer que ese gilipollas no vale la pena derramar sus lágrimas. Relación ninguno lo vale, pero no es lo que ella necesita escuchar en este momento.

Aun así, le estrecho la mano y trato de alejarme nuevamente.
- Vas a salir?
Pregunta ella.
- Muy rápidamente.
La beso en la frente.
Ella me mira con los ojos rojos y hinchado.
- Estoy estropeando tu noche, Purre. Estabas indo a la fiesta
Ligero apretón en la rodilla.
- No me obliga a crear una regla de la casa prohibiendo que decirlo cosas sin sentido.
- Soy yo quien hace las reglas. Tú no. Ella esboza una débil sonrisa.
Me corresponde.
Esta es mi niña.
- Solo unos diez minutos.
Le digo, apretando su rodilla de nuevo.
Agarro mi billetera y voy al auto. Volveré en un tiempo récord de ocho minutos con los suministros necesarios. Una rápida mirada alrededor de la sala de estar confirma que todavía está en el sofá, pero acostada. Busco copas de vino en el armario, pero no tenía esas cosas en casa.
Saco el corcho de la botella y lleno uno casi hasta la boca.
Regreso a la sala de estar, donde Pilar se sienta de nuevo.
- Perdón por la vergüenza
Ella dice avergonzada
-  Pili, deja de eso
Le entrego el vaso y veo sus ojos brillar.
- Vino?
Ella especula.
- Vino barato. Lo compré en la tienda de la esquina.
Sonrío porque veo que Pilar está volviendo a la normalidad. Tomo una cerveza y la abro para mí, tomo mi teléfono celular y le envío una mensaje rápida a una chica. A Pilar no parece importarle que solo quiera beber su vino.
Cuando guardo el teléfono en mi bolsillo, siento que vibra.
- "Me estás despidiendo?"
Frunzo el ceño ante el tono del mensaje, pero aún así respondo.
- Una amiga me necesita.
- Yo se "Amiga".

Cuando estoy a punto de sentarme con Pilar en el sofá, preguntándome si
se tranquilizó lo suficiente como para contarme lo que le pasó a Giuliano, escuché un llama a la puerta.
Es Simon.
- Qué pasa?
Dice, entrando naturalmente, ya que siempre me visita.
- Vas a tomar unas cervezas antes de ir a la fiesta?
Él detiene su ritmo cuando ve a Pilar sentada en el sofá con la nariz llena rojo y una copa de vino en sus manos.
- A quién quieres que le pegue en la cara?
Simon le pregunta.
Los dos siempre se llevaban bien. Ella sonríe, aunque un poco forzada.
- Estoy soltera
Dice ella.
- Ese imbécil. Simon extiende los brazos. - Quieres un abrazo?
Ella dudó por una fracción de segundo. Sabiendo instintivamente que quiere mantener un poco de privacidad, le doy una palmada en el hombro a Simon.
- Amigo. No abuses de eso.
- Que pasó? Dije 'abrazo', no 'beso' explica, bajando los brazos. - Así que no hay fiesta esta noche? Las chicas se quedarán en casa, comerán helado y maldecirán a los hombres?
- Comiendo palomitas de maíz. Respondo, señalando la mesa.
Simon levanta las cejas.
- Dos cajas? No hay tres paquetes en cada uno uno? Quieres abrir una sala de cine?
- Déjame comer es todo para mim.
Dice Pilar.
Simon me mira y hago un gesto para indicar que bebió. La enorme copa de vino está casi vacía. Aparentemente ahogará las heridas.
- Entonces te dejaré en paz 
Dice, camino a la puerta principal.
Saludo a Simon y voy al refrigerador a buscar la botella de vino. Es mejor dejarlo en la mesa para mayor facilidad. A este ritmo, Pilar ni siquiera se dará cuenta si la bebida se calienta.
Me desplomo a su lado en el sofá, sirvo un poco más de vino y tiro
tus piernas sobre mí
- Quieres hablar o callarte?
Es algo que hacemos cuando uno de nosotros está en problemas. Puedes elegir contar todo o quedarte solo sin que el otro juzgue o se sienta ofendido.
- Hablar
Responde ella para mi sorpresa. Por otro lado, el alcohol siempre la hace más habladora.
- Rompió conmigo.
Anuncia Pilar sin rodeos.
Ya lo sabía, pero de todos modos le acaricio la espinilla.
- Es un idiota.
Yo hablo.
- Sí. apoya la cabeza en la tapicería. Pero yo también. Yo soy yo
me sentirse estúpida por no darse cuenta de nada. Las señales estaban bien evidente.
Me sorprende un poco. Pensé que ella estaba feliz con él.
Toma un gran sorbo de vino antes de bajar los pies y servir un poco más de bebida. Luego toma otro sorbo.
- No hemos tenido relaciones sexuales en mucho tiempo
Dice, volviéndose hacia mí y levantando su mano con dos dedos extendidos, casi captando mi ojos. Seguro que tomo tu mano antes de que me ciegue.
- Apa, en serio?
Me pregunto, si sería un buen momento para tomar su vaso.
- Sí.
Era solo una palabra, pero fue arrastrada. Ella siempre era débil así
para beber.
- Dos días?
Me inclino hacia adelante para tomar el vaso, pero ella lo tira hacia atrás con un
gruñir
- Solo en tu pequeño mundo dos días sin sexo sería mucho tiempo, Purre.
- Dos semanas? Hablas en serio? Pregunto incrédulamente. Trato de tomar el taza de tu mano otra vez, pero tus reflejos borrachas son mejores que el esperado, y ella puede evitarlo.
La mirada que me muestra Pilar es en parte divertida, en parte horrorizada.
- Eres qué, un perro en celo? Dos semanas no significan nada.
- Oye, tengo mi vida sexual activa
Respondo.
Intento obtener el vaso nuevamente pero entonces me doy cuenta de lo que está tratando de decirme. Si no son dos días no dos semanas ...
- Espera un minuto. Le digo. Son meses?
Pilar intenta tocar la punta de su nariz como un bingo, pero falla el objetivo y termina golpeando la mejilla.
Dejé de lado la idea de confiscar el vino Si ella no tiene sexo dos meses, hay más para beber.
- Y pensaste que era normal?
- No, José, no pensé que fuera normal, responde ella, un poco molesta. - Pero él estaba ocupado, y yo también.
- Meses.
Repito
- Iba a resolverlo
Respondio ella
Tomo otro sorbo de cerveza mientras proceso la información. Él no
tocó a Pilar por meses? Tal vez soy más activo sexualmente que la mayoría, pero esto....
Mis pensamientos se confunden cuando me doy cuenta de que ella esta quitando la camisa. Pero lo que...?
No te quites la camisa Pilar Pascual!
Me arroja su camisa y se levanta, abriendo los brazos en gestos.
desequilibrado
- Solo mira
Mi visión es borrosa por un momento. Mi primer impulso es mirar a la cerveza para ver si tomé más de lo que creo porque me siento un poco mareado.
Solo que no puedo mirar la cerveza porque estoy viendo a Pilar con
Un sujetador. Incluso quiero mirar hacia otro lado, porque es Pilar, pero ella... Es ... maravillosa.
No hay otra palabra para eso. Pascual Pilar sin camisa es maravillosa.
A pesar de saber que el cuerpo de Pilar era bonito, nunca le había prestado mucha atención. Pero ahora que se acerca tienes toda mi atención. Sus curvas y su cintura delgada, sus senos, este sujetador es perfecto.
Le tiro la camisa de vuelta.
- Pone esta camiseta Pilar! Ahora
Salto del sofá y voy a la cocina, necesitaba agua fría y un poco de aliento.
Ella viene a la cocina, no puedo dejar de mirarla así. Me quito la camisa y no lo pienso dos veces antes de ponérmela.
- Regla número uno: No puedes estar sin una camisa en la cocina
Pilar colabora y se pone los brazos en las mangas, aparentemente sin comprender.
El efecto que tu cuerpo tiene en mí.
Ella sonríe.
- Quiero ser como tú, Purre
Mi cerveza se detiene a la mitad de mi boca mientras trato de entender lo que dice.
- Qué?
- Quiero besar la mitad de Buenos Aires y no salir con nadie más.
- No besarás a nadie
De qué estaba hablando?
- Bueno ... si, pero no ahora.Necesitas ver lo bueno que es disfrutar la vida de soltero pero no salir a besar a todos.
No puedo verla besando a otros chicos.
- Vos es mía..
Hablo sin pensar
Ella toma un sorbo de su vino que no debería ser sexy, pero ya no podía mirarla a los ojos.
- Soy tuya?
Me alejé un poco.
- Mi mejor amiga, tengo que cuidarte.

Siento un ligero picor en la frente y la piel húmeda cuando acerco la mano a la sien. Dios mio. Estoy sudando?
- Palomitas de maíz, vino y una película?
Pregunta, yendo a la mesa de café por una caja y dándome una bonita sonrisa.
- Óbvio
Le digo, aferrándome a las palomitas de maíz como un salvavidas.
- Purre.
Ella me llama, volviéndose hacia mí en la puerta de la cocina.
- Gracias por hoy, eres mi mejor amigo. Ella esboza una sonrisa.
Pilar borracha es una gracia. Sonrie
- Y tu eres mia mejor amiga.

Y nunca te quites la ropa delante de mí, por nuestra amistad. Yo pienso.













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