Capítulo 23

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Narra Pilar

Y nada ha cambiado.
Anoche no fue increíble y extraño.
No, nada ha cambiado.

Pero el viaje de regreso a Buenos Aires está cargada de una tensión que nunca
sentí entre nosotros. En el auto desde el aeropuerto hasta casa también.
Pero no puedo dejar de pensar en lo de anoche. Lo que sucedió fue importante de alguna manera.
Cuando finalmente nos estacionamos frente al garaje en casa, me siento aliviada. Necesito de tiempo sola para pensar. Para tratar de descubrir qué pensar la mano caminando por la playa y el beso en mi cama que vino después.

Sin embargo, toda mi intención de tener tiempo para mí mismo se evapora en el momento en que veo a un chico sentado en los escalones de la entrada.
Mi mente se congela. A través del zumbido en mis oídos, puedo escuchar
Purre murmullo
- Mierda ... Es Giuliano.
Está sentado frente a la casa y nos mira salir del auto con una expresión indescifrable. Purre toma nuestro equipaje del asiento trasero, coloca mi bolso en un hombro y su mochila en el otro.
Giuliano se levanta y la forma en que mira a Purre es indudablemente cautelosa. Una rápida mirada me dice por qué. La sonrisa habitual está lejos de pasar por su rostro.
Toco el brazo de Purre para calmarlo.
Sus ojos se encuentran con los míos, y su expresión es de enojo. El respeta mi solicitud, haciendo un simple asentimiento saludando a Giuliano, aún con el ceño fruncido.
- Hola Purre.
Giuliano hace todo lo posible para pasar. Si no hubiera hecho eso, habría sido golpeado, estoy segura.
- Llegamos ahora de México, estábamos en Acapulco.
Explico, impulsado por la clara necesidad de decir algo.
- Ah. Él muestra una sonrisa tensa mientras me mira. Tengo buenos recuerdos de ese lugar. La mayoría implica escabullirse en su habitación en medio de la noche.
Purre mete su llave en la cerradura, escuchando claramente la conversación, porque tensa los hombros.

No no! ¿Esto realmente está sucediendo?
En términos racionales, sé que Giuliano no puede decirle eso a Purre.
No tiene forma de saber lo de anoche. Y es obvio por la expresión un poco desesperado en tu cara, eso es solo un intento de recordarme de los buenos tiempos.
Pero solo siento una extraña necesidad de ir tras Purre. Para decir que sí, Giuliano entró en mi habitación en un momento u otro, pero eso fue antes ... antes ...
- Qué haces aquí?
Le pregunto a Giuliano,repentinamente molesta por su presencia.
Se encoge un poco, probablemente debido a mi tono poco entusiasta.
- Podemos hablar?"
Me vuelvo hacia Purre una vez más para ver el portazo sin siquiera mirar atrás.

Puse mis dedos en mi frente, sintiendo un dolor de cabeza que salía de la nada.
- Por supuesto!
Qué más podría decirle al mi ex novio? Estabamos juntos meses.
Aunque me dolió mucho.
Me siento en el escalón. Giuliano frunce el ceño, confundido, probablemente por el frío.
Hablar en el interior tendría mucho más sentido. Pero no los quiero a ambos en mismo ambiente y no sé si quiero a Giuliano en mi casa antes de escuchar lo que tiene que decir.
- Uh, cierto, dice, sentado a mi lado pero sin tocarme. - Entonces Purre fue contigo a Acapulco?
- Lo fue.
Eso no explica mucho, pero no le debo ninguna satisfacción. Aun así, es extraño que haya preguntado. Una de las mejores cosas de Giuliano no era estar celoso de Purre. Siempre parecía ser capaz de entender lo que otras personas se negaban a aceptar.
Pero ahora detecto una pizca de tensión en su voz, como si hubiera notado un cambio entre Purre y yo. Aunque ni siquiera sabía qué cambio era.
Pensé que sabías, pero ahora ...
Giuliano mira el cielo nublado, pero al menos no llueve.
- Creo que cometí un error, Pilar.
Puse mis manos entre mis rodillas y apreté mis piernas juntas.
No digo nada
Me mira fijamente ...
- Yo ... he estado pensando en ti. En nosotros Bastante.
- Sí, puedo decir, con todas las llamadas
Le digo sarcásticamente.
Él calla por un momento.
- Pensé que no querrías escucharme. Y no quería decir nada antes de estar seguro. No quería jugar con tus sentimientos.
Hago una risa burlona.
- Dónde estaba toda esta consideración en el meses de citas en las que estuve aislada porque yo ya no estaba de humor?
Giuliano se vuelve hacia mí y su expresión me parece muy seria.
- Estás molesta y con buen motivo. Te lastimé. Pero ya no somos niños, y antes de continuar, dime si tengo alguna posibilidad aquí. Porque si no lo tengo, no perderé el tiempo de nadie.

¿Y qué dirá Pilar?

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