One-shots•Teen Wolf

5.Peter Hale

Hoy es el día más...extraño de mi vida, los chicos se comportaban algo raro conmigo, ahora estaba de camino a casa de Scott para "estudiar".

—Hola, linda, ¿cómo estás, Lizzy?— la madre de mi gran amigo me saluda sonriente y le devolví la sonrisa, caminé rápidamente hasta ella para abrazarla.

—Hola, Melissa. Te extrañe tanto— ella me envolvió en sus brazos y su abrazo era cálido y...maternal.

—Oh pequeña, yo también— besó mi cabeza —Le rogué a Scott que te trajera miles de veces, pero no quiso escucharme— fulminó con la mirada a su hijo y solté una risa.

—Lo siento mucho. Todo esto de lo sobrenatural me tiene algo alejada de todos— sonreí avergonzada al separarnos del abrazo.

Scott le había dicho a su madre que era un hombre lobo, y que existían más como él, y como estaba ahí con ellos también lo supe, pero lo manejé muy bien...sólo que tenía muchas preguntas en mi cabeza sobre los mitos que son reales y los que no aquí en Beacon.

—Pues ya somos dos, pequeña. Pero mi hijo es uno de ellos.

—Te entiendo— ambas soltamos una risa bajo la mirada de su hijo —Lo bueno de todo esto, es que ahora sí podrá protegerte como se debe.

—Hey, siempre lo hacía— se quejó detrás de mí y lo miré incrédula.

—Como diga, señor McCall— solté una risa y volví a mirar a la mamá de Scott.

—¿Tienes hambre? Traje comida china— mis ojos se iluminaron y asentí con la cabeza.

—Mamá, creo que para ella...eso no se debe preguntar. Siempre tiene hambre y come lo que sea— se cruzó de brazos y yo le fruncí el ceño.

—Oh cállate, Scott— le di un suave golpe en la cabeza y caminé a la cocina por donde Melissa había ido hace unos segundos.

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—Gracias por la comida, Melissa— agradecí y le besé la cabeza, nuestra confianza era tanta que hasta era una hija para ella y ella una madre para mí.

—No hay de qué. Cuídense mucho, los amo— nos abrazó rápidamente y se fue por la puerta, tenía que ir a trabajar ahora.

—Vamos a mi habitación, niña— pasó su brazo por mis hombros y rodé los ojos divertida.

—¿Por qué se comportan tan extraños conmigo?— pregunté cuando llegamos a su habitación.

—¿De qué hablas, Lizzy?— preguntó sin mirarme y se sentó en la cama.

—Primero; no me hablan en todo el día, me ignoran y cada que iba con ustedes todos se callaban— me crucé de brazos para mirarlo con seriedad.

—Bueno....

—Suéltalo, Scott— dejé mis cosas en el suelo y me senté en él frente al castaño.

—Ya sabemos quién es el alfa— me miró a los ojos —Y quería mantenerte alejada de esto a pesar de que te lo haya contado.

—Scott, sé cómo protegerme y además los tengo a ustedes que pueden ayudarme— sonreí y puse mis manos en una posición de ataque que hizo reír a mi amigo.

—Lo sé, peque. Y aun así no quería que estuvieras dentro— besó mi frente con cariño y asentí.

—Haría cualquier cosa para protegerlos a todos— lo tomé del cuello antes de que se alejara y él se sentó en el suelo para abrazarme mejor.

—Lo sé. Ahora ve a casa, hay un baile al que asistir— nos separamos y se levantó.

—Voy a ir porque ustedes insistieron— tomé la mano que me ofrecía y me ayudó a levantarme —Después de todo, me mentiste. Sí querías pasar tiempo con tu hermanita lo hubieras dicho.