One-shots•Teen Wolf

47.Peter Hale

Me encontraba caminando en medio de la calle para llegar al loft de Derek porque la manada me necesita, o eso era lo que haría para ir con Peter.

—Vamos, Bethany. No te van a descubrir sólo debes ser discreta— tomé un poco de aire y lo exhalé para seguir caminando, mis nervios me estaban consumiendo poco a poco porque iba a ver a mi novio luego de un largo tiempo.

Unos minutos después, ya estaba en el loft de Derek, estaba solo y no aparecía ningún alma por los pasillos, al parecer llego temprano. Observé el lugar para poder asegurarme de que me encontraba sola aquí hasta que escuché un carraspeo detrás de mí.

—¿Algo que decir?— escuché su ronca y grave voz que me parecía tan sensual viniendo de él y casi me desmayo de la emoción, calmé mis nervios y me giré hacia el lobo.

—¿Llego temprano?— pregunté de manera inocente y el de ojos azules me miró de arriba hacia abajo con su ceño fruncido, chasqueó la lengua y siguió caminando —¿Peter?— intenté llamar su atención, pero ni siquiera se inmutó.

—No estoy de humor para hablarte— dijo tomando asiento en el sofá de cuero negro, fruncí el ceño confundida, ¿hice algo malo para que no me quiera hablar ahora o?, oh claro, se me había olvidado.

Peter y yo habíamos discutido hace unos días, dos razones de la pelea, sus celos y le dije que quería hacer nuestra relación pública, cosa que le enfadó mucho porque no quiere que sea así. Esa tarde había ido a la casa de un chico, soy su tutora y tenía que echarle una mano en algunas materias que se me dan bien a mí, y al parecer el lobo me había visto y me llevó a su departamento para hablar.

—¡Peter, bájame ahora!— seguí golpeando su espalda y luego me tumbó en algo acolchado, me crucé de brazos y lo fulminé con la mirada —No estábamos haciendo nada malo— sus ojos azules ya no eran normales, estaban brillando y tensó su mandíbula apretando sus puños.

—Por si no te diste cuenta, iba a besarte— rodé los ojos —Estaba muy cerca de tu rostro, ¿por qué no lo alejaste?— gruñó enojado y pasó sus manos por su cabello enfadado —¿Qué hacías ahí?— recordé lo enojada que estaba con él.

—Nada que te incumba— iba a levantarme de la cama, pero el ojiazul me volvió a tumbar en la cama —¿Podrías dejarme en paz?— pregunté enojada y solté un suspiro para no golpearlo.

—Claro que me incumbe. Eres mía— su mirada era furiosa hasta un punto en el que logró asustarme.

—No soy tuya ni de nadie. No confundas las cosas, Hale— desvié la mirada de sus ojos y él se colocó entre mis piernas y tomó mis muñecas —¿Por qué te molesta tanto si no somos nada?— pregunté furiosa y Peter apretó el agarre en mis muñecas.

—Somos una pareja y eso significa que eres mía— sus palabras me habían echo tanto efecto en mi cuerpo que sólo me moví para zafarme de su agarre —Lamento la discusión de esta mañana, pero quiero que entiendas que no estoy listo— suspiró volviendo a ser el Peter de siempre y soltó mis muñecas, se alejó de mi cuerpo y me apoyé de mis codos para verlo —Lo lamento— desvió la mirada y fruncí el ceño, ¿qué estaba pasando?

—Peter tus palabras dolieron— suspiré y me levanté de la cama —Dijiste que no somos nada, eso sí dolió— solté una risa en vez de soltar un sollozo —Soy la tutora de Adam y le estaba enseñando un método para resolver una ecuación, no lo entendía y le dije que se acercara para explicarle mejor.

—¿Te pidió que le explicaras?— asentí con mi cabeza —¿Tan ciego es que no podía mantener la distancia? — tensó su mandíbula y miré a otro lado.