14.Jordan Parrish

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—¡Ya no puedo hacer esto!— exclamé con molestia y el castaño me miró confuso.

—¿De qué?— preguntó acercándose a mí y envolví mis brazos en su cuello soltando un suspiro.

—Quiero que todo el mundo sepa de nosotros, Parrish, ya no puedo— escondí mi rostro en la curva de su cuello y él envolvió sus fuertes brazos en mis caderas.

—Lo sé, pequeña, pero cuando tu papá se entere me matará— me separé de él y lo miré a los ojos —Como tu padre, puede ser sobreprotector y todo eso, pero como Sheriff podría dispararme y despedirme.

—Pero...pero...— hice temblar mi labio inferior con una mirada de cachorrito y él suspiró.

—Me arriesgaré por ti— rodó los ojos divertido y me lancé a sus brazos, colocó sus manos en mis muslos para no caerme y lo besé.

—Te amo, Jordan Parrish, y eres el mejor novio del mundo— escondí mi rostro en su cuello de nuevo y olfateé su aroma varonil...era tan embriagante.

—Muy bien. Debo irme antes de que nos descubran a ambos aquí— me bajó de sus brazos y asentí con una sonrisa.

—Mañana luego de la escuela le diremos, ¿sí?— él asintió con una sonrisa nerviosa y me acerqué —No te hará daño, yo no lo permitiré.

Me tomó de las caderas y juntó nuestras frentes, envolví mis brazos en su cuello con una sonrisa y besé su nariz.

—Tengo mucho miedo, Leyla— admitió y me dio ternura, coloqué mis manos en sus mejillas e hice que me mirara a los ojos.

—Yo también estoy aterrada y sé que cuando vea que soy feliz junto a ti se dará cuenta y nos dejara libres.

—Eso espero— besó mis labios por un corto tiempo, sonreímos y nos separamos.

Camine hasta el Jeep de mi hermano que me esperaba con una expresión cansada y molesta en su rostro.

—Maldición, Leyla. Llevo esperándote dos horas casi tres, ¿qué estaban haciendo?— preguntó mientras ambos nos subimos al Jeep y yo sonreí perversa.

—Cosas, hermanito, cosas— toqué su hombro y mordí mis labios divertida, mi hermano se puso rojo y se bajó del auto —¿A dónde crees que vas, lunares?— mi hermano ahora está de sobreprotector, me bajé del auto y me puse a su lado.

—Voy a partirle la cara a ese imbécil. Nadie toca a mi hermanita— tomó su bate de béisbol y yo lo tomé del brazo antes de que se fuera.

—Sólo bromeaba, Stiles— rodé los ojos divertida y sonreí —Eres tan tierno cuando eres sobreprotector— pellizqué sus mejillas con una sonrisa.

—Ya déjame, Leyla— apartó mis manos de un manotazo y solté una carcajada.

—No sabes cuánto te amo, hermanito, pero debemos ir a casa— lo abracé del cuello y mi mellizo comenzó a reír mientras me correspondía el abrazo —Como eres el mejor hermano del mundo te mereces mis famosos waffles con chocolate y fresas.

Se le iluminaron los ojos y besó mi cabeza, dejó el bate en la parte trasera del auto y se subió, yo hice lo mismo del lado del copiloto y fuimos a casa.

***********
Estaba nerviosa, demasiado nerviosa y creo que mi novio debe estar muriendo de nervios.

Mis garras se clavaban en mi pupitre por los nervios y me mordía los labios, mi hermano y yo íbamos después de clases a la estación y yo hablaría con papá, quedaban unos diez minutos para que el timbre sonara y finalizaran las clases de hoy. Sin previo aviso, el timbre sonó indicando que ya era la salida, carajo...se me pasó muy rápido el tiempo.

Tomé mis cosas y busqué a mi hermano, cuando lo divisé, lo tomé del brazo y ambos nos despedimos de Scott y Allison. Nos subimos al Jeep con algo de prisa y el viaje fue rápido, no paraba de mover mi pierna y no podía escuchar mis pensamientos, lunares se dio cuenta y tomó mi mano en señal de apoyo junto con su encantadora sonrisa.

—Vamos, ya es hora— salimos del auto y el castaño me tomó de la mano hasta la estación, caminamos a la oficina de policía saludando a todos.

—¿Stiles? ¿Leyla?— preguntó confuso y nosotros le sonreímos —¿Hicieron algo malo y tratan de remediarlo con comida?— preguntó con el ceño levemente fruncido.

—No, papá, sólo te trajimos algo de comer— levantó la bolsa y la colocó en su escritorio —Pensamos que tendrías hambre y compramos algo en el camino.

—Gracias. Estoy hambriento— tomó la bolsa para abrirla con una sonrisa que se le borró en un instante —¿Vegetales, ensalada? ¿Dónde está mi hamburguesa de carne con queso y tomate?

—Sabes muy bien que debes comer sano, papá— el castaño le sonrió —Bueno, debo irme. Leyla debe hablar contigo y tengo asuntos sobrenaturales con Scott— se despidió y mis mejillas se tornaron de rojo.

—¿Qué sucede, Leyla?— tomó el tenedor y comenzó a comerse la ensalada.

—Te traje algo a espaldas de Stiles— saqué el pequeño envase que llevaba en mi mochila y lo coloqué en su escritorio.

—Santo cielo, definitivamente eres mi hija favorita— me dedicó una sonrisa y me senté en la silla frente a él.

—Papá, debo decirte algo...— asintió con la cabeza y me armé de valor para decirlo —Parrish y yo estamos saliendo.

Mi papá dejó de comer su hamburguesa y la dejó suavemente en el envase, se limpió con una servilleta sus manos y me miró seriamente.

—¿Desde hace cuánto tiempo?— preguntó con un tono serio, tanto que me daba miedo.

—Tres meses— dije hablando rápido, jugaba con mis dedos en mi regazo y miré mis manos.

—Muy bien...— fue interrumpido por el sonido de la puerta —Adelante— un mal momento para venir, mi novio se hallaba en el marco de la puerta y cuando me miró sentada frente al sheriff se dio cuenta —Llegas en un buen momento, Parrish.

—Lo siento, señor. Volveré más tarde— desvío la mirada nervioso y justo cuando se iba mi padre cargó su arma.

—Papá...— dije levantándome de la silla y me coloqué frente a mi novio.

—Tranquila, Leyla— lo miré incrédula y después comenzó a reír —Era una broma, cariño. Ya lo sabía— dejó el arma encima de su escritorio y siguió comiendo su almuerzo.

—¿Y por qué no dijiste nada?— pregunté confundida, conociendo lo celoso y sobreprotector que es ya lo hubiera encerrado para que no me viera, pero me equivoqué.

—Al principio, estaba molesto y dolido porque no me enteré por mi propia hija.

—Lo siento, papá, yo...

—Está bien. Entiendo el por qué no querías decirme aún— se levantó de la silla y se paró frente a nosotros —¿Eres feliz, Leyla?

—Como no tienes idea, papá— sonreí y entrelacé mi mano con la de mi novio el cual sonríe por el gesto mientras nos miramos a los ojos.

—Si eres feliz...yo también lo soy, Leyla— besó mi cabeza con cariño —Parrish, quiero que sepas que si la lastimas...te dispararé.

—S-Sí, señor— su voz tembló un poco y besó mi mejilla con amor.

—¿Cómo te enteraste de lo nuestro, papá?— pregunté con curiosidad y solté suavemente la mano de mi chico.

—Stiles— dijo sin importancia y se sentó en la silla.

—Hijo de...voy a matarlo— salí de la oficina de papá encontrándome al chico de lunares que se hacía llamar mi hermano —¡Stiles!— grité furiosa y me lo encontré en la recepción —Le dijiste a papá.

—Corre— dijo una voz detrás de mí, sabía que era de Parrish, mis ojos se iluminaron y saqué mis colmillos.

—¡Fue un accidente, no me mates!— salió corriendo del departamento y yo le seguía el paso.

—¡Eres un idiota, Stiles!

—¡Lo siento!

One-shots•Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora