54.Jordan Parrish

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(2da parte de O.S 36)

—Lila, aguanta un poco más— preguntó mi amiga con las manos en mi cintura y solté un gruñido.

—¡Joder, esto duele como el puto infierno!— la chica coyote se movió y solté un gemido —Malia, no te muevas— ella soltó una risa y la miré enojada.

—Nadie te manda a decirle al entrenador que querías unirte al equipo— me dejó en una banca y se agachó para revisar mi tobillo.

—Sólo quería jugar— todos los chicos de la manada entraron a los vestidores de chicas con una mirada preocupada.

—Te dije que este juego era violento— me dijo el rubio de brazos cruzados con una mirada llena de diversión y lo fulminé con la mirada.

—Vete al diablo, Lahey— dije enseñándole mi dedo del medio y la chica movió mi tobillo —¡Mierda!— dije soltando un gemido de dolor y me tumbé en la banca llevando mi cabeza hacia el otro lado de esta —¡No me quiten tanto el dolor, chicos!— exclamé sarcástica y varias risas se escucharon.

—Mañana tendremos entrenamiento, ¿vendrás?— preguntó el alfa de la manada y me lo pensé unos minutos.

—Claro que iré. ¿Qué clase de pregunta es esa, Alfa?— pregunté divertida y sus mejillas se tornaron rosadas, desvió la mirada y solté una risa.

—No me llames así— dijo en un leve susurro y por suerte pude escucharlo.

—Mi tobillo puede estar torcido, pero estaré ahí con toda mi familia— todos se abalanzaron sobre mi cuerpo menos la coyote que hizo una mueca de desagrado —Malia, a veces no entiendo por qué eres muy fría.

—Oye, eso rimó— soltamos una risa y el alfa me tomó entre sus brazos levantándome del suelo.

—Te llevaré a casa— escuchamos mucho ruido fuera de los vestidores y supe que eran los chicos del equipo y eso significa que el partido ya se acabó.

—Mi héroe— dije para darle un beso en la mejilla y tomé mi mochila de las manos de Allison que me la estaba entregando —Amo pasear en tu motocicleta— dije emocionada cuando estuvimos lo suficientemente lejos del campo.

—Y a mí me gusta estar contigo— dejó un beso sobre mi frente y cerré los ojos ante la sensación tan cariñosa.

Llegamos hasta su motocicleta y me colocó su casco, me ayudó a subirme en el vehículo y luego se subió él para encender el motor e ir a casa.

Vivo con Scott desde hace un tiempo porque estaban haciendo largas reparaciones en mi casa y no podía quedarme, así que mi alfa se ofreció a que me quedara en su casa mientras la arreglaban y acepté.

Respecto a Parrish...bueno, digamos que lo perdoné y ahora estamos bien, pero hace unas semanas que no hablamos porque está muy ocupado con los nuevos homicidios que hay debido a una nueva criatura, así que no tenía mucho tiempo para mí y nunca le mencioné lo de mi casa y Scott.

—¿Quieres ver una película?— preguntó en cuanto entramos a su habitación y me dejó sobre la cama.

—Sí, eso ayudará a despejar mi mente— respondí con mi voz algo cansada y triste.

¿Debería pensar positivo sobre Jordan o debería preocuparme?

—¿Palomitas?— preguntó tomando un poco de ropa y me la lanzó en la cara haciendo que sonría.

—Palomitas acarameladas— le sonreí con inocencia y soltó un bufido.

—Está bien. Lo hago porque estás lastimada— se despojó de su camiseta y solté una carcajada.

One-shots•Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora