One-shots•Teen Wolf

25.Derek Hale

—Isa, ¿estás bien?— preguntó la rubio fresa al ver lo perdida que estaba, hice un sonido indicando que la escuchaba y la miré apenada.

—¿Qué dijiste?— pregunté un poco avergonzada por no haberla escuchado y ella colocó una mano en mi hombro en señal de apoyo —Lo siento, Lyds. Estoy pensando en otra cosa.

—¿Derek?— preguntó y asentí confirmando lo que me preguntaba, solté un suspiro lleno de tristeza y la pelirroja se alejó de mí.

Dirigí mi mirada hacia la ventana, mirando el paisaje sintiendo la presión en mi pecho que no podía evitar.

Les contaré mi razón por la que estoy así, el día de ayer todos luchamos contra la manada de alfas.

Yo estaba luchando contra Kali y estaba perdiendo, a pesar de ser una cazadora...soy prima de Allison y mi madre me enseñó a luchar con los hombres lobo. En fin, iba perdiendo y Derek fue en mi rescate y se quedó luchando con ella hasta que todos cambiamos de oponente, luché con otro alfa y estaba a punto de dispararle cuando sus garras se clavaron en mi pierna, solté un quejido y Derek volvió a mi rescate. Ambos comenzaron a luchar hasta que se cayeron...había un gran agujero en el suelo y abajo unas escaleras eléctricas, ambos cayeron y esperé a que mi enamorado se moviera...respirara o algo, y nunca sucedió.

En conclusión, mi novio murió y no puedo creérmelo aún. Estaba con toda la manada en el autobús camino a una reunión, Allison nos obligó a venir para vigilar a los chicos y debido a que el auto se quedó sin gasolina estamos en el autobús junto a los chicos.

—Isa, no fue tu culpa— el moreno se acercó a mí y se sentó a mi lado para darme un pequeño abrazo —No tienes que seguir culpándote de algo que no hiciste.

—Lo dejé morir, Boyd. Me siento tan...inútil por hacerlo— sentí un nudo en la garganta y el moreno miró a los alfas gemelos que estaban a unos metros de nosotros.

—Fue culpa de ellos. No de nosotros— soltó un gruñido de lobo y noté que sus garras comenzaban a salir y sus ojos cambiaron de color.

—No, Boyd, ni se te ocurra hacerlo aquí— le reproché y el chico se levantó, Scott se dio cuenta de lo que iba a hacer y lo detuvo —Respira, cualquier cosa que piensas hacer no lo hagas...podrían descubrirte y eso es lo que no queremos.

—Isa tiene razón— le di una leve sonrisa, suelo ser la madre de la manada en algunas ocasiones —¿Estás bien?— solté un suspiro y fruncí mis labios.

—No, Scott, pero no puedo hacer nada. Lo extraño— toda la manada se acercó a mí y sentí como mi corazón se encogía —Si no hubiera sido por mí aún estaría vivo— subí mis piernas al asiento y las abracé.

Todos me veían con lástima e hicieron lo posible para estar cerca de mí, Scott se sentó a mi otro lado y Boyd abrió un espacio para dárselo a mi prima.

—Basta, Isa. No fue tu culpa— Scott tomó mis manos entre las suyas y desvié la mirada para no comenzar a llorar ahora mismo —Ven aquí— abrió sus brazos y acepté el abrazo.

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Ya había llegado a Beacon y quise ir a ver a Derek...o recordarlo un poco, algo me decía que fuera al loft, así que me encaminé hacia allá. Cuando llegué todo estaba en silencio y vacío...esperen...¿acabo de escuchar un gemido?, creo que estoy comenzando a alucinar.

Caminé hacia los ruidos que comenzaban a formarse en el loft y me encontré con la peor escena, y para esconder un poco lo que sentía solté una risa sarcástica que hizo que ambos se separaran y me vieran.

—Vaya, me alegra saber que estás vivo, Hale— desvié la mirada —Mejor los dejo. Sigan con lo suyo— me giré dispuesta a irme de aquí con prisa, soy una idiota y ciega.