One-shots•Teen Wolf

3.Scott McCall

A veces...me gustaría pensar que Scott está enamorado de mí, pero sé que no es así. Hay algo en lo que he estado pensando...dejarlo ir, es lo mejor que puedo hacer sabiendo que sigue enamorado de Allison, a pesar de que ya no está aquí. No me tomen a mal. Allison era y siempre será mi mejor amiga y me dolió mucho su muerte y todavía no la supero...al igual que mi novio, Scott.

Recuerdo cuando estaba siempre con él para consolarlo...para apoyarlo, porque eso es lo que los amigos hacen, ayudarse entre sí. Pero saben cuál es la historia cliché, uno siempre termina enamorándose del otro.

En el funeral de Allison, aguante mis lágrimas para verme como la chica fuerte que siempre he sido y cuando llegué a casa...expulsé todo lo que guardé. Mis amigos pensaron que no había dolido, pero sí, y esa cicatriz aún está ahí...en mi corazón.

—Scott, ¿estás bien?— pregunté sabiendo la respuesta, tenía una expresión algo triste...desanimado y me dolía verlo así.

Tal vez físicamente estaba conmigo, pero si hablamos de espiritualmente no, no lo estaba. Su mirada iba a un punto, miraba a la pared muy desanimado y yo estaba a su lado intentando pasar tiempo con mi novio.

—¿Scott?— llame su atención por quinta vez en estos minutos que llevo en su habitación y sigue sin responderme, está muy distraído.

Desearía poder volver al pasado y cambiar todo, tal vez...empujar a Allison para que no le atravesara, tal vez le hubiera prestado atención antes de que pasara, tal vez debí gritarle que tuviera cuidado, tal vez...debí sacrificarme por ella...debí haber sido yo la que le atravesara esa espada, y la lista de los "tal vez" está incompleta, hubiera deseado mil veces que me diera a mí en vez de a ella, siempre fui una terrible hija, una horrible hermana, una pésima amiga, una mala novia, una...una...imbécil, no merezco mi vida.

—Es Allison...¿cierto?— miré al suelo y sentí su mirada durante unos segundos, dándome a entender que sí era ella —También la extraño— sonreí débil y triste mientras jugaba con mis dedos.

—Lo siento. Sé que dije que la olvidaría, pero...— sus manos se movían frenéticamente, lo interrumpí levantando mi mano frente a él.

—Y no debes hacerlo— me tomé de valor para mirarlo a los ojos y desvíe la mirada rápidamente con los ojos cristalizados —Lo siento.

—¿Por qué?— preguntó confundido por mi repentina disculpa, me dolía hacer esto, pero tenía que hacerlo.

—Por todo, no pude salvarla— sentí el nudo en mi garganta y ahogué un sollozo, no iba a llorar frente a él.

—Hey, no es tu culpa...

—Así podrías estar con ella. Estarían juntos...como antes— sonreí, una sonrisa falsa, o intenté hacerla.

—Meghan, no...

—No niegues lo que es cierto— me levanté de la cama y me coloqué frente a él —Sé que tuvieron algo especial y que nunca dejaste de amarla...— hice una pequeña pausa para tomar aire y valor para decirle —Estoy segura de que tus sentimientos por ella siguen ahí. Y sabemos perfectamente que yo jamás voy a ocupar su lugar, y no pretendo hacerlo— tomé sus manos entre las mías sintiendo ese pequeño calor que transmitía —Nunca amarás a alguien como la amaste a ella, y lo comprendo, estoy totalmente a favor. Pero no puedo seguir intentando algo que jamás pasará, Scott. Tú no me amas— intentaba no llorar y era casi imposible.

—No, Meg...te equivocas, yo...— coloqué mi mano sobre sus labios haciendo que se callara.

—Escucha, Scott, amas a Allison...¿quién no lo haría? Y lo que sientes por mí...no es amor y eso significa que debo dejarte ir. No sabes por cuánto tiempo me he estado sumergiendo en todo esto, pensar que te enamorarías de mí, pero...no fue así ni lo será— me levanté de la cama y me quedé en el marco de la puerta —Adiós, Scott. Espero que seas feliz— lo miré por encima de mi hombro y le di una sonrisa —Mi hermano tenía razón— salí de la habitación con el corazón roto, ya no podía aguantar las lágrimas así que decidí soltarlas hasta que me encontré con mi hermano en las escaleras.