One-shots•Teen Wolf

38.Derek Hale (Joven)

Los chicos me llamaron para darme las grandes noticias que he esperado durante meses y días, saber sobre dónde estaba Derek o si estaba bien y justo hace unos minutos dijeron que ya lo tenían y estaba bien...pero un poco diferente.

Preparaba algo de cenar para mí y para mis hermanos menores, mis padres trabajaban muy duro y, por lo tanto, no se aparecían por la casa y si lo hacían era unos días.

—¡Jake, Andrea, vengan a cenar!— grité desde la cocina para que me escucharán y en cuestión de segundos ya estaban en la barra de la cocina comiendo.

Como dije antes...mis padres trabajan duro para conseguir dinero y en estos momentos no había nada de comida en el refrigerador, no alcanzaba para todos así que me sacrifiqué por mis hermanos. Luego iré a comprar más comida y para eso necesito que alguien los cuide por la razón de que cada vez que vamos a la tienda comienzan a hacer berrinches para comprar dulces y a veces no se los niego.

—Escuchen, tengo que salir a comprar más comida y Peter vendrá a cuidarlos. Compórtense— besé sus mejillas y ellos asintieron soltando risillas.

—Sí, hermana mayor— dijeron al unísono haciendo un saludo militar y rodé los ojos divertida.

—Vayan a su habitación, niños— ellos se fueron corriendo por la cocina subiendo las escaleras y escuché el timbre.

Caminé hasta la puerta y la abrí encontrándome con el mayor de los Hale.

—¡El tío Peter llegó!—exclamó con una sonrisa en sus labios y fruncí el ceño, era raro verlo tan feliz —¿Dónde están mis sobrinos hermosos?— entró a la casa y cerré la puerta detrás de él.

—¿Estás bien, Peter?— pregunté examinándolo con la mirada —¿Te drogaron con Wolfsbane?— me crucé de brazos con algo de molestia y él rodó los ojos.

—Nada de eso. Estás demente— golpeé su cabeza con toda la fuerza que tenía y él soltó un quejido —Eso dolió.

—Te lo mereces— tomé las llaves de la casa y las del auto de la pequeña mesa que estaba al lado de la puerta.

—Yo vengo como buen tío a cuidar a los lindos sobrinos y tú me pagas con estás...que mal educada eres, Kelsey— solté una carcajada y envolví al lobo entre mis brazos.

—Volveré en unos minutos, gracias por cuidarlos y no les des nada de helado...se ponen muy enérgicos— besé su mejilla con cariño y salí de la casa, es el tío del chico que me gusta y debíamos llevarnos bien a mi parecer.

Encendí el auto y me encaminé hacia la tienda más cercana de mi casa, podía pedir algo a domicilio, pero gracias a la hora mis lugares favoritos de comida están cerrados y por eso me vi obligada a salir de mi casa.

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Bajé del auto y abrí la puerta con mis llaves, no se oía ni un ruido dentro de la casa y eso me preocupaba de cierta forma, dejé las llaves en la mesa y cerré la puerta para ir a la cocina y dejar las bolsas y la comida.

Al ir a la sala me encontré con un adolescente sentado en el sofá dormido y al lado estaban mis hermanos igual de dormidos, al parecer estaban viendo la televisión.

Fruncí el ceño al no reconocer su rostro, se me hacía familiar, pero jamás en mi vida lo había visto. No me percate de la distancia de nuestros rostros cuando sus ojos verdes se abrieron y me miraron con intriga.

—¿Quién eres? ¿Dónde está Peter?— esas preguntas eran las únicas que ocupaban mi mente y él me miró con una leve sonrisa en su rostro.

—Soy Derek. Mi tío Peter se fue hace unos minutos— luego mataré a Peter por dejarlo con un extraño que creo que hasta es menor que yo...esperen...¿qué diablos?