One-shots•Teen Wolf

2.Isaac Lahey

Llegué a mi casa un poco tarde...ya era de noche, fue un largo día junto a las chicas.

Allison y Lydia...las chicas más populares de la escuela y una de ellas es la novia de mi hermano...Jackson...y no saben cuánto lo extraño. Éramos muy unidos antes, pero nos distanciamos, gracias a que él era el más popular de toda la escuela y yo...no, y ni hablar de su novia...siempre estaba con ella y nunca estaba para mí.

Subo las escaleras con mucho cansancio y llegué a mi habitación, mis padres casi nunca están en casa y Jackson ya no nota mi existencia, así que...daba igual si hacía ruido o no, pero no quiere decir que tengo permitido llegar a estas horas a casa.

Cuando terminé de despojarme de mi ropa para ponerme el pijama escucho unos golpecitos en mi ventana. Me coloqué una camiseta que me quedaba muy grande para un cuerpo tan pequeño como el mío y rápidamente abrí la ventana encontrándome con mi rubio favorito.

—¿Isaac? ¿Qué estás hacien...?— no pude terminar de preguntar cuando se abalanzó sobre mí y colocó su rostro en mi cuello.

Lo llevé hasta mi cama sentándome en ella y él frente a mí.

—Lo...s-siento, Lilly— se alejó de mi cuello con la mirada baja y llevé mis manos a sus mejillas acunando su rostro entre ellas.

—Te dije que puedes venir cuando quieras...no importa si es de madrugada, siempre te recibiré con mis brazos abiertos— limpié sus lágrimas con mis pulgares y sonreí.

—No sabes cuánto te amo— su sonrisa apareció por unos segundos y volvió a dejar su rostro en la curva de mi cuello, su respiración choca con mi piel sensible haciendo que se me erice.

No estaba sorprendida por sus palabras, siempre me lo decía en momentos como estos y siempre me hizo saber que era un "te amo" amistoso...entre amigos.

Llevé mis manos a su cabello dándole algunas caricias para calmar sus lágrimas.

Me enamoré de Isaac hace unos meses atrás...estaba en la banca viendo a mi hermano jugar y lo localicé, miraba cómo entrenaba bajo los gritos del entrenador, él siempre me dejaba quedarme en la banca para ver a los chicos. Luego de todo eso practicaban sus tiros y uno de ellos me llegó a la cabeza, me dolía a horrores ese pequeño golpe y cerré mis ojos por el impacto...ni siquiera lo había notado, cuando los abrí vi a un chico alto correr hacia mí, se quita el casco y observo sus rizos rubios y sus ojos azules tan...hermosos, me había perdido tanto en sus ojos que no había notado que el chico estaba agachado frente a mí preguntando si estaba bien y al ver que no decía nada fuimos a la enfermería, en todo el camino estuvimos hablando de tonterías hasta que por fin...me dijo su nombre.

—Ven, vamos a limpiar tus heridas, ricitos— solté una leve risa que contagió al rubio y se alejó de mí.

Me levanté de la cama para ir a buscar mi botiquín de primeros auxilios en el baño y cuando regresé comencé a sacar lo que necesitaba.

—Esto dolerá un poco, Isaac— tomé el algodón y le eché un poco de alcohol para desinfectar la herida, él asintió y poco a poco comencé a limpiar sus heridas, un quejido salió de sus labios —Lo siento.

—Está bien, continua.

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Eché todo a la basura del baño y me dirigí al chico que se hallaba acostado en mi cama.

—Isaac, deberías hacer algo para que se detenga— abracé mis rodillas mirando al rubio y este me miraba confundido —Verte así por él...— un nudo se formó en mi garganta.

—Lo sé, Lilly. Pero no puedo hacer nada— suspiró triste y se sentó —Lo único que puedo hacer ahora...es estar contigo— una sonrisa débil se formó en sus labios.