VIXEN; SPIDERMAN VOL.1

XLI

Harper se sentía extraña.
Muy sola.

¿Qué le estaba pasando?

Últimamente ya no ponía atención en las clases porque sus sentidos se disparaban, sentía que no podía concentrarse.
Olía, veía, escuchaba y sentía cosas que no debía sentir.
A veces veía a las moscas volar a centímetros de su rostro y las sentía como una amenaza.
Olía cosas raras en los chicos y las chicas, olía el miedo de algunos o algunas otras sensaciones ajenas.
Escuchaba conversaciones que no le pertenecían, escuchaba el crujir de la punta de un lápiz cuando se rompía, escuchaba el masticar de una goma de mascar como si la persona tuviera un megáfono pegado.
Se sentía extremadamente rara.

Y no sólo era eso.

Una y otra vez escuchaba un click. Click. Click.
Un sonido familiar y que le ponía los pelos de punta.
No podía concentrarse en nada.

Ya no corría tan rápido.

No atrapaba el balón de americano o la estafeta.

No escuchaba las jugadas.

No se concentraba en clases ni escuchaba el timbre.

Y Peter, MJ, Ned y Alex comenzaron a notarlo.
¿Qué le pasaba a su amiga?

Durante el entrenamiento de hoy de americano, Harper se veía relativamente bien, solamente una vez el balón se le había caído. Y sus amigos pensaban que quizás ya estaba bien, pero cuando todo esta en calma siempre pasan cosas malas.

Y eso sucedió cuando Harper tuvo um recuerdo.

Ella estaba parada en la puerta de una oficina, frente a ella había tres personas: un oficial de HYDRA, Alekssander y su yo más joven.
Harper no paraba de mirar a su pequeña yo, se veía diferente. Muy diferente.
Su cabello estaba algo sucio y sus prendas llenas de sangre.

El oficial de HYDRA tenía una pistola en su mano que apuntaba al hombre junto a la pequeña Harper, Alekssander, su padre.
A continuación el oficial disparó y esa Harper saltó a su rostro convirtiéndose en un enorme felino.
El tigre atacó con ferocidad al hombre hasta arrebatarle la vida, al mismo tiempo que la bala entraba en el cuerpo de su padre.
Harper (normal) sintió en su pecho un ardor y vio como poco a poco una mancha de sangre crecía llenando su playera. Ella cayó al suelo y poco a poco se sintió débil.

-Mi pequeña.

Dijo el hombre con su último aliento de vida.

Harper miró hacia el hombre y sintió algo en su corazón, pero desvío la mitada encontrándose con unos ojos felinos cargados de ira, el tigre se fue acercando a ella con su rostro y hocico llenos de sangre, y este le mostró los dientes a la rubia. Harper gritó con todas sus fuerzas cuando el tigre se lanzó sobre ella.

Pero luego, todo desapareció.

Y cuando Harper volvió a la realidad fue tecleada por un chico con fuerza haciendola caer duro en el césped. Ella apretó sus ojos sintiendo un fuerte dolor y como pudo se quitó el casco.
Peter llegó corriendo a su lado y se tiró.

—¡Harper! ¡Te lastimaste!
—Estoy bien —murmuró ella.
—Pero...
—Estoy bien, Peter —y sin decir nada más, se levantó y tomó su casco, caminó con la mirada gacha hacia las duchas y se permitió soltar lágrimas de desesperación, lágrimas de frustración.

Se sentía rota.
Y necesitaba de alguien.

—¿Harper?

La voz de Peter hizo eco en el baño.
Harper quiso decirle que estaba ahí pero su voz estaba atorada en su garganta, no podía hablar.

—¿Harper? —repitió Pete acercándose cautelosamente a la única regadera abiera. Poco a poco se acercó más y vio a Harper sentada en el suelo, con el agua golpeandola y tan débil.

—Ey —el chico se acercó a ella y cerró la llave del agua, se agachó a su altura y la miró unos segundos— aquí me tienes. Aquí estoy contigo.

Harper se aferró al torso del chico y se permitió llorar con libertad. Peter sabía lo que le pasaba más no entendía lo que ella sentía, no podía ver lo que ella veía. Quería ayudarla, diablos que lo quería, pero no sabía como.

Este secreto entre jóvenes no se podía resolver tan fácil.
No sin saber que era todo aquello que Harper veía.

No sin saber que significaba.

Y si Harper sentía miedo, Peter también lo sentía.
Ella no estaría sola. Claro que no, pues Peter estaría a su lado.

Nunca la dejaría.

Ufffffffffffffffffff