||Un gran poder conlleva una gran responsabilidad||
Harper es una niña nacida en HYDRA. Su padre es obligado a experimentar con niños que tienen problemas de salud, entre ellos Harper.
Pero deberán escapar si quieren seguir viviendo.
Harper y dos a...
Era sábado por la tarde y Harper le había dicho a Anne que tenía una tarea con MJ e iría a su casa, aunque en realidad no era así. La castaña había caminado y caminaba sin rumbo fijo, sólo quería alejarse de todo aquello que era mentira, y después de tanto caminar se topó con un taller de ferrocarriles abandonado.
Un lugar perfecto para dejar salir todo.
Quizás era el momento adecuado para convertirse en aquello que le habían ocultado y prohibido durante bastante tiempo. Según Alex lo que ella tenía que hacer era concentrarse, buscar aquello que le ayudara a pensar y sentir como un animal.
¿Pero que le ayudaría hacerlo?
Harper bufó. Estaba enojada con ella misma por no saber cómo hacer para convertirse o hacer lo que sea que hacía.
—Quizás no necesito recordar —murmuró para sí misma.
Aquella vez que peleó con Janeth en la pista de carreras el enojo se apoderó de ella.
Enojo.
Cuando estaba sentada fuera de la oficina del director recordó a Wanda, su supuesta prima, y también sintió enojó aunque su corazón le dolió porque todo era mentira.
Dolor.
Y cuando no tuvo control de sí misma y corrió siendo un tigre por la avenida lo que la hizo sentirse así fue el miedo al ver a su padre y a Pietro.
Miedo.
Enojo, dolor y miedo.
Tres sensaciones horribles que la hicieron ser tal y como es.
Quizás eso le ayudaría convertirse aunque cada vez que se sentía así tenía un ancla para hacerse sentir en calma.
¿Y si la clave no era el enojo, el dolor o el miedo? ¿Y si la clave era alguien? ¿Alguien que la amó y la ama realmente?
Alguien como su padre.
Harper suspiró y cerró sus ojos tratando de recordar el rostro de su padre, su voz diciendo cuánto la amaba y que siempre la cuidaría. Tratando de recordar su sonrisa, cuando el sabía que cuidaba a su pequeña y la mantenía a salvo. Tratando de recordar el amor que le dio. Tratando de recordarlo.
Y entonces al abrir sus ojos se sintió diferente. Se sintió como un animal. La vista de Harper, desde sus ojos, era diferente, era perfecta. Veía diferente. Notaba cosas que no vio cuando llegó, veía tal y como un águila veía a sus presas desde el cielo.
Escuchaba diferente. A sus oídos llegaban sonidos de insectos que se movían a kilómetros.
Olía diferente. Olía cosas que estuvieron tiempo atrás en ese lugar, olía lo que las personas sintieron cuando trabajaron ahí, olía todo tipo de olores extraños.
Sintió diferente su cuerpo. De sus manos brotaron garras como las de un gato enorme, colmillos muy filosos remplazaron sus colmillos normales.
Todos sus sentidos se habían disparado, y podía hacer eso gracias a qué recordó a Alekssander Griffin, su padre.
Harper sonrió satisfecha y a la mente se le vino el primer animal en el que quería convertirse por su cuenta, corrió hacia enfrente pensando que así lo haría pero recordó que cuando se convirtió en Queens terminó desnuda y con frío, así que cuando quiso parar de golpe su pie piso la agujeta del otro pie y cayó al suelo llenándose de tierra.
—Muy bien Harper —dijo con sarcasmo parándose de pie y sacudiéndose la tierra— así se hace.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
