XIX

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Aunque Harper estaba presente en la clases de Historia, su mente no estaba ahí.
Luego de que ella y Peter corrieran y ganaran, fue a las duchas, y mientras el agua refrescaba su cuerpo, su mente le plasmó imágenes desconocidas para ella, pero que dictaminaban un pasado.

Ella vio a una niña acostada en una camilla, parecía estar hospitalizada, tenía conectado un máscara de oxígeno que le mandaba cantidades del ese gas funcional, la máquina qur medía los latidos de su corazón iban algo lentos, la niña se estaba aferrando a la vida.

El timbre de las clases finalizadas sonaron y Harper brincó en su lugar pues se había asustado un poco, vio el pizarrón y había números y literales en él.

—¿Álgebra?
Preguntó en voz alta.

¿Que no estaba en la clase de historia, luego de ducharse?
Pues si.
Había estado tan sumida en aquella película que se reproducía, o recuerdo, que no se dio cuenta cuando cambiaron de clases y cuando habían finalizado.

Guardó sus cosas rapidamente y salió disparada en busca de la Suburban de su madre.

—Harper —la llamó Michelle.
—Ah, hola, que pasa.
—¿Qué pasa? ¿Qué pasa contigo? Todas las clases te las pasaste ida. Los profesores te preguntaban cosas y tu respondías. Parecías hipnotizada.
—¿En serio? No lo sabía.

Ella si lo sabía.

—Mañana hablamos —le dijo Michelle— y deja de pensar tanto, que das miedo.

Harper arrugó el ceño después de que la morena se fuera. ¿Daba miedo?
Si sólo se había quedado pensando, ¿que de malo tiene pensar?

—¿Qué quieres comer hoy? —le preguntó Anne.
—No lo sé, lo que sea es bueno.
—Podemos ir a comer comida china, ¿te parece? —Harper asintió.

Anne de vez en cuando la veía, se supone que debía de decirle que hoy irían visitas a su casa, pero no se atrevía. Probablemente se precipitó al decir que sí a las visitas.

—Oye... Hoy vamos a... —soltó un largo suspiró— hoy irá una sobrina a la casa —decía ante la mirada atenta de la niña— una sobrina viene de lejos y quiere verte.
—¿Sobrina?
—Si, es hija de un primo.
—No dijiste que teníamos más familia.
—Nunca lo preguntaste —se defendió y ladeo la cabeza como niña pequeña.

Infantil, pensó Harper y miró por la ventana.

—¿Cómo se llama?
—¿Tu prima? —Harper asintió ante la pregunta— Wanda.

Wanda

—¿Y tu primo?
—Él se llama Edward, viven cerca de Manhattan.
—No está lejos.
—Está a unas horas de aquí, si cruzas el puente con tráfico es largo. Pero si cruzas en barco tardas menos.
—¿Ella vendrá en...
—Auto, Ton... —se corrigió— Edward no la dejaría llegar en auto.
—¿Qué edad tiene?
—19
—Wow.
—Ya la conocerás, tranquila.

Cuando finalmente terminaron de comer y regresaron a casa, Harper se dispuso a realizar las tareas que le habían dejado, mientras más rápido las acabara, más tiempo pasaría con su prima.
Quizás y Wanda le caía muy bien.

No sería la primera vez que se verían.

—Pasa, ella está en su habitación, la primera puerta a la izquierda subiendo las escaleras —dijo Anne
—Gracias —murmuró Wanda nerviosa.
—Tranquila, ella sabrá como reaccionar —la pelirroja asintió y subió escalón por escalón, con los nervios a flor de piel, sus manos le temblaban pero trataba de ocultarlo, sentía que, en el momento en que la viera, se desmayaria. ¿Estaba lista para verla después de unos meses?

Harper escuchó pasos en el pasillo, quizás era su madre.
Dos toques se escucharon en la puerta y ella anunció con un Adelante que podrían pasar.
Wanda abrió la puerta lentamente y sintió que su corazón sufriría un paro cardíaco.
Harper, su niña, estaba frente a ella, viéndola directamente a los ojos. Sin pestañear, sin hablar, sin moverse.
Sólo ella y Harper.

—¿Wanda?

Los ojos de Wanda comenzaron a picar, su voz era tal y como la de hace un mes, Harper no había cambiado nada, seguía siendo la misma pequeña de ojos claros, cabellos castaños oscuros, delgada, alta, y con un brillo particular emanando de sus ojos. Harper estaba sana y salva, tan y como lo prometió Anne.

—Hola Harper —Wanda tuvo que aclarar su garganta, el nudo formado en ella le estaba ganando, pero no se dejaría vencer. Debía ser fuerte.
—¿Tu eres Wanda? —la pelirroja asintió. Harper se paró del suelo, donde hacía un proyecto, y se acercó a Wanda lentamente, la miró de arriba a abajo un par de veces y luego la abrazo.

Wanda se sintió completa finalmente.
Tenía a Harper en sus brazos, y estaba bien. Ambas estaban bien.

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Wiiiiiii reencuentro de Harper con la beba Wanda.
SIIIIIII

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VIXEN; SPIDERMAN VOL.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora