||Un gran poder conlleva una gran responsabilidad||
Harper es una niña nacida en HYDRA. Su padre es obligado a experimentar con niños que tienen problemas de salud, entre ellos Harper.
Pero deberán escapar si quieren seguir viviendo.
Harper y dos a...
Pronto se acercaba otra carrera y los chicos del equipo tenían que prepararse para que tuvieran un gran desempeño y conseguir cruzar la meta y obtener los primeros lugares. Harper estaba algo nerviosa, pero no por el entrenamiento o por la próxima carrera, sino porque el día de ayer, que fueron a las industrias Osborn, sintió que algo le pasaría a Peter pero no supo que, y el día de hoy él no había ido.
¿Le pasaría algo malo? Harper sentía culpa por eso.
Y el pensar que algo malo le había pasado a Peter, y que quizás era su culpa, incluyendo la presión de Janeth le ponía cada vez que se le metía en el camino o la repentina supuesta relación entre la pelirroja y Alex, provocaba que su mente se sintiera cargada y fuera de lugar, no podía concentrarse bien, sus pensamientos eran crudos remolinos.
Cada vez que corría no hacía un buen tiempo en el cronómetro o se andaba tropezando o la estafeta se le caía de la mano.
—¿Qué sucede contigo? —el entrenador la abordó— ¿te sientes bien? Te noto distraída. —Sólo tengo muchas cosas en la cabeza. —Tranquila, todo estará bien... Ve a sentarse y descansa.
Harper asintió y se dirigió a la banca a tomar asiento, agarró una toalla para secarse el sudor de su frente y le dio un sorbo a su botella de agua.
—Hey Griffin —la voz de Alex se hizo presente a sus espaldas. —Hola Alex. —¿Todo bien? Te noto rara. —Si, creo que todo esta bien.
Alex no quedo muy convencido de aquella respuesta por lo que saltó la valla de metal que dividía la cancha y las escaleras para acercarse a su amiga y sentarse a su lado.
—¿Todo bien? —volvió a preguntar Alex. —Creo que no. —¿Qué pasa? —Creo que me estoy volviendo loca. —Por que lo dices. —Siento cosas raras, como si algo malo fuera a ocurrir y como si yo sólo lo supiera, tengo sueños que parecen reales, como si los hubiera vivido. Y siento que algo me oculta mi madre, pero no se que es. —No estás loca —Alex pasó su brazo por detrás de los hombros de Harper atrallendola a él— creo que es el cambio de pubertad a adolescencia. —¿Qué? —Harper hizo una mueca y después se hecho a reír junto con Alex— es la idea más loca que he escuchado. —Fue para subirte los ánimos. —Lo lograste. —Ya ves.... pero ya enserio, no creo que te estes volviendo loca, quizas sea porque no recuerdas mucho de tu pasado y tu mente trata de recrear algo que viste en alguna parte. —Eso suena más convincente que lo del cambio de pubertad a adolescencia. —La verdad si —Alex rio un poco— pero no te apures, todo saldrá bien.
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—Vamos Harper, a la pista —la llamó el entrenador. —
Tu puedes Griffin.
Harper sonrió y se colocó en su posición, donde esperaría a Janeth para que le diera la estafeta en cuanto se acercara al punto marcado por el entrenador. La castaña sacó todo el aire acumulado en sus pulmones y cerró sus ojos para sentirse más tranquila, más liviana.
