XXVI

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La clase de Literatura había acabado y ahora Harper tendría que ir a buscar su desayuno y sentarse en la misma mesa del siempre, en su mesa.

Michelle no había venido hoy, por lo que estaría sola o quizás Peter se decidiera no comer afuera y hacerle compañía.

Ella se dirigió con su charola en las manos y se sentó en el mismo lugar de siempre. Comenzó a comer su manzana e iba a tomar un sorbo de su botella de agua cuando todo a su alrededor cambió.

En una habitación de paredes blancas y una puerta de un polímero sumamente había tres niños: una pelirroja, un castaño y una castaña, pero esta última es menor.
Los tres estaban sentados en una cama, hablando. Aunque no podía entender lo que decían. Más bien, elloa sólo movían la boca sin emitir sonido alguno.
El trío estaba vestido de gris, como un uniforme y tenían un número plasmado en una pequeña placa de metal, como una identificación.
De pronto, unos hombres de uniforme oscuro llegaron y abrieron la puerta, ellos le apuntaron y los niños retrocedieron con sus manos detrás de su cabeza, y entre los oficiales había uno de color blanco, un doctor.
Los uniformados tomaron a los niños a la fuerza y los sacaron de la habitación, los llevaron a otro cuarto y los amarraron a unas camillas verticales.
El doctor sacó una charola de un pequeño refrigerador en donde había tres jeringas con distintos líquidos.

—Con esto, ella podrá tener control sobre la mente y los objetos —inserto la aguja de la jeringa en el cuello de la pelirroja y dejó fluir el líquido escarlata.
—Con esto lo hará correr a la velocidad del sonido, su metabolismo será rápido y resistirá los efectos de fricción —inserto la aguja en el cuello del castaño y dejó fluir el líquido azul.
—Con esto, ella podrá convertirse en cualquier animal, su proceso de curación será rápido y sentirá lo que los animales sienten —inserto la aguja en el cuello de la castaña y dejó fluir el líquido color amarillo y naranja.

Los tres niños comenzaron a gritar de dolor y a retocerse.
El castaño se movía tan rápido en su amarre que era casi imposible de verle.
La niña castaña se movía de forma brusca y le aparecían garras y colmillos, su piel tomaba diferentes texturas, sus orejas se le alargaban o gruñia como una bestia.
La pelirroja temblaba violentamente, sus manos y ojos se volvían rojos y a veces un aura la cubría o desaparecía, y lloraba junto con los soldados que apretaban su cabeza. Les estaba destrozando la mente.

La imagen se detuco ahí, más no el recuerdo.

Y ahora los niños estaban en habitaciones separadas y con collares inhibidores en sua cuellos.
Un hombre joven se acercó a la celda donde estaba la pequeña castaña y abrió la puerta acercándose a ella, se sentó en la cama y acarició su cabello mojado por el sudor de su cuerpo.

—Tranquila, pequeña mía, ya todo acabará.

Harper dio un respingo en su lugar cuando la campana de el receso finalizado sonó. Ella miró a los chicos de la cafetería y poco a poco unos se iban y otros recogían sus cosas. Vio su charola y esta estaba vacía. ¿Cuándo había comido todo?

Se levantó de su asiento y depositó todo en su lugar, fue a su casillero y vio que tenía clase de química. Fue al salón y pasó, el maestro ya estaba ahí, lo saludó y se sentó en su sitio.

—Hola —Peter se sentó a su lado, él es su compañero de mesa en esta clase.
—Hola Pet.

El profesor comenzó a dar la clase de 'Elementos químicos'. De tarea había quedado aprenderse la mayor cantidad de elementoa químicos de la tabla periódica, y Harper la había olvidado.

—Tienen un minuto para dar una última repasada, sólo uno. Esta será parte de su calificación final y el examen.
—¿Cómo sabremos quien saca 10?
—Quien obtenga el número mayor de elementos, ese será el 10, de ahí partirán los demás.
—¿Estudiaste?  -preguntó Peter.
—Lo olvide —dijo Harper con un poco de temor, sacó su libreta y comenzó a dar una rápida repasada.
—Puedo ayudarte, si quieres.
—No creo que en un minuto me aprendas muchos.
—Tienes buena memoria, seguro podrás.
—Química no es mi fuerte.
—Pero no es tan difícil como parece.
—Tu eres muy bueno en esto, no necesitas repasar.

Peter se sonrojó.

—Se acabó el tiempo, comenzamos con Noah.

Y niño a niño y niña a niña le decían a la maestra todos los elementos que recordaban. Y hasta este momento quien llevaba la mayor cantidas era Abigail con 25 elementos químicos.

Hasta que llegó el turno de Harper.

—Vamos Griffin, es tu turno.

Todos la miraron.

—O Oxígeno, Na Sodio, Eu Europio, Ni Níquel, H Hidrógeno, He Helio... —y así siguió Harper diciendo uno a uno todos los que recordaba.

Peter la miraba muy atento, la estaba examinando.
El como algunos cabellos rebeldes de la coleta de Harper  se salían e iban hacia su cara y le picaba los ojos, como fruncía levemente el ceño tratando de recordar más elementos, el como se abría y cerraba su boca al hablar, la peculiar forma de pronunciar la R como si fuera extranjera.

Para Peter, Harper es la niña más hermosa que ha visto, y eso lo supo desde el primer día que la vio cuando ella se tropezó con los tirantes de la mochila.
Benjamin no sabía por qué Harper era bueno con el, por qué lo trataba diferente que como los demás lo trataban, por qué le sonreía o por qué no lo humillaba.

No sabía el por qué, pero eso le gustaba.

¿Podría tener Peter un crush por Harper? 
Sin duda alguna.

¿Y ella sentiría lo mismo?

¿Y ella sentiría lo mismo?

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Wiiiiiiiiiiiiiii Peter está enamorado de Harper!!!!!!

Ya tengo los shipeos preparados para ellos, ¿ya los tienen ustedes?
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VIXEN; SPIDERMAN VOL.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora