4.

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Shane:

—Solo vine a ocupar mi puesto en la oficina, Marcus.—Sueno convincente y espero que sea suficiente, es cansado tratar de explicar todo cuando es muy obvio.—Te necesito abajo, así que no te preocupes por el empleo.

—¿Puedo preguntar cual es motivo por el que has vuelto?

Pongo la mirada en la ventana.

—Porque presiento que será divertido trabajar aquí.—Respondo mientras mi mente visualiza a esa chica problemática.

—¿Y eso porque?

Una sonrisa cruza mis labios.—Solo lo sé.



















(*)














Aburrido...

Estar en la oficina no es algo para mí, fue suficiente un par de horas para estar seguro.

—Jeffy, alista el coche.—Le ordeno por el móvil.—Dentro de unos minutos ya voy a salir.

—En 20 minutos estaré llegando, señor.

Cuelgo el teléfono y alisto todo, el inventario lo guardo y cierro la laptop, bajo las escaleras y voy directo a la salida, sin embargo la luz encendida me interrumpe.

Cuantas veces debo decir que cierren todo y eso incluye a que apaguen todas las luces antes de marcharse.

Pero no, no es eso.

Me quedo viéndola cuando se da cuenta de mi presencia, sin embargo sigue con lo suyo, como si yo no estuviera presente.

No lo resisto.

¿Qué clase de chica se atreve a ignorarme de ese modo?

Menos ella, debería estar agradecida que pongo los ojos sobre ella, incluso cuando es solo para molestarla.

—¿Qué haces aun aquí?

—Trabajando.

—Eso lo sé, tu turno termino.

Pone los ojos en mi.—Quiero aprovechar.

Alzo una ceja.

—Que hay una cocina aquí.

Observo la mesa.

—Ya voy a terminar, deja esa cara.

—Mi cocina no es tu lugar para experimentar.

—No dejas de ser insoportable ¿Lo sabias?.—Le pregunto.—Y es curioso que digas mi cocina cuando estoy segura que nunca la has usado.

No le respondo.

—Solo estoy terminando de limpiar.

Su teléfono suena y ella sonríe, pero al verme esa sonrisa se acaba, frunzo el ceño curioso por ese mensaje y ella cuelga su mandil sobre el colgador, va hacia sus cosas y está a punto de marcharse cuando me pongo delante de ella impidiéndole el pase.

Hace ese mismo ruido que le he visto hacer cuando se enoja e intenta rodearme, pero sigo sus pasos impidiendo que siga.

—¿Permiso?

—¿Sabes que puedo despedirte?

—Aquí vamos de nuevo, si te sientes en la necesidad de hacerlo, hazlo, pero ya acaba con las amenazas.—Me responde y pasa por mi lado.

—Deberías ser más agradecida.—Pronuncio y me vuelvo hacia ella.—Gracias a mi estas trabajando en la sucursal principal.

Me observa confundida.

—¿O creías que estabas aquí por talento? Yo pedí que te trasladaran aquí.

Ella de sorprendida, pasa a sonreír.

—Eres increíble.

Ya te estabas tardando.

—No sé si me he vuelto tu nuevo pasatiempo o tu juguete, de esos que tienen los chicos ricos como tú.

¿Qué carajos?

—Te encanta fastidiarme.. ¿Qué es esto?.—Me pregunta de frente.—¿Bullying a tus empleados? ¿Te das cuenta que puedo denunciarte?

—Claro, buena suerte con eso.

El dinero lo soluciona todo y ella lo sabe, al darse cuenta a donde voy con mis palabras, se enfurece más.

—Odio a los tipos como tú.

—¿Tipos como yo?

—Quienes abusan de su poder y les satisface fastidiar a los demás...—Continua.—No me equivoque cuando te vi y ojala me hubiera equivocado y te parecieras un poco a tu padre, pero es una lástima.

Sus palabras me dejan sin respuesta, ella sale de la pastelería dejándome con la palabra en la boca y cuando voy detrás de ella en busca de acabar yo la discusión y no ser derrotado por ella como la última vez, salgo.

Está lloviendo.

Y no me es difícil encontrarla, hay alguien con ella, quien quiera que sea tiene un gusto desagradable, aunque me causa confusión.

El abre el paraguas que lleva en la mano y la cubre con él, se sonríen y se van caminando mientras conversan.

—Señor, contraerá un resfriado.—Aparece Jeffry detrás de mí.

Ya es tarde, posiblemente obtenga una pulmonía mañana.

—¿Señor?

Observando a la feliz pareja, respondo.—Vamos, Jefryy.

I fell in love with an XLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora