I fell in love with an XL

27.

Winnie:

—¿Una tarjeta de invitación?.—El tono de voz de Shane se escucha ofuscado.—¿Quién se ha creído que es?

Se lleva las manos al cabello.

—Me sorprende lo cínica que es, Winnie...—Continua. —Engaña a mi papá, desaparece y tiene el descara de aparecer solo para enviarnos una puta invitación... Dime ¿Qué clase de mujer o de madre hace eso?

—Shane...

—Si ella piensa que lo hemos olvidado solo así está realmente confundida.

Cojo la tarjeta de invitación y la leo en mi mente.

"Eres bienvenido a la boda de Margaret y Joshua"

Trago saliva.

—¿Qué quieres hacer, Shane?

Él se me queda viendo y yo le extiendo la tarjeta.

—Lo que decidas hacer está bien.

No hablamos más del tema, no en ese momento.

(*)

—Ese si es un problema en grande.—Pronuncia Carter.—Creo que yo también hubiera reaccionado mal en su lugar.

—Yo también.—Admito.—Esa señora se fue y solo apareció otra vez, ni siquiera puedo venir a ver a sus hijos, sino que envió una carta... ¿Quién hace eso?

—Los cobardes.

Abro los ojos.

—No me mires así, Winnie, es la verdad.

Suspiro.

—¿Cómo van las cosas entre ustedes?

—Bien, bien.... bien creo.

Carter me mira con una ceja alzada.—Eso no suena muy bien.

Mis manos sudan.

—Escupe todo.

Tomo un respiro y lo hago.—Esta mañana Shane menciono que podría ahorrar menos tiempo si tuviera mis cosas con él, en el departamento.

—¿Te pidió que vivieran juntos?

Vaya forma de interpretarlo, pero fue si, fue eso.

—Técnicamente no, solo menciono que podía llevar algunas cosas, aunque al final dijo que sí.

—Claro ¿Acaso no es lo mismo?

Bajo la mirada.

—¿No quieres?

Mis labios se separan despacio, más tardo en responderle.

—Siento que todo avanza muy rápido y que todo es demasiado bello como para que resulte bien.

—Winnie.

—No quiero emocionarme, aceptar y terminar arruinar las cosas.

—Creo que es una buena oportunidad.

—¿Oportunidad para qué?

—Para saber si pueden convivir juntos.—Se toma un respiro.—Creo que las parejas deberían hacer eso antes de decidir sobre el matrimonio, pero te casas y a los dos meses de mudarse descubres que no la soportas, sin embargo ya estas casado.

—¿Es tu forma de decirme que acepte vivir con él?

—Voy a extrañar esto.—Menciona mientras nos ve comiendo palomitas en la sala, aunque la película está en pausa desde que comenzó a hablar.—Pero sí, estoy diciendo eso, mi amor.

(*)

Shane y yo no volvemos a tocar el tema incluso en la noche, aunque lo noto preocupado, incluso des concentrado durante el sexo y eso ya es mucho, sin embargo, cuando quiero que toquemos el tema, lo que dice me sorprende.

—Voy a ir.

Alzo la cabeza de su pecho, sus ojos me miran decidido.

—A la boda, iré , iré a verla.

—Shane...

—Tengo que hacerlo.—Continua sin mirarme, niega con la cabeza suavemente.—Tengo que dejarlo atrás, todos los sentimientos que tengo y también hay algo que debo decir.

Llevo mi mano a su mejilla y la acaricio.

—¿Estás seguro?

Asiente en silencio y posa su mano sobre la mía, cierra los ojos disfrutando y los vuelve a abrir, esta vez sosteniendo mi mano.

—No quiero ir solo.—Su tono de voz a sonado temeroso.

—No hace falta que lo digas.—Le interrumpo y su expresión no cambia.—Iré contigo.