I fell in love with an XL

22.

Winnie:

—Veo que todo va bien entre tú y el jefe desde que me quite de en medio.

Marcus...

Observa las rosas sobre la mesa.

—Podrías... aun no decir nada. —Pido.

Él se sorprende por mi petición, peor termina sonriendo.

—Intuyo porque, no te preocupes, no diré nada.

—Gracias.

Regreso la mirada a las rosas y toco los pétalos.

—¿Eres...

Levanto la mirada a él.

—¿Eres feliz, Winnie?

Mis ojos se abren, pero termino asintiendo.

—Lo soy.

(*)

—¿Cenamos en mi departamento hoy?

—¿No quieres que vayamos a un lugar esta vez?

Shane hace un gesto de incomodidad. —Prefiero que cenemos en casa, no me gusta cenar mucho afuera, menos ahora.

—Llevabas a chicas a comer fuera.

El sonríe. —Porque pretendía algo más.

Que lindo recordarlo.

—No me molestaría que me llevaras a comer fuera.

—En otro momento, Winnie. —Insiste. —Además fuera no podemos hablar tanto.

Estoy segura que quiere de todo menos hablar.

—Podemos encontrar un lugar tranquilo.

—¿Por qué tu desesperación por salir?

—¿Por qué la tuya por quedarnos en casa?

¿Acaso... aún se avergüenza de que lo vean conmigo?

Shane no responde, recibe una llamada y la contesta, intercambia un par de palabras cortas y termina la llamada.

—Tengo que ir a ver a mi padre...—Se pone de pie y se acerca a mí.