9.

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Shane:

Los ojos me pesan al despertar la mañana siguiente, la habitación del hotel donde dormí está vacía y aunque no fue difícil encontrar a una chica la misma noche, me alegra que desapareciera antes de que yo se lo pidiera.

Hace todo más fácil.

Me siento observando por la gran ventana, el humo de las fábricas es lo primero que obtiene mi atención y el sol que me da en la cara prácticamente me exige pararme.

Es tarde, muy tarde, pero como soy el jefe me daré cierto lujo por hoy.

Busco mi camisa y mientras me pongo el lado izquierdo, marco el número de Jefryy.

—Jefryy...

—¿Voy por usted, señor?

—No.—Respondo.—Envíame un taxi.

—Como ordene.

Cuelgo la llamada y me termino de colocar la camisa, continúo con los pantalones de vestir, seguido del saco y la corbata, quiera o no es hora de comenzar este día.















(*)












—Buenos días.

—Buenas noches.—Responde Gwendoline, mis pies se detienen y me giro hacia ella.—¿Qué?

—Ven a mi oficina, necesito hablar contigo.

Ella intercambia una mirada con la chica a su lado.

—Ahora.—Ordeno.

Subo las escaleras mientras detrás de mi escucho la frase: "¿Te diste cuenta? Lleva la misma ropa de ayer", lo que da a más de una especulación, pero como todos saben mi historial de citas en este lugar, probablemente todos se vayan a la opción clásica y no hay mentira, pase la noche con alguien.

Llego a la oficina y me dejo caer sobre el mueblo, pongo las manos en mis sienes y masajeo, las bajo a mis ojos y rasco cansado.

Escucho los pasos de quien debe ser Gwendoline Lane.

—¿Mala noche?

Aparto las manos.—Claro que no, fue todo lo contrario.

¿Por qué me siento bien lanzándole esas palabras y queriendo que capte la indirecta?.

Gwen solo rueda los ojos.

—Dijiste que querías verme.

—Así es.

I fell in love with an XLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora